¿Es justo juzgar tan despiadamente a las mentes criminales de la sociedad, sin entenderlos?

No soy gran pensador la inteligencia solo me alcanzo para realizar este humilde y sencillo tema.

Una respuesta de dos y escuetas lineas donde lo sencillo nos golpea como pie a los testiculos. Y de paso recorde a aquel personaje de nuestra reciente historia criminal chilensis... El loco Klein

Aqui su historia o al menos parte de ella:

Primero, la historia por la cual es juzgado por la opinion publica

Marisela Poblete, florista de uno de los locales, junto a la entrada principal, dice que vio pasar al Loco Klein varias veces. Siempre iba entierrado. “Se veía desorientado. Provocaba mala espina, la verdad”.
Otra florista reconoce que Julio León la ponía nerviosa: “Es que andaba con los ojos desorbitados. Mi marido me decía qué cuático el gallo que llegó a trabajar a la marmolería . Parecía que anduviera empepado”. Ella tampoco quiere dar su nombre.


Julio León era adicto a la pasta base y cuando se ponía violento había que escapar. En 2008 fue detenido cuando por tercera vez intentó volar con dinamita la casa donde vivía Jocelyn Muñoz, su ex pareja, junto a sus padres y el hijo de ambos.


Los dos primeros ataques fueron frustrados porque el papá de Jocelyn, Hugo Muñoz, montó guardia en la puerta de la casa de la población Chorrillos de Llay Llay. Don Hugo cuenta que el primer ataque lo sintió como si un gato hubiera caído sobre el techo. “Por suerte la dinamita no explotó”.


En la segunda oportunidad lo ahuyentó con gritos, pero la tercera no corrió la misma suerte. “Eran como las 5 de la mañana. Me estaba quedando dormido sentado. En eso lo veo acercarse corriendo con los cartuchos en la mano. Le grité pero no hizo caso. Tiró tres. Dos rebotaron en la pandereta y uno arriba del techo, que hizo un hoyo. No lo podía creer, si acá vive su propio hijo”, dice desconsolado el hombre.


Esa vez fue detenido, pero considerado inimputable, cumplió una condena de 3 años en el Hospital Siquiátrico de Putaendo, el mismo al que volvió ahora tras ser formalizado por homicidio calificado.

La otra cara, lo que habria provocado el probable desorden mental de Klein:


El Loco Klein dormía junto a la tumba de su hijo en Nogales

El cementerio parroquial de esta comuna queda a los pies de un cerro y el suelo es de barro húmedo. Allí pasó refugiado desde la noche del 20 de mayo Julio León Klein, luego de dar muerte con un destornillador a la actual pareja de su ex mujer.


Durante estas últimas dos semanas el Loco Klein trabajó como jornalero de la marmolería Jair Rosas, tapando fosas e instalando lápidas. Se lavaba la ropa en un estero aledaño y dormía junto a la tumba de su hijo, como lo contó el jefe de la Brigada de Homicidios de Los Andes, Carlos Alegría.
“Visitaba la tumba del niño dos o tres veces al día. Era un niño pequeño cuando falleció”, dijo.


Aquí describen a Klein como un tipo flaco, desaseado y creciente barba. “Nunca tuve un problema con él. En las mañanas, cuando yo llegaba, él ya estaba acá y cuando me iba, él se quedaba. Parecía un gallo incapaz de romper un huevo. Claro que todos tratamos de camuflar nuestros errores”, dice un ex colega que no quiere dar su nombre y que no interrumpe su mecánico lanzamiento de tierra húmeda sobre una fosa.

POR LO QUE PUEDEN LEER, DETRAS DE ESTE CRUEL Y SANGUINARIO PERSONAJE, SE ESCONDE TAMBIEN LA TRISTEZA MAS HONDA Y PROFUNDA QUE UN SER HUMANO SIENTE CUANDO PIERDE LO MAS VALIOSO COMO ES LA PERDIDA DE UN HIJO


¿Es justo juzgarlo sin conocerlo realmente?​