Vacaciones donde mis tíos (Parte 2)

Hola, soy Javi. En esta historia soy una mujer de 21 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que entreno a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.

Al día siguiente de que estuvimos en ese río, me desperté un rato después de que mis papás y mis tíos salieron al centro para comprar unas cositas para almorzar. Como tenía la casa para mi sola, me levanté para probarme el traje de baño que me había regalado mi tía. Era un bikini anaranjado, de esos que tienen un color muy prendido, algo fosforescente. A mi me gustó mucho el regalo, así que me lo quise probar al tiro jaja.
Como muchos sabrán, mi trasero es bien paradito y me lo quise ver frente al espejo jaja. Me gustaba muchísimo el cómo me quedaba el traje de baño, así que me puse a modelarlo jajaja como estaba sola ahí, me daba prácticamente lo mismo.
Todo iba prácticamente bien, esperando a que la familia no llegara a la casa tan pronto, cuando me di cuenta de que mi tío estaba en la cocina mirándome. Yo quedé congeladísima durante unos segundos hasta que reaccioné y me tapé con una polera mientras me reía con nervios.
Mi tío se acercó para decirme que no tenía que preocuparme, que como él ya me había visto de pequeña, no había problema en verme ahora, además, él era mi tío, así que no había problema en nada. Él me hizo sentir un poco más de confianza, así que me subí a la pieza para vestirme.
Me quedé pensado, en por qué mi tío aun estaba en la casa, si se supone que todos habían ido al centro. Bajé inmediatamente a preguntarle qué onda había pasado y me dijo que él había preferido quedarse durmiendo un poco más, pero que los demás iban a comprar comida. Mientras tanto, él se puso a prepararme desayuno y yo me senté

Alberto: Oye, te quedaba bien bonito el bikini, ¿ah?
Yo: Ay, no me diga nada. Que me da vergüenza.
Alberto: ¿Y qué se me enoja? Si el que eligió ese traje de baño fui yo jaja.
Yo: ¿En serio?
Alberto: Si po. Si yo sabía que te iba a gustar. No por nada soy tu tío favorito.
Yo: Jaja si claro.

Igual me sonrojé un poquito cuando me dijo eso, porque igual yo encontraba muy atractivo a mi tío. Y que me dijera eso así de la nada, como que igual me descolocó un poco.
Sin embargo, no dejé que me pusiera nerviosa con esas cosas jjaa, después de todo, yo ya era una mujer grande, tenía mi madurez un poco más desarrollada y sabía exactamente cuáles eran mis puntos débiles, así que no debía tener ningún problema en un trato como ese.
La verdad es que siéndoles muy sincera, en ese entonces ya igual se había pasado el tema de mi último ex y no había tenido un interés así por un hombre hacía harto tiempo jaja entonces ustedes entenderán lo que este hombre me estaba provocando ahora. Por mi mente igual pasaron imágenes haciendo alguna que otra cosa loca, pero no podía dejarme llevar así como así, después de todo, era mi tío no más.
Por la tarde, mis papis llegaron con mi tía y empezaron a prepararse el almuerzo para que todos comiéramos. No ocurrió nada más allá de lo normal, después de almuerzo salimos a recorrer el centro y picoteamos una cositas por ahí.
Por lo que ustedes vinieron, ocurrió exactamente a los dos días después. Mi papá tuvo que regresarse a su trabajo por un tema de negocios. Mi madre y mi tía salieron a vitrinear ropita y mi tío se quedó en casa conmigo. Era el momento perfecto para que mi fantasía de pequeña se hiciera realidad. Aunque claro, mi fantasía de niña chica era darle un beso jajaja, pero ahora yo tenía unas ganas terribles de que pasara algo más. Porque obvio, era un hombre totalmente atractivo para mi, me llamaba muchísimo la atención y necesitaba tener algo de sexo después de harto tiempo.
El tema es que mi tío me invitó a jugar ping-pong en una mesa que tenía en una salita. Nos fuimos para allá y empezamos a jugar. Yo llevaba puesto un vestido que me llegaba hasta las rodillas, entonces cada vez que mi tío hacía un remache y la pelota saltaba lejos, yo me agachaba para recogerla. En eso, mi tío obviamente aprovechaba de mirarme (esto me lo asumió después de todo). Seguíamos jugando, hasta que en un momento me aburrí y le pedí que no jugara tan violento conmigo, que apenas sabía jugar y no era tan buena como él.
Alberto se acercó a mi intentando consolarme con una voz super tierna jjaja y empezamos a jugar con voces de bebé. Yo haciéndome la víctima y él haciéndose el responsable conmigo. Lo intenté abrazar y él se dejaba querer no más, se notaba poquito que también quería algo.
Cuando más cerca estábamos, fue él quien finalmente se atrevió y me dio un piquito. Yo me quedé mirándolo y le correspondí con un beso que siguió durante varios minutos. Él me acariciaba y me tomaba de la pierna y como no podíamos apoyarnos en la mesa, por obvias razones, me intentaba sujetar con su brazo. Mientras nos besábamos, yo tocaba su panza y tenía unas ganas terribles de llevarla un poco más abajo. Fue entonces que simplemente me atreví y lo hice. A él pareció gustarle mucho, sin embargo, supongo que se habrá sentido un poco incómodo por el hecho de que era su sobrina.
Preferí seguir no más y él también siguió adelante conmigo. Mientras seguíamos besándonos, él empezó a levantarme el vestido y descubrió que tenía puesto el traje de baño que me había regalado jiji. Y si, todo estaba planeado por mi jajajaja, de alguna u otra forma, las cosas se me dieron bien.
Él se puso rojito mientras yo le sonreía con una cara bien seductora. Así que decidimos movernos y nos fuimos a la pieza. Allí me propuse hacer lo que tenía pensado de hace mucho rato. Mientras aun besaba a mi tío, empecé a bajarle los pantalones y me arrodillé frente a él. Empecé a masajear su pene que estaba bien grande y fue entonces que él se empezó a volver medio loquito. Me tomaba de la cabeza y la presionaba contra él, supongo que con la intención de que todo entrara en mi boca.
Luego de un rato haciéndole sexo oral, me levanté y empujé a mi tío para que cayera en la cama mientras yo me quitaba el vestido y el traje de baño. Él estaba acostadito y entonces yo me senté en sus piernas, diciéndole que hacía mucho tiempo tenía ganas de hacer eso con él. Claro que como ahora ya era una mujer mayor de edad, podía hacer lo que me daba la gana.
Él no opuso ninguna resistencia, así que tomé su pene y me fui sentando sobre él de a poquito hasta que entró. Empecé a cabalgarle lentito hasta que dentro de poco ya iba con más ganitas. Créanme cuando les digo que estaba realmente excitada y estaba vuelta loca con mi tío.
Alberto me sujetaba las caderas para moverme mejor y yo simplemente me dejaba querer. Ninguno de los dos estaba interesado en lo que fuera que ocurriera afuera, así que seguimos dándole durante un buen rato.
Luego de eso, mi tío tenía las claras intenciones de ponerme en cuatro jajaa. Me quitó de encima y me dejó de perrito sobre la cama. Se quedó un ratito acariciándome el trasero y después me fue penetrando con ganas. Lo escuchaba jadear detrás de mi mientras me sujetaba los hombros, yo simplemente gemía del placer, porque se los digo, esa situación fue demasiado exquisita. Fue una experiencia muy buena.
Después de un rato mi tío me dijo que ya se venía, así que me senté en la cama y comencé a masturbarlo. Le dije que se podía ir en mi boca, que no había problema con eso. Ni se imaginan la carita que me puso cuando el dije eso jajaja, quedó loquísimo.
Se lo chupé hasta que eyaculó todo el semen y luego de tragármelo todo, le chupé el pene un poquito más hasta dejarlo limpiecito. Mi tío me miraba con una cara de depravado jajja, pero fue una rica experiencia para mi.
Al final nos vestimos, él me dio un beso en la frente y unos 30 minutos después llegaron mi tía y mi madre con unas bolsitas de lo que habían comprado. Ellas nunca se enteraron de nada de lo que había pasado, porque nos pillaron viendo pelis en el sillón.

Espero que les haya gustado esta vivencia, porque claro, estas historias son experiencias que he tenido en mi vida. Como muchos ya saben, disfruto mucho del buen sexo y en esta ocasión, por más extraño que fuera el tener sexo con un familiar, para mi resultó ser bastante cómodo y agradable.