La fotografía en la escala del gigapíxel nos ha permitido disfrutar de impactantes escenarios, creados a partir de una significativa cantidad de imágenes, y tanto el tiempo como la habilidad para unirlas. Ahora tenemos una nueva panorámica de nada menos que el territorio marciano. Combinando más de 400 fotografías obtenidas por la sonda Curiosity, el fotógrafo Andrew Bodrov prácticamente ha creado un tour virtual de Marte en cuatro gigapíxeles que no tiene desperdicio. La sonda Curiosity nos ha enviado una enorme cantidad de datos desde el Planeta rojo. En un momento hasta se dio el lujo de realizar un autorretrato al estilo Instagram, pero sus cámaras de ángulo angosto NAC y de ángulo medio MAC hicieron mucho más que eso. Desde su llegada en agosto de 2012, Curiosity obtuvo un volumen muy importante de imágenes que permitieron estudiar de cerca cada detalle sobre la superficie del planeta. A través de trece días solares, ambas cámaras capturaron un total de 407 imágenes del entorno que rodea a la sonda, y el fotógrafo Andrew Bodrov no tuvo mejor idea que crear una panorámica y publicarla en el sitio 360 Cities. El título de la panorámica claramente dice 4 gigapíxeles, o cuatro mil megapíxeles para quien lo prefiere en una medida más amigable, por así decirlo. Sin embargo, las cámaras MAC y NAC de la sonda Curiosity poseen una resolución máxima de 1.600 por 1.200 píxeles, o sea, por debajo de dos megapíxeles en cada disparo. Multiplicar esa resolución por la cantidad de imágenes nos da un total de 781,44 megapíxeles, una resolución cinco veces menor a la anunciada. Es probable que el autor haya realizado alguna clase de upsampling para crear el mosaico de 90.000' por 45.000 píxeles, pero esta diferencia no empaña la formidable calidad final del trabajo. foto: Spoiler ¡Debes iniciar sesión para ver el Spoiler!
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El Curiosity llegó a Marte el 6 de Agosto del 2012, y en un transcurso de aproximadamente 8 meses y expuesto a las famosas tormentas de polvo y arena que afirmaron abundaban en Marte, sólo ha recibido un pequeño puñadito de piedrecitas sobre su metálico cuerpo, sin contar que alguien se encarga de limpiarle los tornillos, pernos, recovecos y engranajes. Para la foto, digo yo...