Aca tengo historias paranormales de distintos sitios del mundo, con un personaje comun, el espectro de una mujer que se aparece..... La historia de la Dama de Blanco del cementerio de la Recoleta (Buenos Aires) Era la unica hija del escritor argentino Eugenio Cambaceres, quien con sus ácidas obras desnudó hipocresías de la alta sociedad de fines del 1800. Cuando Cambaceres murió, Luisa Baccichi (su madre, bailarina italiana)y la joven Rufina quedaron solas, dueñas de una gran fortuna. La niña desarrolló un carácter introvertido y solitario que se profundizó cuando su madre, cuatro años después de la muerte de su esposo, se convirtió en la amante del futuro presidente Hipólito Yrigoyen. Para entonces Rufina tenía catorce años, era hermosa y muchos jóvenes la buscaban, pero ella mostraba indiferencia. El 31 de mayo de 1902 Rufina cumplía 19 años, su madre había organizado una gran fiesta y luego escucharían música lírica en el Colón. Cuando finalizó el festejo y debían partir hacia el teatro, Luisa escuchó el alarido aterrador de una de las mucamas, corrió a la habitación de Rufina y la encontró tendida en el suelo, rígida, muerta. Un médico confirmó que había sido un síncope. Al día siguiente, Luisa e Hipólito Yrigoyen, la sepultaron en la Recoleta. Poco más tarde, el cuidador de la bóveda de los Cambaceres, avisó el macabro hallazgo del ataúd de Rufina abierto y con la tapa rota. La versión oficial sugirió un robo, ya que la niña había sido enterrada con sus mejores joyas; pero Luisa vivió el resto de su vida torturada por la convicción de que su hija había sufrido un ataque de catalepsia y fue sepultada viva. Pues la leyenda cuenta que arañando, golpeando las paredes del féretro, logró salir y ver el cementerio desierto. Pero las puertas de la bóveda estaban cerradas. Entonces, víctima de la desesperación, volvió a morir realmente de un ataque al corazón. Rufina Cambaceres esconde una pena de amor que seguramente terminó con su vida a corta edad. Rumores dicen que la canción Rasguña las piedras de Charly García tiene una letra profundamente inspirada en ella ----- A poco pasos de entrar al Cementerio de La Recoleta, se encuentra una gran hornacina que contiene la escultura yacente de Luz María García Velloso, rodeada de flores, como durmiendo. La obra se le atribuye al escultor argentino Víctor Godín. Luz tenía tan solo 15 años cuando murió de leucemia en 1925. Siendo única hija el golpe para la familia fue fatal, pero más lo sintió la madre que había depositado todos su sueños y anhelos en su hija. Tal fue ese dolor, que la familia (que era reconocida y querida en el ambiente artístico) consiguió un permiso especial para poder pernotar en el cementerio junto a la cripta, allí paso varios meses su madre durmiendo y llorando en un pequeño lugar del otro lado de la pequeña reja de la bóveda. Todos hablaban por aquel entonces de que la madre no dejaba descansar en paz e ir definitivamente del mundo terrenal a su hija. Luz María García Velloso (1910-1925) En el año 1930 un muchacho de la alta sociedad cruzó la esquina de de Azcuénaga y Vicente López justos atrás de cementerio, allí vio sentada a una joven con un vestido blanco que abrazaba sus piernas sollozando. Al muchacho le extrañó la situación y se acercó, le habló y le alcanzo un pañuelo para que secara sus lágrimas y la invitó a pararse. La niña de lánguida figura y cabellos largos negros, fascino al muchacho por su belleza enamorándolo a primera vista. Balbuceando por el terrible flechazo que sentían en su corazón, la invitó a tomar un café, para consolarla y para conocer más de ella, le preguntó como se llamaba y ella respondió Luz María. Tú eres desde ahora la luz que ilumina esta noche oscura le dijo el párvulo enamorado, mientras se sacaba el saco y se lo apoyaba por arriba de los hombros, la joven temblorosa le devolvió el gesto con una hermosa sonrisa. Caminaron del brazo respetuosamente durante los cien metros del oscuro paredón derecho del Cementerio dela Recoleta, se dirigieron al café La Veredita hoy trasformado enLa Biela, allí charlaron y bebieron animadamente por varias horas, el joven aristócrata estaba feliz, esa mujer no se parecía en nada a las que frecuentaba diariamente. Luz María le contó de su afición por la poesía y de sus amigos los poetas, que le habían dedicado varios versos para ella. Un poco ante de la llegada del crepúsculo, pidieron un café para cerrar la animada tertulia. De repente, la muchacha se empezó a poner nerviosa y a temblar nuevamente tal como la había encontrado el joven casanova, para calmarla, la agarró de su brazo y le prodigo un beso profundo y romántico el que jamás había dado a nadie en su vida. Me tengo que ir dijo Luz levantándose de golpe de la mesa, volcando el café sobre el bolsillo derecho del elegante saco McCalls cruzado, me tengo que ir tengo que volver gritaba y salio rauda por el medio de la Plaza Alvear. La joven corrió sobre los jardines y se encamino asía las puertas del cementerio de la recoleta y allí se perdió. El joven enamorado que seguía sus pasos tan sólo unos metros, le gritaba que no se alejara y que le diera una dirección para poder ir a buscarla, llegado al gran enrejado del cementerio, vio como Luz se perdía en la calle principal envuelta en la bruma matinal y se internaba en una calle que se disfurcaba a la derecha, el joven excitado y desesperado por perderla, empezó a golpear la rejas buscando el lugar por donde había ingresado su amada, sin encontrar portal alguno, se quedo allí golpeado mientras la noche se hacia día. El cuidador del cementerio alertado, se levantó por el escándalo y se acercó al portón. Déjenme entra le gritó el joven una mujer entro aquí El cuidador con marcado acento español le respondió Ni modo, el cementerio no tiene entradas alternativas salvo este portón, El joven llorando le explicó toda la historia y de su imperiosa necesidad de encontrar a la mujer de su sueños, ¿no tiene usted una hija llamada Luz María? le preguntó el muchacho ¡Luz María! repregunto el cuidador asombrado abriéndole la reja. Una vez adentro recorrió el mismo camino que había hecho su amada hacia menos de una hora, llegado a la primera calle que se disfurca la derecha vio que allí estaba su saco manchado de café tapando una efigie de una mujer joven y delgada que reposaba sobre un lecho de rosas, lo levantó temeroso como si su subconsciente le advirtiera lo que iba a encontrar allí allí estaba allí estaba, la figura tallada a cincel de la que hacia minutos había tenido entre sus brazos allí estaban esos labios tallado en mármol seguramente tan fríos, como los que hacia instantes había besado Confundido y enajenado se alejo un poco del sepulcro y vio la leyenda que sobresalía en su friso Luz María García Velloso, el muchacho se sintió desfallecer y sus piernas flaquearon un instante y si no fuera por la mano segura del encargado del cementerio, que lo ayudo a apoyase en una de las paredes de la bóveda habría caído al piso. Allí el joven alcanzo entonces a leer una de las tantas poesías que habían esculpidas en honor a la fallecida Blanca nívea reposa sobre un lecho de rosas, la acaricia la brisa donde flota su aroma, Luz María, una tierna y dulce adolescente yace frente a tus ojos, como bella durmiente. Duerme su sueño eterno, el sueño de la muerte esperando tal vez que un beso la despierte, el beso que quizás ella siempre ha esperado, el beso del amor, de un príncipe encantado ---- La Leyenda de la Dama Tapada (Guayaquil) Esta historia es parte de la creencia popular ecuatoriana, paso en guayaquil. Según la tradición, este ocurrió cerca del año 1700, y varias personas murieron a causa de la Dama. A diferencia de Lima donde las tapadas eran las limeñas de la epoca, se dice que en Guayaquil, la Dama Tapada, se aparecía en horas cercanas a la media noche a personas que frecuentaban callejones no muy concurridos. Según las historias relatadas por muchas personas acerca de estos acontecimientos, una joven se les aparecía, vistiendo un elegante vestido de la época, con sombrilla, pero algo muy particular en ella era que llevaba su rostro tapado con un velo, el cual no permitía que las víctimas la reconocieran. Despedía a su entorno una fragancia agradable, y casi todos los que la veían quedaban impactados al verla. Hacía señales para que la siguiesen y, en trance, las víctimas accedían a la causa pero ella no permitía que se les acercara lo suficiente. Los alejaba del centro urbano y en lugares remotos empezaba a detenerse. Cuando las víctimas se le acercaban a descubrirle el rostro un olor nauseabundo contaminaba el ambiente, y al ver su rostro apreciaban un cadáver aún en proceso de putrefacción. Sus ojos parecían destellantes bolas de fuego. La mayoría de las víctimas morían, algunos por el susto y otros por la pestilente fragancia que emanaba el espectro. Muy pocos sobrevivían y en la cultura popular los llamaban tunantes. Desde aquellos acontecimientos, hay quienes dicen que posteriormente aun transita por los callejones en la noche. ----- La Leyenda de la Viuda Negra (Lima) Esto ocurre en en Lima, la aparecion de una bella dama vestida de negro mas conocida por taxistas como la viuda negra tiene bastante tradicion en lima, y supongo que en el interior tambien y el momento menos esperado muestra su realidad. donde cuentan de taxistas que ven que es una calavera o que para flotando Durante muchos años se comentaba en Lima, la leyenda de la viuda negra. La historia dice así: Una mujer hermosa vestida de negro, toma un taxi en cualquier lugar de Lima y pide que la lleven al Cementerio Presibitero Mestro, Cementerio Baquijano y Carrillo o al centro de Lima. El taxista coquetea con la dama, conversa y así transcurre el viaje. O bien sucedia que al llegar a su destino, el taxista va abrir la puerta muy gentilmente y no havia nadie en el asiento. O veía por el retrovisor a una calavera O que se bajava del taxi a su casa a sacar el dinero y nunca mas salia, el taxista preguntaba en la casa y salian con que la chica ya havia muerto hace tiempo. ----- La Rubia de Kennedy (Santiago de Chile) Según se cuenta la historia comenzó en 1979, cuando varios automovilistas principalmente taxistas-, informaron sobre una hermosa joven rubia, de vestido blanco y largo, que pedía que le llevase por las noches, desde la Avenida Kennedy, entre Américo Vespucio y Jerónimo de Alderete. Cuando los conductores comenzaban a acelerar, la mujer pedía a los automovilistas que no fueran tan rápido y luego se desvanecía... el conductor veia por el espejo y estaba vacio. En otras versiones, se acercaba a los vehículos ocupados por matrimonios y les pedía que les llevara a un supermercado cercano. Cuando accedían, se subía al asiento posterior. Una vez en el interior y cuando los choferes comenzaban a acelerar, les decía con una suave voz: Por favor no corra. Más despacio, más despacio. Luego se desvanecía sin dejar rastro. Y sin que se hubiera detenido el auto ni abierto sus puertas. Incluso en varios de esos casos, eran automóviles de sólo dos puertas. Muchos aseguraron haberla visto. Otros juraron que la habían llevado. Incluso algunos dejaron constancia del hecho en la Comisaría de las Tranqueras y dos taxistas de nombres Miguel Castañer y Carlos Sanhueza, concedieron entrevistas a los medios de prensa, en las que revelaban los detalles de sus respectivos encuentros con lo sobrenatural. El diario La Segunda afirmó entonces que, tras realizar una investigación del caso, habían logrado dar con la identidad. Se dieron datos más precisos que coincidia con la descripcion fisica: era una mujer llamada Marta Infante, que trabajaba en la Corporación de la Madera y que murió en un accidente automovilístico en las esquinas deAvenida Kennedy y Jerónimo de Alderete, el 8 de agosto de 1978, tras una cena con su pareja. p.d. Esta historia dio origen a la película chilena 'La rubia de Kennedy' protagonizada por la difunta actriz Carolina Fadic Fantasma de 'La Mona' (Bogota) Se dice que en el año 2004 en una antigua edificación del centro de Bogotá, donde ahora quedan las oficinas de una institución pública, se aparecía una mujer de pelo rubio y gabán negro. Miles de historias se trazan al rededor del fantasma de La mona, como la bautizaron los vigilantes que una vez las vieron por las cámaras de seguridad. Un día, uno de ellos se encontraba apagando las luces de cada piso, cuando una mujer se le acercó a decirle que por favor no apagara las del cuarto piso. El vigilante muy atento siguió la orden de la mujer, mientras el otro conserje miraba las cámaras de seguridad con atención. Cuando bajó quien se encontraba apagando las luces, el encargado de las cámaras le preguntó que porqué no había apagado las del piso cuatro. A lo que él contesto que una amable dama se lo había pedido. El otro se negó a creerle pues argumentaba que en las cámaras el piso se veía solo. Así, los dos decidieron subir de nuevo, llevándose una gran sorpresa pues la supuesta señora rubia había dejado el recinto. Decidieron ver las cámaras para comprobar por dónde había salido y quedaron pasmados al darse cuenta que durante el recorrido que hicieron, ella siempre los estuvo acompañando. El tenebroso episodio, que aseguran es de la vida real, quedó grabado en las cámaras de seguridad de la institución y según algunos empelados han entablado conversaciones con la misteriosa mujer. Es el caso de Miguel Ortiz, quien afirmó que le vio la cara y llevaba puesto un labial color rojo pasión. ---- La Leyenda de la LLorona (distintos pueblos de mexico) En el México colonial, cada noche las campanas del templo católico marcaban el toque de queda sobre las once de la noche. Pasada esa hora, comenzaban a oírse llantos y gritos angustiosos, emitidos por una mujer sobrenatural que recorría de madrugada la colonia española y desaparecía misteriosamente antes del alba. Después de que el suceso se repitiera por varias noches, los vecinos comenzaron a preguntarse quién sería esa mujer y qué pena la ahogaría. Asomándose a las ventanas, o saliendo bravamente a su encuentro, distinguieron a una mujer vestida de blanco, oculta tras un velo, flaca y macilenta, que se arrodillaba mirando a Oriente en la Plaza Mayor. Al ver que la seguían, se desvaneció entre la bruma junto al Lago de Texcoco.