La crueldad del “Garrote Vil”.

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Garrote vil, máquina utilizada para aplicar pena capital originaria de España. Vigente en el país legalmente desde 1820 hasta su abolición por medio de la Constitución de 1978.

El garrote de forma evolucionada, consistía en un collar de hierro que, por medio de un tornillo, retrocedía produciendo la muerte al condenado por la dislocación de la apófisis de la vértebra axis sobre el atlas en la columna cervical, es decir se le rompe el cuello a la víctima.

También se utilizó en diversos países de Iberoamérica, y durante su conquista.

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Si la lesión producida aplasta el bulbo o rompe la cervical con corte medular, se produce un coma cerebral y la muerte es instantánea. Pero la experiencia demostró que esto raramente ocurría, ya que la muerte solía sobrevenir por estrangulamiento , resultante de una serie de lesiones laríngeas. Múltiples casos se daban en los que se alargaba la agonía del condenado.

El uso del garrote se generaliza a lo largo del siglo XVIII, favorecido por la simplicidad de su fabricación, que estaba al alcance de cualquier herrero. Mediante decreto de 24 de abril de 1832, el rey Fernando VII abolió la pena de muerte en horca y dispuso que, a partir de entonces, se ejecutase a todos los condenados a muerte con el garrote.

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En la foto superior Michael Angiolillo, autor de la muerte de Cánovas del Castillo, es agarrotado en la prisión de Bergara el 20 de agosto de 1897.

Cada tipo de ejecución llevaba aparejada una escenificación distinta, se diferenciaban cada una principalmente por el modo de conducir al condenado hasta el garrote. Los condenados a garrote noble iban en caballo ensillado, los de garrote ordinario iban en mula o caballo y los de garrote vil en burro o arrastrados. La ejecución se anunciaba con unos tambores con el parche flojo, no tirante, que se llamaban “cajas destempladas“.

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En Filipinas no fue abolida incluso después de dejar de ser colonia española y pasar a ser estadounidense en 1898. En Puerto Rico, al menos cuatro ejecuciones se llevaron a cabo usando este método antes de convertirse en Estado Libre Asociado estadounidense en 1952, aunque la pena de muerte fue abolida en 1929 la última ejecución fue en 1926.

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Los últimos condenados por este sistema en España fueron el anarquista catalán Salvador Puig Antich, en la Cárcel Modelo de Barcelona, y el delincuente común de origen polaco(en realidad, era alemán), Michael Welzel, en la de Tarragona. Fueron ajusticiados el 2 de marzo de 1974.

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En cuanto a Michael Welzel su ejecución fué cruel. La inexperiencia en el uso del garrote vil por parte del verdugo, José Monero Renomo, hizo que su duración fuera enorme, con varios intentos. En los días posteriores, en la prensa española de la época, apareció su fotografía junto a la de Salvador Puig Antich. La ejecución del preso común Welzel fue utilizada por el régimen franquista, que conocía su verdadera identidad, para justificar la del reo político Puig Antich. Para el dictador fue la forma de vengar la muerte del presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco en atentado.

Afortunadamente la Reforma del 25 de Junio de 1983, supuso la desaparición del Código Penal, la Pena de muerte para todos los delitos en España.