Campo Elías Delgado: la masacre de Pozzetto

Tema en 'Cementerio De Temas' iniciado por mackblacks, 15 Feb 2011.

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  1. mackblacks

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    Campo Elías Delgado Moreno nació el 24 de junio de 1934 en Chinácota, Colombia. Su padre se suicidó cuando él tenía seis años. Cuando era niño, un vecino tenía un loro en su casa. A él no le gustaba ese animal. Se ingenió la manera de meterle, poco a poco, alfileres para matarlo. Llegó un día en que el loro no podía caminar. Lo revisaron y estaba lleno de alfileres; el loro murió poco después, entre atroces dolores. Campo Elías estudió medicina y luego se enlistó para la guerra de Vietnam en 1970, en donde estuvo presente en dos oportunidades, la segunda de voluntario. Fue Boina Verde y parte del cuerpo de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos. Viajó en misiones especiales a Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá y España. Luego de retirarse se refugió en las calles de Nueva York. Allí intentaron atracarlo, por lo que decidió regresar a Bogotá, en donde recibía mensualmente su pensión en dólares, aunque dejó de llegar inexplicablemente a su apartado aéreo y, curiosamente, tampoco la siguió reclamando.

    Campo Elías era un hombre de estatura mediana. A sus 52 años, tenía un paso firme y rápido. Su madre era una persona de presencia pulcra y sencilla. Tras su experiencia en la guerra, Campo Elías se volvió antisocial y amargado. Era incapaz de desarrollar relaciones o amistades con otras personas y culpaba a su madre por esto. Con los años el resentimiento contra su madre creció. Su sueño era ser reconocido como un gran escritor. Pero sobrevivía dando clases privadas de inglés y cursaba estudios superiores en la Universidad Javeriana de Bogotá. Uno de los rasgos sobresalientes de su personalidad era un desmedido afán por el orden y la pulcritud. En el Centro de Estudios Profesionales, donde meses antes de la masacre aprendió programación y manejo de computadores, lo recuerdan por su puntualidad a toda prueba y su obsesión limpieza, que lo llevaba, casi ritualmente, a retocar con su pañuelo todas las mañanas la pantalla y el teclado del computador y a lavar con sumo cuidado sus manos después de terminada la práctica. Desarrollaba además la puntualidad de manera obsesiva y la rectitud sin tacha en el manejo del dinero. Nunca se atrasaba en sus pagos y cumplía siempre con los términos en los negocios que realizaba.

    En su vida social era un caballero sin tacha. Serio, metódico y reputado como inteligente, terminó sin problemas sus estudios secundarios, diciéndose de él que era un alumno ejemplar, de buenas costumbres y destacado como uno de los mejores del establecimiento. Era un fanático del aseo personal. Después de ducharse, no se secaba el cuerpo con toalla sino con papel higiénico, para que la operación fuera más aséptica, rehusando además compartir el baño con su madre, única persona con la que convivía, y quien se veía por tal motivo obligada a utilizar el baño de servicio. A veces golpeaba a su madre a causa de los ataques de ira que sufría.
    No bebía ni fumaba, andaba siempre pulcramente vestido aunque en mangas de camisa y sus zapatos permanecían bien lustrados y relucientes. Cuando alguno de sus compañeros le preguntó, en una ocasión, por qué salía a la calle tan desabrigado, sin importarle el frío bogotano, Campo Elías se limitó a responderle: "Porque tengo el corazón caliente". Campo Elías Delgado era celoso con su vida íntima. Durante año y medio que mantuvo amistad con Jaime Paz, su profesor de computación, jamás habló de su vida personal ni se interesó tampoco por la de éste. La comunicación se limitó casi siempre a tareas funcionales que tenían que ver con su oficio en común. Lo llamaba, por lo general de madrugada, para consultarle problemas atinentes a programas que intentaba construir y cuando lograba superar el obstáculo, llegaba a primera hora al centro de estudios a compartir con el profesor su éxito. Nunca, sin embargo, una palabra sobre su madre; nunca relatos sobre su pasado.

    Damián Alcázar como Campo Elías Delgado en la película Satanás
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    Satanás: la cinta sobre Campo Elías Delgado
    Después de eso, Campo Elías fue a las oficinas del Banco de Bogotá para cerrar la cuenta de número 4352354 que tenía allí; su saldo era de $49.896.93. El cajero intento redondear la cifra, pero Campo Elías no estaba de acuerdo. Se quejó y exigió hasta que recibió los centavos completos, para quedar sin deberle al banco y sin que el banco le debiera nada a él; era un problema, pues las monedas de centavo ya estaban fuera de circulación. Esa misma tarde, Campo Elías adquirió aproximadamente quinientos proyectiles para un revolver calibre .32 largo. Sus problemas personales, el rechazo que había sentido por parte de las mujeres, su distanciamiento con la madre y el resentimiento social, explotarían en una incontrolable ola de violencia. Esa noche, tras regresar al departamento donde vivía con su madre, Rita Elisa Morales de Delgado, inició una discusión con ella. Luego empezó a golpearla, tomó un cuchillo y le dio varias puñaladas, hasta que la mató.

    El Banco de Bogotá
    Al otro día, el jueves 4 de diciembre, igual que otros asesinos en masa, se dio un duchazo y se vistió con ropa limpia. Guardó en su maletín el revólver y las municiones, y se fue a buscar a un amigo con el que jugaba ajedrez, pero no lo encontró. Fue luego a visitar a Nora Becerra de Rincón y a su hija Claudia. Sin que esta última se diera cuenta, Campo Elías amordazó y amarró a la mujer, intentando abusar sexualmente de ella. Después tomó un cuchillo y la asesinó en la sala de la casa, dándole cuatro puñaladas. Luego se dirigió a la recámara; Claudia estaba estudiando. Campo Elías la abordó, hablaron de nuevo sobre Jekyll y Hyde, y después la obligó a tenderse sobre la cama; la amarró de pies y manos y la amordazó. Se puso sobre ella, la besó en la boca en repetidas ocasiones y después comenzó a apuñalarla; le dio veintidós puñaladas antes de que la chica muriera. Tomó el ejemplar del libro de Stevenson y se lo llevó consigo. Claudia tenía un hermano de once años llamado Julio Eduardo, quien no estaba cuando los asesinatos ocurrieron. Fue el primero que se dio cuenta de lo que había pasado con su mamá y con su hermana cuando entro a la mañana siguiente al departamento.

    El cadáver apuñalado de la adolescente Claudia Rincón Becerra
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    A las 16:00 horas regresó a casa; envolvió el cadáver de su madre en papel periódico y la roció con gasolina, prendiéndole fuego. Con el pretexto de llamar a los bomberos, hizo que le abrieran la puerta dos vecinas, que respondían a los nombres de Inés Gordi Galat y Nelsy Patricia Cortez, y vivían en el departamento 301; también las mató de un disparo en la cabeza. Fue entonces al departamento 302, donde vivía Gloria Isabel Agudelo León, mujer de cincuenta años con quien Campo Elías siempre tuvo problemas. Ella salió a averiguar lo que sucedía y esto le costó la vida.

    El edificio de departamentos
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