Me Espían desde la Deep Web - USB

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Episodio 09: USB

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De alguna manera Morita y el resto de las personas que estaban ahí sabían lo que estaba pasando. Todos me miraban bien contentos, pero yo, como todo el tiempo, era la última en enterarme de que mierda pasaba.

Me lamenté de no haber guardado la fotografía que me había dado antes, para poder compararla bien y salir de esa tremenda duda, aunque la verdad es que no puedo estar tan equivocada, la fotografía es exactamente la misma.

Ya son varios los "Deja Vú" que he sentido el último tiempo, y necesito saber a qué corresponden estas extrañas experiencias. Morita al verme descolocada me hace un gesto con su mano para que me acerque a él. Al hacerlo pone su mano en mi hombro y me dice:

-Acompáñame, te mostraré algo.

Lo sigo, vamos caminando rumbo a la cabina y me da por revisar la fotografía en su parte posterior. Tal vez (pensaba) por atrás tenga escrito algo, como en la fotografía que me había dado originalmente. Pero no. No tenía nada, y al pensarlo bien, si hubiera tenido algo escrito no se cómo se explicaría, eso ya sería magia, y no creo que eso sea precisamente lo que está pasando aquí.

Entramos en la cabina.

- Bueno María, como pudiste ver esa fotografía es la misma que te di hace un tiempo atrás. Y mira, esto es probablemente lo más extraño que...

Lo interrumpo. Ya tenía la respuesta de lo que me iba a decir.

- Ya lo se. Viajaron en el tiempo. Usted y estos científicos descubrieron la forma de viajar en el tiempo y por eso están aquí. Al Morita que asesinaron es el del presente, pero usted, junto con toda esta gente, vienen desde el futuro, por eso es que ahora me están buscando a mí, porque probablemente en el futuro yo descubrí algo importante, o tal vez yo fui la que inventó esta máquina del tiempo y tengo la respuesta que están buscando. ¿Es así sr Morita?

Morita me observa con cara de sorpresa. No se esperaba que descubriera así de rápido su secreto. Pero bueno, por algo es que fui seleccionada como la única alumna de mi universidad con el beneficio de trabajar en el proyecto ALMA. Soy una mujer lista, y descubrirlo era sólo cosa de usar un poco la lógica.

-Wow, de verdad me sorprendiste María. Dime algo, ¿Si yo soy el Morita del futuro, quién eres tú, La María del presente o la del futuro?

Me quedé pensando. Sólo unas horas antes había visto por televisión cómo es que me sacaban esposada desde las oficinas del observatorio.

- Ella es mi "yo" del futuro que seguramente se hizo atrapar para que no me atraparan y así ustedes pudieran encontrarme a mi.

- Interesante María. La verdad es que tienes una tremenda imaginación...

- ¿Pero estoy en lo correcto o no? - Le pregunto

-Ehm, bueno, lamento decepcionarte un poco María. Lamentablemente viajar en el tiempo aún es una cosa imposible. Suena genial lo que dices, pero aún no se puede eso, ni viajar al pasado ni al futuro. Todo esto que dices me recuerda mucho a Terminator o a 12 Monos, ¿sí las viste?, son bien buenas.

Morita se mueve dentro de la cabina y su mirada se dirige hacia la ventana, mirando el vasto horizonte del mar. Me caga que a veces algunas personas busquen parecer bakanes o como con mística, ¡Qué es eso de darme la espalda y mirar hacia el horizonte como pensando en el mañana!

- ¿Entonces qué?, -Le replico algo molesta. ¿Estamos todos muertos y yo estoy en un purgatorio y todavía no me doy cuenta?, ¿O acaso estoy en coma y un día voy a despertar y darme cuenta que todo esto es un sueño?

- Tranquila María, creo que has visto muchas películas, pero está bien, a mi también me gustan mucho. A veces las mismas películas se adelantan a los avances de la ciencia, así que siempre hay que estar atentos a las nuevas cosas que salen.

Respondiendo a tu pregunta, no. No es nada de eso María, nada fantástico o del otro mundo. La verdad, yo tampoco lo sé muy bien, es algo que estamos tratando de averiguar. Hemos avanzado mucho en esto, gracias a ti, pero aún te buscamos María, aún necesitamos saber más, necesitamos dar con tu respuesta. Tú no...

Se abre la puerta de la cabina. Es Osvaldo, quien entra un poco asustado. Han visto a lo lejos un helicóptero que se dirige en dirección hacia el barco. Por la ventana puedo ver hacia abajo como el resto de la tripulación observa inquieta hacia el cielo.

Morita les grita a todos que se muevan y se oculten al interior del barco. Nos quedamos en la cabina en silencio y asustados viendo qué pasa. El helicóptero se acerca peligrosamente sobre el barco. Es de la Gobernación Marítima de Chile.

Aún no sabemos bien qué hacer. Desde el helicóptero dos hombres hacen unas señas y dejan caer una escalera colgante, al parecer van a bajar. Se posan a unos metros sobre el barco. Nadie, ni Morita, ni la tripulación, ni Osvaldo, saben bien quiénes son. Osvaldo me pide que bajemos a escondernos en otro lugar. Veo a Morita, pero sigue sin palabras y asustado viendo por la ventana. No quiso bajar a esconderse.

Junto a Osvaldo llegamos hacia la parte más baja del barco y nos escondimos en la sala de máquinas. Le pregunto si tienen armas o algo para defenderse, pero me mira asustado y me dice que no. Mierda, estamos atrapados en medio del océano y no tenemos escapatoria.

Han pasado unos minutos, que por lo demás han sido eternos. Sudo por todos lados y no escucho ruido alguno más que el del mismo barco. Me desespera ese ruido de máquina vieja, tengo que taparme los oídos porque es demasiado molesto.

Alguien ha bajado. Es Morita que grita bien fuerte llamando a Osvaldo. Le digo que salgamos, que abramos la puerta para decirle que estamos bien. Pero me tapa la boca y me pide que guarde silencio. Teme que Morita esté acompañado con estas personas del helicóptero y quieran atraparnos.

Hay una manta vieja y llena de grasa en un costado. Osvaldo me pide que me cubra con ella y que por ningún motivo salga. Le hago caso y me meto entre los tubos y me cubro. Osvaldo me mira tristemente y abre la puerta para salir. Lo hace con sus manos en alto, para que no le hagan nada y cierra la puerta.

- Aquí estoy. Grita Osvaldo. Se oyen unos pasos bajando las escaleras metálicas. No alcanzo a distinguir qué más sucede, pues el ruido del barco no me permite escuchar bien. Pasa un minuto y abren la puerta. Estoy tapada con la manta esperando lo peor.

Entra Osvaldo, Morita y otras dos personas más.

- María, ya puedes salir, me dice Osvaldo.

Me descubro toda asustada. Junto a Morita está Osvaldo, y tras de ellos están estas dos personas que habían bajado del helicóptero. Sorprendida miro a uno de ellos. Era Richard. El joven al que le había dado el USB para que lo revisara.

- Vamos María, tenemos que salir de aquí.

Salgo de entre los tubos. Estaba toda sucia por la grasa de esa manta. Richard me sonríe. Todos se ven tranquilos. Al parecer todos se conocían de antes y yo, como siempre, soy la última en enterarme de todo.

Algo molesta después del tremendo susto que me he llevado les hablo a los tres y les digo.

- Si soy tan importante en todo esto, ya viene el tiempo en que me tengan más respeto y dejen de tenerme así, toda asustada y enterándome de todo a última hora.

Richard se acerca a abrazarme. Es extraño, porque no tenía una cercanía con él. Simplemente un día nos reunimos en una estación de metro porque se había ofrecido a revisar el USB. Después nunca más volví a saber de él, por lo que esa muestra de afecto me pareció curiosa. Incluso en un momento sentí como si me estuviese manoseando.

Subimos hacia la superficie del barco. La gente de la tripulación está toda reunida arriba. Se ven medios nerviosos, pero es porque seguramente no saben que Richard es de los nuestros.

Richard nos señala que debemos irnos en el helicóptero hacia un lugar más seguro. Debemos irnos pronto junto a Morita y Osvaldo.

Estamos ahí, reunidos para subir por esa peligrosa escalera. El hombre que acompaña a Richard toma su radio. Le están hablando. Le hablan como en código militar y no sé que significa.

Le pide a Richard que suba primero. Richard me mira y luego sube por las escaleras. Lo hace con un poco de dificultad, pero llega al helicóptero. Nos hace la seña desde arriba de que es sencillo subir. No me convence mucho, mientras subía se notaba que estaba cagado de miedo.

Es el turno de Osvaldo. Un poco asustado y tembloroso sube por la escalera lentamente. A mitad de camino se oye un disparo. Posterior a eso desde el helicóptero uno de los hombres lanza el cuerpo de Richard al mar. Luego ese mismo hombre le dispara a Osvaldo quien cae desvanecido. No pasa un segundo y el que nos acompaña remata a Morita y luego me lanza a quemarropa 4 disparos en el pecho.

Me estoy muriendo.

 

Vale por las sugerencias.