Intentaron ejecutarlo pero no pudieron encontrarle las venas

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Un preso condenado por violación y homicidio recibió 18 pinchazos: “Empecé a llorar porque me dolía todo”.

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Los enfermeros de la cárcel de Lucasville, en Ohio, Estados Unidos, buscaron con esmero, paciencia y dedicación, las venas de Romell Broom, por donde debía correr el veneno que lo mataría. No tuvieron éxito.

Broom fue condenado hace 25 años por la justicia de Texas por violar y asesinar a una chica de 14 años. El pasado 15 de septiembre, habría tenido que sufrir la pena capital si no fuera por lo escurridizas de sus venas.

Fueron 18 pinchazos en los brazos y las piernas los que le propinaron los enfermeros. Sin embargo, la Justicia debió aplazar la ejecución porque aquellos no pudieron encontrar las venas.

Al respecto, en la declaración jurada que Broom firmó, relató: “Me produce mucha tensión pensar que el Estado de Ohio tiene la intención de causarle el mismo dolor físico la próxima semana”.

“Me descompuse. Empecé a llorar porque me dolía todo y los brazos estaban inflamándose”, recordó el sentenciado.

En un momento, “la aguja me pinchó en el hueso y fue muy doloroso. Grité. Al mismo tiempo que la enfermera jefe intentaba acceder a una vena en la parte inferior de la pierna izquierda, el enfermero intentó acceder a una vena en el tobillo derecho”, aseguró Broom.

Más allá de los cálculos del violador, la Justicia podría fechar la nueva ejecución recién para después del 30 de noviembre, cuando se realizaría una audiencia al respecto.





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