La ocupación del Tibet: Cuando el dragón subió a la Montaña.

La ocupación del Tibet: entre la indiferencia occidental y el aprovechamiento chino.





El Tibet estaba constituido por dos pueblos diferentes. Hacia el oeste vivían los pacíficos y sedentarios lhaséanos. El este, una región que había oscilado entre la soberanía china y tibetana, albergaba a los chamba, una raza que desde siglos gozaba de fama de ferocidad.

Desde el siglo XVIII el Tibet había prestado vasallaje al Imperio manchú, pero a partir de 1913 había ganado una independencia de hecho. Las expediciones punitivas de 1918 y 1928 no habían logrado restablecer el control chino.






En 1906 los Imperios chino y británico firmaban un acuerdo sobre la delimitación de áreas de influencia en el centro de Asia, en dicho acuerdo los británicos reconocían derechos de soberanía china sobre el Tibet a cambio de ciertos derechos comerciales a la Gran Bretaña. Un año después el reino Unido firmaría otro acuerdo con el Imperio ruso.

En 1949 terminaba en China la guerra civil con la victoria de los comunistas y su líder Mao Zedong sobre los nacionalistas de Chang-Kai-Shek, que terminaban refugiándose en la actual Taiwán. A partir de este momento las nuevas autoridades chinas comenzaban sus movimientos para recuperar su soberanía sobre el Tibet y otra serie de regiones que consideraban pertenecientes al gran Imperio chino.

El 1 de octubre de 1949 Radio Pekín comenzaba a anunciar que “el Ejército de Popular Liberación debía liberar todos los territorios chinos, incluidos Tibet, Xinjiang, Hainan y Taiwán”. Como consecuencia de este anuncio el ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno tibetano escribió a Mao Zedong proponiendo el establecimiento de negociaciones.





El Gobierno tibetano decidió el envío de dos oficiales de alto rango, Tsepon Shakabpa y Tsechag Thubten Gyalpo, para negociar con representantes chinos en un tercer país, posiblemente la URSS, Singapur o Hong-Kong. Finalmente se reunieron en Dheli, donde los dos delegados tibetanos esperaban el visado para trasladarse a Hong-Kong. El embajador chino, Yuan Zhong-Xian exigió a la delegación tibetana la aceptación de una propuesta de dos puntos:
- La defensa nacional del Tibet quedaría en manos chinas.
- Tibet sería reconocido como parte de China



Rechazada tal propuesta por las autoridades tibetanas las negociaciones se suspendieron.

El Gobierno chino comenzó con los planes para una solución militar. Estos fueron elaborados por Lin Pao y la fecha fue aprobada una vez que los servicios de inteligencia confirmaran la imposibilidad de que ninguna potencia occidental acudiera en ayuda del Tibet. Además China tenía que asegurar esa zona, tan sólo 2 días después de terminadas las operaciones en Tibet comenzaba la intervención China en Corea.

El plan de invasión preveía el despliegue de tres grupos de soldados chinos en la frontera con Tibet. En la provincia de Xinjian, la más occidental se situaron 30.000 hombres. En la zona de Chinhai unos 40.000 más, amenazando el centro del tibet. Finalmente la invasión la llevarían a cabo especialmente las cerca de 50.000 tropas chinas concentradas cerca de Karting y amenazando la región más oriental de Tibet, la provincia de Kham.



Frente a ellos el Tibet apenas disponía de unos 8.500 hombres. La función del ejército tibetano era fundamentalmente asegurar la seguridad interna y no podía ser considerado verdaderamente capaz de plantear una respuesta militar a la invasión. Además tan solo estaba equipado con 50 piezas de artillería, 250 morteros y unas 200 ametralladoras. Material procedente de la Primera Guerra Mundial en su gran mayoría. Este ejército estaba encabezado por dos generales, uno monje y el otro noble, que nada sabían realmente de la guerra. Por debajo de ellos estaban los depotes, una especie de coroneles, también sin conocimientos militares y que usaban el cargo para acceder a otras instancias. Finalmente encontramos a los repones que mandaban unidades del tamaño de un batallón y que eran los únicos que tenían algo de preparación militar.

En la noche del 6 de octubre las primeras unidades chinas al mando del general Wang cruzaron la frontera avanzando hacia la pequeña ciudad de Denko, defendida por unos 400 soldados con 12 ametralladoras Bren como “material pesado”. Más al sur, pero unos pocos kilómetro al norte del trasbordador de Markham Druga, las unidades chinas atravesaron el río, derrotando a una pequeña fuerza de 50 soldados, de los que ninguno pudo escapar siendo muertos o hechos prisioneros. Además estas tropas chinas representaban una seria amenaza para la guarnición de Rangsum, situada unos 40 kilómetros más al interior. El trasbordador fue inmediatamente utilizado para transportar millares de soldados chinos al otro lado del río.



Mientras tanto, en un punto situado 200 km al sur, una fuerza de 2.000 soldados chinos atravesaba el Yangtze y se dividía en dos columnas cuyo destino era Chamdo, la capital del Tibet oriental. El ala izquierda se abrió paso hacia Markham Gartok. Tras una defensa inicial, la abrumadora superioridad china llevó al comandante tibetano a ordenar a sus fuerzas, compuesta por 250 hombres, que interrumpiesen la lucha y se replegasen. Pero los auxiliares khamba amenazaron con sus armas a las tropas regulares tibetanas lo que les obligó a defender la posición hasta la muerte.

El 7 de octubre las unidades chinas que habían capturado el trasbordador completaron su avance sobre Rangsum, cogiendo por sorpresa a 300 soldados tibetanos que tras evacuar la ciudad se retiraban hacia las montañas.

El 8 de octubre la vanguardia china había alcanzado un desfiladero a 4.270 m de altura, por el que circulaba la carretera que conducía a Chamdo. Los tibetanos montaron la defensa en posiciones escogidas con acierto y causaron alas tropas del ELP gran número de bajas, sin embargo la insuperable superioridad numérica y los efectos de la también numerosa artillería china acabó por obligar al repliegue de la valerosa unidad tibetana dejando sobre e terreno un gran número de bajas.

El 11 de octubre llegaron a Chamdo las primeras noticias de la invasión ¡a lomo de caballo! Tales eran las comunicaciones en el Tibet de la época. Cuando el gobernador Ngaboo comprobó la envergadura de la invasión en vez de tomar medidas para organizar la defensa se puso en contacto con el Gobierno solicitando permiso para rendirse a las tropas invasoras. Este le negó tal autorización.



El 17 de octubre es cuando la guarnición de Dengko tuvo que replegarse finalmente a Chamdo, ya que las tropas chinas habían cruzado el Yangtze a unos 30 km al norte, lo que les permitió atacar a las tropas tibetanas desde Este y Oeste a la vez.

En ese momento y pese a las órdenes recibidas desde la capital el gobernador de la provincia, Ngaboo, decidió abandonar la capital, para su desgracia las tropas chinas le alcanzaron obligándole a rendirse junto a los 700 soldados que le acompañaban. De esa manera las tropas del EPL habían conseguido rendir la provincia Kham la más oriental de Tibet habiendo conseguidos las exiguas tropas tibetanas aguantar durante 10 días la ofensiva china.

La invasión del Tibet causó una importante conmoción en India. En una escueta y severa nota de 26 de octubre de 1950 el ministerio de Asuntos Exteriores indio consideraba esta invasión como deplorable y se indicaba China no estaba interesada en la paz, así mismo se ponía en duda la continuación de las negociaciones de paz entre los gobiernos chino y tibetano en tales circunstancias.



Ante esta nota varios países, entre ellos Estados Unidos y Reino Unido expresaron su apoyo a las posiciones indias.

Por su parte la Asamblea Nacional tibetana, reunida en sesión de urgencia en noviembre de 1950 solicitó al Dalai Lama que asumiese la total autoridad como jefe del Estado., además se le solicitó que abandonase Lhasa y se trasladase a Dromo cerca de la frontera con India. A su vez el ministerio de Asuntos Exteriores emitía un comunicado en la que apelaba a una pacífica intervención de la comunidad internacional para solucionar este caso de agresión no provocada. Finalmente también se redactaba un carta dirigida al Secretario General de la ONU el 7 de noviembre, en la que reconocía la imposibilidad tibetana de resistir el avance chino y su disposición a negociar en términos amistosos. Pero mostraba su imposibilidad de comprender la incapacidad de la organización para hacer frente a esta crisis.

El Gobierno tibetano envió en abril de 1951 una delegación integrada por cinco delegados a Pekín, estaba encabezada por Kalon Ngpo Ngawang Jigme. Tenían autoridad para escuchar las peticiones chinas pero carecían de plenos poderes por lo tanto no se trataba de delegados plenipotenciarios, de hecho tenían instrucciones de consultar con su Gobierno aquellas cuestiones más importantes.





Las negociaciones comenzaron el 29 de abril con la presentación de las reclamaciones chinas. Lógicamente los delegados tibetanos las rechazaron ante lo cual la delegación china encabezada por Li Weihan y Zhang Jin-wu la presentó como un ultimatum.

Finalmente y bajo terribles presiones chinas, los delegados tibetanos no pudieron contactar con su Gobierno y se encontraban casi prisioneros, se firmó el 23 de mayo de 1951 el “Acuerdo entre el Gobierno Central del pueblo y el Gobierno Local de Tibet en aras de la paz y liberación del Tibet” conocido como el “Acuerdo de los 17 puntos” y que fue emitido por radio Pekín cuatro días después.

El 9 de septiembre de 1951 unos 3.000 soldados chinos marcharon sobre Lhasa, siendo muy pronto seguidos por otros 20.000 más desde el este de Tibet y la provincia China de Xinjiang. El EPL ocupó las principales ciudades de Ruthok y Gartok y después Gyangtse y Shigatse. Finalmente estas tropas entraron en Lhasa completando el control militar de China sobre Tibet.



Desde entonces varias han sido las veces que la ONU ha hecho referencia a la invasión del Tibet. En la resolución 1.415 (XV) de 1960 se hacía una vaga referencia dentro de los pueblos sometidos por una potencia extranjera. De forma implícita se menciona en el artículo 1 de los Pactos Internacionales de Derechos Humanos, adoptados por la Asamblea General en 1966. Y así se declaró expresamente en la resolución 2.625 (XXV) de 1970. Finalmente la resolución 1.723 (XVI) de la Asamblea General de la ONU “exhorta para que cesen las prácticas que impiden al pueblo tibetano el ejercicio de sus derechos humanos y libertades fundamentales, incluido su derecho a la libre determinación.









Fuente:

Spoiler

http://www.elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?f=68&t=17907