El secreto de fatima...ovni? 2da parte

Tema en 'Cementerio De Temas' iniciado por ppbarraza, 11 Mar 2010.

  1. ppbarraza

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    EL SECUESTRO DE LOS VIDENTES

    Los incidentes en Cova da Íria comenzaron a ser publicados en los periódicos de Portugal, llamando la atención de más fieles y curiosos, pero también de más escépticos. Uno de los principales enemigos de las apariciones fue Arturo d’Oliveira Santos, masón, editor de un periódico republicano local y alcalde de Vila Nova da Ourém, a cuyo distrito pertenece Fátima.

    Tres días antes de la cuarta aparición, Santos se reunió con los padres de los videntes y con Lúcia, sin conseguir que la niña le revelara el tercer secreto. El 13 de agosto en la mañana acudió al lugar de las apariciones –donde se habían congregado unas 18 mil personas– (8) y, tras engañar a los niños, los llevó a Ourém. Fue por eso que los pequeños faltaron a su cita de agosto.

    Mientras los pastorcillos estaban en Ourém, en Cova da Íria un trueno, seguido por un relámpago, marcó la llegada de la señora. Los que estaban más cerca de la encina de las apariciones se retiraron un poco, asustados, y algunos testigos dijeron haber visto una pequeña nube, muy blanca y delicada, que se posó sobre el árbol por un momento, para después elevarse y desaparecer.

    “Cuando miramos alrededor, todos vimos lo mismo, que volvió a suceder durante los meses venideros. Nuestros rostros reflejaban los colores del arcoiris: rosa, rojo y azul. Los árboles parecían tener brotes en vez de hojas, como si cada hoja se hubiera transformado en una flor. La tierra brilló con todos los colores, al igual que las nubes...”, escribió posteriormente María Carreira (9).

    Según Jacques Vallée, astrónomo, doctor en ciencias de la computación y uno de los ufólogos más influyentes y respetados, durante una investigación canónica sobre la aparición, Manuel Pedro Marto declaró bajo juramento haber visto un “globo luminoso girando por las nubes”. “Los testigos también presenciaron la ‘caída de flores’, el famoso fenómeno de los ‘cabellos de ángel’ tantas veces reportado luego del paso de un OVNI e interpretado a veces como un efecto de ionización”, agrega Vallée (10).

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    En este cuadro de una natividad, atribuido a la escuela de Filippo
    Lippi, vemos lo que podría ser un ovni, ademas mas abajo aparece un hombre tapando su rostro aparentemente mirando hacia el objeto.


    Mientras tanto, los videntes aún se encontraban secuestrados en Ourém. Cuando se dio cuenta de que los pequeños no le confiarían su secreto, Santos los llevó de vuelta a Fátima el 15 de agosto. Cuatro días después, mientras hacían pastar a sus ovejas en un campo conocido como “Valinhos” (“Vallecitos”), cerca de Aljustrel, a eso de las cuatro de la tarde, la entidad se les presentó de nuevo, reiterando que no dejaran de rezar el rosario y confirmando que un “gran milagro” tendría lugar durante su última aparición.

    Según se supo después, al mismo tiempo que los niños tenían su cuarto encuentro con la señora en Valinhos, en Aljustrel se registró un fenómeno atmosférico peculiar, muy parecido a lo visto en Cova da Íria el 13 de agosto. Algunos testigos –entre los que se encontraban Theresa dos Santos, hermana de Lúcia, y su marido– aseguraron que la temperatura disminuyó notablemente y que el Sol se tornó de varios colores, reflejando esos espectros en objetos cercanos y en las ropas de quienes presenciaron el fenómeno.

    EL ENCUENTRO DE SEPTIEMBRE

    La aparición del 13 de septiembre fue una de las más memorables. Cerca de 30 mil personas (11) coparon los caminos rurales que llevaban a Fátima para asistir ese día a Cova da Íria. Entre ellos se encontraban dos sacerdotes que habían acudido con una gran cuota de escepticismo para comprobar de primera mano qué estaba sucediendo en el lugar. Hesemann identifica a uno de ellos como “un alto dignatario de la Iglesia, monseñor Joao Wuaresma”

    Hacia el mediodía reinaba un silencio que sólo era interrumpido por los murmullos de oraciones. Pero repentinamente se alzaron voces de gozo y alabanzas hacia la virgen, mientras muchos apuntaban hacia cierto punto del cielo despejado, sin ninguna nube.

    “De pronto, para mi gran sorpresa, vi claramente una esfera brillante desplazándose majestuosamente por los cielos, moviéndose de este a oeste. Mi amigo (el sacerdote que lo acompañaba) también tuvo la buena fortuna de ver esta maravillosa e inesperada aparición. Repentinamente, la esfera desapareció y sólo quedó una luz muy inusual”, dice “monseñor Wuaresma”, según Hesemann.

    Posteriormente, el testigo advirtió que una niña que estaba cerca de él aún veía la esfera y dijo que estaba descendiendo. Durante el encuentro, los pastorcillos volvieron a ver a la señora en el centro del globo de luz, quien les reiteró que continuaran rezando el rosario, dijo que Dios estaba complacido con sus sacrificios y, ante una nueva petición de Lúcia para que curara a los enfermos, aseguró que sanaría sólo a algunos. Antes de retirarse, volvió a anunciar un milagro para octubre y después, de acuerdo al relato de monseñor Wuaresma citado por Hesemann, otro menor apuntó al cielo, gritando que la esfera se estaba retirando.

    “Los niños habían visto a la misma madre de Dios, mientras que a nosotros sólo se nos permitió ver el vehículo que la trajo del cielo”, agrega el prelado (13). Tanto Vallée como Hesemann consignan que muchos de los presentes fueron testigos de la caída de “pétalos de rosa”, que desaparecían apenas llegaban al suelo.

    LA DANZA DEL SOL

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    La mañana del 13 de octubre de 1917 no parecía muy promisoria. Pero a pesar de la llovizna y de las negras nubes que cubrían el firmamento, entre 50 mil y 70 mil peregrinos llegaron a Fátima para presenciar el milagro prometido.

    A duras penas, un grupo de creyentes locales abrió paso para que los niños llegaran hasta la encina de las apariciones. En muchos había aumentado la incredulidad porque ya era pasado el mediodía y aún no sucedía nada, cuando Lúcia aseguró que había visto el relámpago y que la señora venía.

    Ante la maravillosa visión, los tres niños se arrodillaron y Lúcia preguntó por última vez: “¿Qué es lo que vuestra merced desea de mí?”. La entidad dijo que quería que en el lugar se construyera una capilla en su honor, tras lo cual se identificó como “la señora del Rosario”. A continuación volvió a pedir a los pastorcillos que siguieran rezando el rosario todos los días y agregó que la guerra terminaría y que los soldados volverían pronto a sus casas.

    Poco después, la aparición se elevó lentamente y se perdió en dirección al Sol. Y fue entonces cuando ocurrió el fenómeno más recordado de los eventos de Fátima: la “danza del Sol”, término acuñado por el sacerdote Joseph Pelletier, autor, precisamente, del libro “El Sol danzó en Fátima” –uno de los textos más completos sobre los hechos acaecidos en Cova da Íria–, en el que se basaron Vallée y Hesemann (aunque este último no menciona sus fuentes).

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    Sacerdotes, laicos, analfabetos, hombres de ciencia, creyentes y escépticos vieron y describieron al Sol abriéndose paso entre las nubes, realizando fantásticas evoluciones, cambiando de color y asustando a los peregrinos. La mayoría de los textos sobre el milagro de Fátima incluyen el testimonio “autorizado” de un científico, el profesor Almeida Garrett, catedrático de la Universidad de Coimbra, quien declaró que poco después de las 13:30 horas escuchó “gritos provenientes de miles de personas” y vio que “la muchedumbre se había retirado de la encina y ahora todos miraban en dirección opuesta, hacia el cielo”.

    “El Sol, que había estado escondido detrás de las oscuras nubes, salió y brilló. Miré en la misma dirección y vi el Sol, claramente definido y radiante, pero no me hirió los ojos. No estoy de acuerdo con la descripción, que escuché bastante en Fátima, de que el Sol parecía un disco de color plateado oscuro. Su color era más intenso, más claro y más brillante. No se parecía para nada a la Luna en una noche clara. No era esférico como la Luna y no tenía el mismo color. Parecía una rueda resplandeciente hecha de madreperla. Tuve la impresión de que se trataba de un ser vivo”, relata.

    “Descripciones de ‘opaco’, ‘difuso’ o ‘velado’ no se aplican a este disco. (El fenómeno) irradiaba luz y calor y tenía contornos claramente definidos... El Sol no se quedó en su lugar, sino que comenzó a dar vueltas a gran velocidad. De pronto, gritos de terror se elevaron desde la multitud. Parecía como si el Sol, girando de forma salvaje, se hubiera desprendido del cielo y se dirigiera hacia la tierra, como si nos fuera a abrasar con su fuego. Esos fueron momentos terroríficos. Durante este fenómeno solar, los colores de la atmósfera fueron cambiando”, agrega el doctor Almeida Garrett, tras lo cual describe cómo los objetos y personas a su alrededor adquirían tonalidades rojizas, púrpuras, azules y amarillas, antes de que las cosas volvieran a la normalidad (14).

    Miles de personas gritaron y lloraron y otros se arrodillaron, confesando sus pecados a viva voz. Muchos no creyentes se convirtieron. Al cabo de alrededor de diez minutos todo había terminado. Aún incrédulos ante lo que habían visto, cientos de personas notaron que el suelo y sus ropas, hasta hacía sólo un momento empapados por la lluvia, ahora estaban secos.

    De esa forma, la señora cumplió con el milagro que había prometido. También se cumplieron sus otras profecías. La Primera Guerra Mundial terminó al año siguiente, pero otra peor comenzó en 1939, el mismo año en que murió el Papa Pío XI.

    Pero las profecías también se cumplieron para los pequeños videntes. Entre octubre y diciembre de 1918, Francisco y Jacinta contrajeron la influenza española. El 4 de abril de 1919, Francisco falleció a la edad de diez años, como consecuencia de una neumonía severa. Jacinta murió el 20 de febrero de 1920, sin haber alcanzado a cumplir los diez años. El 12 de septiembre de 1934 los restos de Francisco y Jacinta fueron enterrados juntos. Se dice que cuando exhumaron el cuerpo de Jacinta para realizar esta operación, se comprobó que éste se encontraba incorrupto. Ambos niños fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II en 2000.

    Lúcia eligió la vida contemplativa. El 17 de junio de 1921 entró al colegio de la orden de santa Dorotea, congregación en la que fue aceptada el 24 de octubre de 1925. El 13 de mayo de 1948 se unió a la orden de las monjas Carmelitas y ha vivido enclaustrada en un convento de Coimbra, al norte de Portugal, la mayor parte de su vida. En ocasiones ha recibido a altos dignatarios de la Iglesia y en dos o tres oportunidades ha salido del claustro para reunirse con el Papa durante visitas que distintos pontífices han realizado al santuario de Fátima.



    La hermana Lucía de Fátima murió el 13 de febrero de 2005, el mismo día del mes en el que, en 1917, durante seis meses (mayo - octubre) se llevaron a cabo las apariciones.

    primera parte aca :

    http://www.portalnet.cl/comunidad/showthread.php?t=444855
     
  2. sw_soldier

    sw_soldier Usuario Nuevo nvl. 1
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  3. darkanus26

    darkanus26 Usuario Nuevo nvl. 1
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    gracias por esta información cumpa