Había puesto este mismo tema en un foro de habilidades psíquicas donde he colaborado, es sólo recopilación de información sobre este monje. La única intención es informar y comparar opiniones entre los que están más familiarizados con estos temas y los que han llegado a ellos de otra forma... Este es un fragmento de un libro maravilloso sobre yoga, se relata la vida de muchos grandes monjes. En esta ocasión quise compartir este fragmento donde se habla del monje Swami Trailanga, quién era llamado un Siddha (un ser perfeccionado), alguien que alcanzó la iluminación, la liberación del cuerpo, la muerte y la reencarnación. Espero sea de su agrado. "...Lahiri Mahasaya tenía un amigo famoso, el Swami Trailanga, a quien se le atribuían más de trescientos años de vida. Los dos yogis frecuentemente se sentaban juntos en sus meditaciones. La fama de Trailanga está tan ampliamente extendida, que muy pocos hindúes negarán la posibilidad real de cualquier historia que de él se cuente y de sus sorprendentes milagros. Si Cristo volviera a la tierra y caminara por las calles de Nueva York, desplegando sus divinos poderes, produciría la misma excitación que produjo Trailanga hace algunas décadas, cuando paseaba por las calles de Benares. En muchas ocasiones, el swami fue visto tomar, sin efectos nocivos para él, los más poderosos venenos. Millares de personas, incluyendo a algunas que aún viven, han visto a Trailanga flotando en el Ganges. Durante días enteros se le podía ver sentado sobre el agua, o sumergido largo tiempo bajo las olas. Un panorama común en los baños “ghats” de Benares, era ver el cuerpo inmóvil sobre las flamantes lozas, completamente expuesto a los rayos candentes del sol de la India. Por estos medios, Trailanga trataba de enseñar que la vida de un yogi no depende del oxígeno, ni de otras condiciones consideradas imprescindibles. ya fuera que él estuviera encima o debajo del agua, que su cuerpo estuviera expuesto a la fuerza de los rayos solares, el maestro probó que vivía de la conciencia divina; la muerte no le podía herir. El yogi era grande no sólo espiritual, sino también físicamente. Su peso excedía las 300 libras, una libra por cada año de existencia de su vida. Como comía rara vez, el misterio se acentuaba aún más. Sin embargo, un maestro puede prescindir de las reglas usuales de salud cuando desea hacerlo así por alguna causa especial, a menudo por una causa sutil sólo conocida de él. Los grandes santos que han despertado del sueño mágico cósmico y realizado su mundo como una idea de la Mente Divina, pueden hacer lo que desean con su cuerpo, conociendo que es sólo una forma manipulable de energía condensada. Aunque los físicos comprenden ahora que la materia no es sino energía congelada, los maestros iluminados pasaron hace tiempo de la teoría a la práctica en este campo. Trailanga se presentaba siempre completamente desnudo. Para la policía de Benares, éste era un problema desconcertante. El swami, natural como el primitivo Adán, era del todo inconsciente de su desnudez. La policía tenía completa conciencia de ello y, sin embargo, lo encarcelaron sin ceremonia. Con asombro general, pronto el enorme cuerpo de Trailanga se vió sobre las azoteas de la prisión. Su celda permanecía aún cerrada de manera segura y nunca se encontró ningún indicio de cómo pudo salir. Los oficiales de la Ley, descorazonados, ejercieron su deber una vez más. En esta ocasión, se apostó un centinela delante de la puerta de la celda. A pesar de todo, Trailanga fue visto paseando despreocupadamente sobre el techo de la prisión. la justicia es ciega; los burlados policías decidieron seguir su ejemplo. El gran yogi conservaba su silencio habitual. A pesar de su cara redonda, y su enorme estómago semejante a un barril. Trailanga comía pocas veces. En ocasiones permaneció varias semanas sin tomar alimentos, para luego romper su prolongado ayuno, bebiendo grandes baldes de leche cuajada que le eran ofrecidos por los devotos. Cierta vez un escéptico quiso ponerlo en evidencia como un charlatán, y puso delante de él un balde con una mezcla de cal de la que se usa generalmente para blanquear las paredes y le dijo con fingida reverencia: - Maestro, le he traído este cubo de leche cuajada; bébalo usted. Trailanga, sin titubear, se bebió hasta la última gota del ardiente contenido. Pocos minutos después, el malhechor caía al suelo, sufriendo terribles dolores. - Sálveme, Swami; sálveme de este fuego interior que me consume y perdone mi malvada prueba. El gran yogi rompió su silencio habitual y le dijo: - ¡Burlón! No te diste cuenta, al ofrecerme el veneno, de que mi vida es una con la tuya propia. Si no fuera por el conocimiento que tengo de Dios, que está presente en mi estómago, así como en cada átomo de la creación, la cal me hubiera matado. Ahora que ya conoces la Ley del Talión divino, nunca más hagas maldades a los demás. El bien castigado pecador, curado con las palabras de Trailanga, se escurrió sumisa y calladamente. La trasmisión del dolor no se debió a ninguna volición del maestro, sino que se operó a través de la aplicación de la ley infalible de justicia que sostiene todas las cosas del universo. En los hombres de realización completa, como Trailanga, la ley divina permite su operación instantáneamente, ya que ellos han desvanecido para siempre las corrientes cruzadas del ego. El automático ajuste de la rectitud, a menudo es pagado con una moneda inesperada y, como en el caso de Trailanga y su frustrado asesino, mitiga nuestra indignación en las injusticias humanas. “Mía es la venganza: yo pagaré, dice el Señor”. (Romanos, XII, 19). Lo que el hombre merece o necesita, el universo lo retribuye debidamente. Las mentes torpes, desacreditan la posibilidad de la justicia divina: amor, omnisciencia, inmortalidad. Este unto de vista insensible, sin respeto ni temor ante el espectáculo cósmico, provoca, en su conjunto, acontecimientos que le traen su propio despertar. La omnipotencia de la ley espiritual, fue referida por Cristo en ocasión de su entrada triunfal a Jerusalén. Mientras sus discípulos y la multitud gritaban con alegrías: “¡Paz en el cielo, y gloria en lo altísimo!”. Entonces algunos de los fariseos de la compañía, le dijeron: “Maestro, reprende a tus discípulos”. Y El respondiendo, les dijo: “Os digo que si éstos callaren, las piedras clamarán”. (Lucas XIX, 38-40). En esta reprimenda a los fariseos, Cristo indicaba que la justicia divina no es una abstracción imaginada, y que un hombre de paz, aun cuando la lengua le sea arrancada de raíz, encontrará su habla y su defensa en el lecho de la creación, la orden universal de sí mismo. “¿Piensan ustedes -decía Jesús- callar a los hombres de Paz?. Tal vez crean poder callar las voz de Dios,cuyas verdades cantan hasta las piedras. Su gloria y Su omnipresencia. ¿Podríase pedir que el hombre no celebrase en honor de la paz, en el cielo, sino que únicamente se reúnan en multitudes para gritar por la guerra sobre la tierra?. Entonces, preparaos, oh, fariseos, a dominar los cimientos del mundo; por que no es sólo para los gentiles, sino que las piedras y la tierra, el agua, el fuego y el aire se levantarán en contra de vosotros para dar testimonio de Su equilibrada armonía”. La gracia del yogi-Cristo, Trailanga, fue otorgada a mi tío, quien vió al Maestro rodeado de una multitud de devotos en un “ghat” de Benares. Mi tío se esforzó por encontrar la manera de acercarse a Trailanga, cuyos pies tocó reverentemente y se sorprendió de quedar instantáneamente sanado de una crónica y dolorosa enfermedad5. El único discípulo aún vivo del gran yogi, es una mujer, Shankari Mai Jiew, hija de uno de los discípulos de Trailanga. Ella recibió su entrenamiento como swami desde la niñez. Vivió durante cuarenta años en una serie de cuevas solitarias de los Himalayas, cerca de Badrinath, Kedarnath, Amarnath y Pasupatinath. La “brahmacharini” (mujer ascética) nació en el año 1826, y actualmente está bien entrada en el siglo. No se ve anciana en apariencia, pues ha conservado su pelo negro brillantes dientes y una energía envidiable. Sale de su retiro cada año para estar presente en las “melas” (feries religiosas). Esta santa mujer visitaba con frecuencia a Lahiri Mahasaya, y cuenta que en cierta ocasión, en la sección de Barackpur, cerca de Calcuta, mientras estaba sentada al lado de Lahiri Mahasaya, su gran guru Babaji entró calladamente en la habitación en que ellos estaban y conversó con los dos. Cierta vez, su maestro Trailanga, olvidando su silencio usual, honró a Lahiri Mahasaya de una manera muy ostensible en público. Un discípulo de Benares le reclamó: - Señor -le dijo-, ¿por qué usted, un swami que ha renunciado a todo, muestra tal distinción a un hombre de hogar?. - Hijo mío -le contestó Trailanga-, Lahiri Mahasaya es como un gatito divino, que se queda dondequiera que la Madre Cósmica lo coloca. Mientras cumple con su deber como hombre de mundo, ha recibido la perfecta realización de sí mismo, por la cual yo he renunciado aun a mi taparabo!" Fragmento de el libro "Autobiografía de un yogui", escrito por Paramahansa Yogananda. Pueden descargar el libro completo desde aquí: http://rapidshare.com/files/176735775/autobiografia_de_un_yogui.ZIP.html En este libro no sólo se puede encontrar esta historia, sino que muchas más sobre muchos yoguis que realizaban milagros a la vista de la gente. Y además de eso, para lo de mente abierta y corazón abierto, hay enseñanzas espirituales muy valiosas. Espero que sea de su agrado. Aquí algunas opiniones de personajes conocidos sobre el libro: “Le estoy agradecido por haberme proporcionado un vislumbre de este mundo fascinante.” Thomas Mann, premio Nóbel. “Yogananda ofrece una presentación convincente del yoga, y aquéllos que ‘acudieron a mofarse’ posiblemente ‘se queden a orar’.” —San Francisco Chronicle. “Estas páginas revelan, con incomparable fuerza y claridad, una vida fascinante, una personalidad de grandeza sin precedentes que, desde el principio hasta el fin, deja al lector maravillado... uno se siente transportado a los tiempos de Jesús... Estas páginas contienen la prueba incuestionable de que sólo los esfuerzos mentales y espirituales del ser humano poseen valor perdurable, y de que él puede superar todos los obstáculos materiales mediante la fortaleza interior... El libro torna verosímiles para el profano en la materia verdades que previamente le habían parecido increíbles. Debemos atribuir a esta importante biografía el poder de suscitar una revolución espiritual.”—Schleswig- Holsteinische Tagespost, Alemania. “Nunca antes se había escrito, ya sea en inglés u otra lengua europea, algo semejante a esta exposición del Yoga.”—Review of Religions, publicación de Columbia University Press. “El lector de los tiempos actuales rara vez encontrará un libro tan hermoso, profundo y veraz como la ‘Autobiografía de un Yogui’... Es una obra pletórica de conocimientos y rica en experiencias personales... Uno de los capítulos más deslumbrantes del libro es el que trata de los misterios de la vida más allá de la muerte.”—La Paz, Bolivia. “Paramahansa Yogananda es... un hombre cuya inspiración ha sido acogida con reverencia en todos los rincones de la tierra... Existe algo inefablemente hermoso en la enseñanza espiritual que proviene del Oriente, la cual puede sanar y transformar el alma del Occidente. Tal es la enseñanza de Self-Realization.”—Riders Review, Londres.
muchas gracias por el aporte.. excelente... descargando el libro.. se agradece se agradece se agradece se agradece se agradece se agradece se agradece