"Estimados pasajeros: bienvenidos a bordo. Les habla el capitán Pinto, del vuelo 888 con destino a la ciudad de Madrid. El tiempo estimado de vuelo será de 5 horas con 50 minutos. Les recordamos que en este vuelo está prohibido fumar y les solicitamos que se abrochen sus cinturones..." Terminado el discurso de bienvenida, el piloto olvida desconectar el altavoz y, dirigiéndose a su copiloto, dice: -¡Ahora sí, weon! Apenas ponga el piloto automático, me hecho una cagadita y luego le hecho un polvito a la azafata. Al escuchar todos el comentario, la azafata se lanza como un rayo a la cabina para avisar al capitán que desconecte el altavoz. Cuando va corriendo por el pasillo, de pronto, una viejecita que se encontraba en un asiento delantero le da un buen bastonazo, tirándola al suelo. Desconcertada, la azafata se gira hacia la anciana con expresión perpleja, y aquella le dice: -¡Quietaaaaa! No sea impaciente, señorita, déjele primero cagar tranquilo.