Madeleine McCann: Se cumplen 16 años del caso de impacto mundial que suma más dudas que certezas

Ya han pasado 16 años desde aquella noche del tres de mayo de 2007 donde la pequeña Madeleine de tres años de edad fue supuestamente secuestrada y desapareció para siempre, tras haber estado durmiendo en la habitación de un hotel en Portugal mientras sus padres cenaban en un restaurante muy cerca del lugar.

El caso es uno de los más controversiales del mundo y hasta el día de hoy se sigue comentando y apareciendo suposiciones, pistas y testimonios que la opinión pública ansía en conocer y darles espacio, pero que poco y nada aportan, ya que la mayoría son falsos o no tienen sustento alguno.

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En un nuevo aniversario de la desaparición, la hermana de Madeleine, Amelie, habló por primera vez de forma pública y también fue fotografiada por los medios. “Es bueno que todos estén aquí juntos, pero es una ocasión triste”, comentó mientras era acompañada por una de sus mejores amigas.

La última “personificación”​

Hace poco menos de un mes se cerró uno de los últimos capítulos de este caso, donde -al igual que muchas otras mujeres- una joven aseguró se Madeleine y a través de las redes sociales se hizo famosa logrando que muchos creyeran su infundada teoría.

Se trató de Julia Wendell, una joven polaca que creía ser aquella pequeña que fue secuestrada en un hotel en Portugal y a su vez explicaba que no estaba segura ni de su edad ni identidad.

“Creo que puedo ser Madeleine. Necesito una prueba de ADN. Los investigadores de la policía del Reino Unido y Polonia intentan ignorarme. Contaré mi historia en publicaciones aquí. Ayúdame”, fueron una de sus primeras declaraciones en sus redes sociales ante lo cual incluso sus padres salieron a decir que estaba mintiendo y que le gustaba mucho llamar la atención.

Tras hacer mucho ruido en las redes y a pesar de que los padres de Madeleine se negaban a hacerse los exámenes de ADN, finalmente se hicieron y se confirmó que Julia no era Madeleine y así entró al selecto grupo de mujeres que aseguraban serlo y que sólo querían hacerse famosas o aprovecharse de un caso que al no tener grandes certezas, puede ser fácil colgarse de él.

Primeros culpables​

La desaparición de Madeleine fue tan repentina y extraña que incluso los padres han sido acusados por algunas personas de ser los culpables. Internet está lleno de teorías y no sería correcto darle espacio a todas ellas, pero al no estar cerrado un caso que cumple 16 años, pareciera que hay cabida para creer en todo tipo de tesis al respecto.

Al comienzo de esta investigación, se puso en duda la palabra de los padres de Madeleine, ya que sus declaraciones ante la policía no coincidían con las de sus amigos, quienes estaban cenando con ellos aquella noche. Sin embargo, al entender que ninguno estaba tan pendiente de las horas exactas, esto se dejó de lado y lo ojos fueron puestos en otra persona.

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Robert Murat, fue una de las personas sospechosas en su momento porque había sido visto caminando cerca del hotel la noche de la desaparición de Madeleine. Además, el fue el encargado de traducir al inglés las declaraciones de ciudadanos portugueses y colaboró bastante con el caso.

Murat fue uno de los principales sospechosos por muchos años, pero finalmente no se pudo comprobar nada e incluso obtuvo una millonaria indemnización.

Teoría enmarcada en un libro​

Gonçalo Amaral fue el policía a cargo de la investigación por mucho tiempo y siempre tuvo como principales culpables a los padres. Resulta que su teoría se basaba en que los papás de Madeleine les daban pastillas a sus hijos para que se durmieran y esa noche se pasaron con la dosis para la pequeña, quien no la soportó y murió.

Estas sospechas de Amaral fueron tomadas por los medios y los padres ya eran acusados antes la opinión pública. Finalmente, tras varios conflictos de intereses, Amaral fue destituido, no pudo probar nada, pero aún así escribió un libro donde mantuvo su teoría sobre el caso.

Pasaron los años y ya era común ver en las noticias a personas que aseguraban haber visto a Madeleine en alguna ciudad del mundo. Resultaba que cada niña rubia de ojos claros vista en la calle podía ser ella y los medios hacían eco de esto para seguir sacando a la luz el famosos caso.

Pistas falsas, posibles encubrimientos, teorías que no se sustentan y hasta personas que dicen ser Madeleine, son las formas de mantener viva una historia que pareciera no tener final o que quizás si lo tuvo, pero no fue feliz y nos negamos a aceptarlo.

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