Hace ya casi 89 años atras, la Historia Universal resultaba sacudida por un hecho trascendente: un Hombre -Benito Mussolini- y un Pueblo -el de Italia- le demostraban al mundo que era posible un "socialismo" distinto y auténtico. Mientras la revuelta Bolchevique terminaba con millones de vidas en Rusia, la Italia Fascista aparecia sobre el escenario político con energía y fuerza pero sin la manía destructora del marxismo. El espíritu y sacrificio de disciplina que rigió toda la acción del Partido Nacional Fascista salió, en verdad, airosa en la prueba decisiva de los acontecimientos acaecidos entre los días 27, 28 y 29 de octubre de 1922. Para comprender bien los movimientos registrados durante los años de post-guerra, hay que remontarse a las dos últimas décadas. En ese lapso los gabinetes que vinieron sucediéndose hicieron paulatinamente concesiones a los elementos radicales, especialmente durante la guerra, cuando se prometió a los hombres que luchaban en las trincheras que al regreso a sus hogares se hallarian con un programa de mejoras sociales, entre los que figuraba la libre distribución de la tierra y otras mejoras que favorecian enormemente a la clase pobre y trabajadora. Pero terminó la guerra y el programa prometido no se cumplió en todas sus partes, lo que provocó el descontento de esta gente que vio en esos momentos como única solución el movimiento socialista y extremista. Fue así como el Partido Socialista en las elecciones de 1919 logró sacar triunfante a un crecido número de sus candidatos a diputados. A este triunfo electoral siguió el movimiento, francamente subersivo, de los elementos extremistas, quienes procedieron a la ocupación de fábricas. Siempre contando con el apoyo de los descontentos, el aparato subversivo continuó realizando su obra a un extremo tal, que el Nacionalismo creyó llegado el momento de reaccionar para salvar al país de una hecatombe. Fue de esta forma que un grupo de ex-combatientes se reunió alrededor de Benito Mussolini, emprendiendo una activa y enérgica campaña. El contingente inicial que no excedería de 60 hombres y que había nacido en la ciudad de Milán en 1919, vio poco a poco engrosar sus filas hasta que un año despues, siendo ya bastante elevado su número, se lanzó a una franca lucha contra los elementos extremistas y antipatriotas. Los Fascistas se vieron obligados a proceder enérgicamente y aun a perturbar el orden formal con objeto precisamente de llegar al restablecimiento completo del orden real y a salvar al país de una revolución Marxista y de una completa ruina. El movimiento Fascista culminó en la acción desarrollada entre los días 27 y 29 de octubre, con su Revolución pacífica, ordenada y sin derramamientos de sangre. Por todo ello las viejas clases que habían gobernado al país hasta esa fecha, comprendieron que había llegado el momento de dejar el camino expedito a las fuerzas jóvenes. El Fascismo se propuso, según manifestaron siempre sus dirigentes: adoptar enérgicas medidas para balancear el presupuesto nacional cortando por completo todos aquellos gastos innecesarios. La Revolucion Fascista Aquella mañana del 27 de octubre de 1922 se conoce, la hasta entonces secreta, Movilización de los Fascistas. Queda constituido el Cuartel General en Perugia y los preparativos siguen su curso. Al día siguiente, los habitantes de Milán despiertan para enterarse que, durante la noche, todos los edificios de la ciudad, que despiertan cierta importancia, han sido disciplinadamente tomados. La red ferroviaria del Norte de Italia también se encuentra controlada. Benito Mussolini, sin embargo, no se precipita. Hace silencio y espera. Se sienta en su mesa de trabajo y se prepara. Negocia, telefonea y da sus ordenes. El ambiente es de tensión y de nerviosismo. Pero nadie pierde la cabeza. Afuera, en las calles, más de 50.000 hombres se han puesto en marcha. No es un ejército regular. No hay uniformes ni armas homogéneas diseñadas. Sólo hay una consigna: "Roma o muerte!". Y ya no se puede retroceder.En un último y desesperado intento por detener la avalancha El gobierno del primer ministro Luigi Facta pidió el estado de sitio para Roma. El Rey Victor Manuel III, sin embargo, rechazó firmar la orden, aun a pesar de que Roma ya ha sido cubierta con barricadas, alambradas de pua y otros obstáculos. La reacción ya no tiene sentido. La contrarevolución está ya tan acorralada que ha perdido la batalla sin librarla. Al conocerse la decisión del rey, en las filas Fascistas resuena un grito: "Roma es nuestra!". Y la marcha se hace indetenible. En la redacción de Il popolo D'Italia la actividad es febril. Y las ediciones especiales salen una detras de la otra. Finalmente el 29 de octubre de 1922 suena el teléfono. Se acabaron las "combinaciones" que aun se intentaban. El viejo régimen está agotado. Y el rey ofrece directamente a Benito Mussolini la tarea de formar nuevo gobierno. Es la rendición incondicional del inepto régimen demoliberal. Y es, también, la victoria incuestionable del Duce. Ni aun en este umbral de una victoria total, pierde Benito Mussolini el control de sus decisiones. Con precisión dicta los titulares para la próxima edición. Ordena que se apronte un tren para viajar a Roma: "Viajaré a las tres...no, a las ocho. Un tren especial costaría demasiado". Y al Jefe de Estación de Milán le recomienda: "Saldré a las ocho en punto, de acuerdo al horario establecido. De hoy en más, todo tiene que funcionar a la perfección como un reloj". Y ese es el comienzo. Así de simple. Desde ese día, la puntualidad de los trenes italianos, bajo el Fascismo, se hará proverbial. El jefe de la Revolución, al dar su primer orden como Jefe de Estado se ha limitado a exigir tres cosas: orden, disciplina y eficiencia. En Roma, mientras tanto los Fascistas han comenzado a llegar desde el día 28. Pero, fuera de algunas escaramuzas intrascendentes, con algunos minúsculos grupos comunistas, la paz general se ha mantenido. Los propios Fascistas Romanos ganan la calle y las banderas rojas desaparecen como por arte de magia. Roma está preparada para cuando Benito Mussolini llegue. La seriedad del momento no admite grandes festividades. Pero Mussolini no puede evitar que la columna Fascista, cada vez más numerosa, estallen en júbilo saludando al Jefe de la Revolución. Estas columnas llenan ya las calles de la antigua Roma. Estas Legiones, Cohortes y Centurias se han adueñado de la Ciudad Eterna. Pero todo se mantiene bajo control. El pueblo italiano ha asistido a un fenómeno que se hará constante en el surgimiento de los Nacionalismos Revolucionarios. Una auténtica revolución, profunda y amplia, sin el derramemiento de sangre inocente. El 30 de octubre de 1922 la Marcha sobre Roma culmina en una gran victoria. Sin embargo, ni aun en el pináculo del éxito y del triunfo la ocasión es utilizada para venganzas. El primer gabinete Fascista nombrado por Mussolini es, en realidad, un gabinete de coalición. No hay revanchismos inútiles. Sólo hay la firme determinación de un gran hombre que sella la jornada diciendo: "He creado el primer Gobierno Nacional; con él construiré una Nación". Iniciandose asi una de las eras de mayor desarrollo economico y social de Italia... "Solamente Dios puede doblegar la voluntad del Fascismo. Los hombres y las cosas, jamas"
Buen tema, el rey de Italia se vio obligado al mas puro estilo Hindenburg a poner a Mussolinni en el gobierno, todos sabemos las consecuencias que tendría, pero hasta el dia de hoy surge la polemica que los Aliados luego de recuperar Italia, convocaron aun referendum para pedir si siguiera la Monarquia o no (todo lo contrario a lo que hicieron en Japon, por que los Americanos le dejaron de herencia una "nueva Constitucion por la paz") y aparentemente, los Italianos habrian apoyado la continuidad de la Monarquia, pero los Aliados prefirieron dar por ganador la opcion de la abolirla a pesar de los reclamos de fraude, hasta el dia de hoy creo, la familia real no puede pisar italia, algunas fotos: Mussolini y el Rey Victor Manuel III Mussolini, Hitler, y el rey
Lamentablemente para mussolini y su intento de imperio romano 2.0. los italianos ya no eran lo que fueron durante su gloriosa época. Asi que intentar revivir de alguna manera ese pasado glorioso no fue más que una pérdida de tiempo...
Me parece bien que en intalia igual se manifiesten los estudiantes..!! A protestar compaÑero..!!! Aprendan intendentes chilenos ..!! En italia si las autorizan y por el casco historico..!!
iba a comentar algo parecido, italia fue un imperio muy poderoso que gobernó grandes territorios y derrotó a numerosos enemigos, pero ya cayeron y jamás se levantarán con toda su ya legendaria fuerza...