Mi nombre es Roxana

Mi nombre es Roxana, y a continuación escribiré mi única confesión, la que me ha tenido atada física y psicológicamente, la que me ha hecho abrir los ojos y mi mente.

Nací en Venezuela, mi madre es Venezolana y mi padre es Chileno, a los 3 años llegué a Chile y aquí me quedé, viviendo cerca de la plaza Ñuñoa donde crecí y hasta hace poco vivía. Actualmente tengo 44 años, gozo de una vida normal y de buena salud, y mi espejo me reitera día a día que sigo viéndome como una mujer hecha y derecha, sigo preocupándome de mí y mi cuerpo, y como me han dicho represento perfectamente a la mujer venezolana.

Aún recuerdo todo: cuando era jovencita no sabía mucho de la vida, más exactamente de los placeres de la vida, iba en un colegio de monjas y mi padre que es un típico conservador, quería que yo fuera monja, mi madre, todo lo contrario, ella adivinaba que yo iba a ser una modelo, que tenía la talla para eso, y, era verdad, luzco unas tallas excepcionales, buenos muslos, trasero de manzana y un buen busto, me han dicho, jajaja. Una morena hecha y derecha, como ella decía.
Más adelante, salí del colegio y me puse a estudiar Relaciones Públicas, en la Universidad mis padres me dieron más libertad, a regañadientes de mi padre. Me compraron un departamento, para que estuviera más cerca de mi Universidad, luego me di cuenta que esto fue un gran acierto de su parte... En la universidad conocí en cuarto año a quien iba a ser el amor de mi vida, él era un maestro, un conocedor de los placeres sexuales, él fue quien abrió mi mente... y otras cosas también, mi gran amor, Roberto.

Aún recuerdo mi primera vez la tuve con él, a los 22 años, siempre recuerdo que me recriminaba a mí misma por haberme entregado tan fácil, decía yo... llevábamos como 4 meses saliendo, y un día le propuse ir a mi departamento, le dije que vivía sola, y él aceptó, fuimos en su auto, entramos al departamento, a él le gustó mucho que viviera sola, ese día le preparé una comida exquisita, luego tomamos vino en la terraza, cuando de repente me subió un calor inmenso, extrañamente me dieron muchas ganas de besar a Roberto, que bah, simplemente lo hice, no me interesaba nada más en ese momento, mientras besaba sus labios carnosos me di cuenta que esa noche iba a ser completamente suya, le pedí por favor que fuera suave conmigo, y él me dijo que sí, que me trataría como una flor, mientras me desnudaba poco a poco y me llevaba a la habitación, nos besábamos como dos locos, el me agarraba el culo muy fuerte, me manoseaba mucho, jadeaba mucho parecía un animal, y eso despertó mis más oscuros instintos, me subí arriba de él en la cama, y él rompió mi camisa, y me sacó los sostenes rompiéndolos, yo le ofrecí mis tetas y el las tocó y besó con mucha pasión, mis pezones erectos estaban muy duros, luego sin pensarlo bajé, lo único que deseaba en ese momento era conocer su pene, le bajé rauda los pantalones y sus bóxer, y me encontré un pene exquisito, era muy grande y grueso, lo masturbé, tenía curiosidad para ver que haría si lo masturbaba rápidamente y, como una niñita con su juguete, le hice todo lo que se me ocurrió, luego él me preguntó si estaba lista y yo... obvio, me puso abajo y yo abrí mis piernas todo lo que pude, y el entró.

Y no, no fue ni maravilloso ni como un sueño (Así lo pintan la mayoría), fue caliente, morboso y muy carnal sentir eso, como él se adentraba en mis entrañas y se aferraba a mi cuerpo como un animal, sentir como me desgarraba la vagina y entraba y salía y entraba y salía es imposible para mí describir a cabalidad esa sensación, hoy sé que era eso, me sentía como una perra, una verdadera prostituta, porque eso es lo que yo quería, sentirme así, cuando me di cuenta él estaba dándome todo lo que quería, su semen, eso, sentirme llena por él. Como estaba tan apretadita sentí cada descarga de semen que él me daba, sentía como su pene tiritaba, como tenía espasmos dentro de mí.

Esto fue el comienzo de una maravillosa relación, luego me di cuenta que las relaciones en la vida no son todo, y de a poco fuimos fantaseando juntos, en nuestra imaginación, morbo y calentura descubrimos un mundo nuevo, y la verdad es que no hay fantasía que no hayamos imaginado, lo que yo no sabía era que pronto no conoceríamos límites entre la fantasía y la realidad.

En ésta oportunidad, me limitaré a relatarles sólo el punto culmine de mi revelación sexual; aún recuerdo con exactitud ese 13 de Febrero, ya llevábamos 5 años de relación con Roberto y no teníamos tapujos, vivíamos juntos, andábamos en pelotas, él me decía que yo me había transformado en una bestia sexual digna de ser admirada, ese día sabíamos que terminaría de una forma excepcional…

Quisimos ir lejos de la capital, nos fuimos directo por la carretera sin un lugar fijo a donde ir, luego de manejar unas 3 horas paramos en la carretera, y llegamos a un lugar de camping, fuimos a mirar (no teníamos nada para acampar) y casualmente nos encontramos a un grupo bastante grande de personas (alrededor de 15) que iban a acampar ahí esa noche. Una pareja que estaba ahí nos invitó a quedarnos, nos dijo que su carpa era bastante grande, y nosotros aceptamos, ya que congeniamos bastante bien con todos los del grupo, luego, adentrándonos en la noche, fuimos tomando más confianza entre todos, los tragos empezaban a hacer efecto y a las 12 ya todos éramos íntimos amigos. Eran todos jóvenes y de a poquito se fueron sacando unos pitos por aquí y otras cosas por allá, y todos se compartían, entre el alcohol y las drogas todo se fue dando, nos pusimos realmente calientes y lo único que queríamos era hacerlo ahí mismo, de repente, nos dimos cuenta que ya varias parejas estaban besándose frenéticamente, mi vagina se empezó a mojar, besé a Roberto, nos fuimos a la carpa, estaba la otra pareja, no nos importó, nos sacamos la ropa, estábamos haciendo el amor con otra pareja a nuestro lado, todo fluía de manera natural, cuando de repente la otra pareja nos dice que vayamos a fuera rápido, que teníamos que ver algo, salimos desnudos y vimos a muchas parejas haciéndolo juntas, era una orgía bestial, algo que nunca había visto, nuestros sentidos se pusieron a mil, nuestros sexos se hincharon, ya no pensábamos, solo queríamos sexo y más sexo, nos metimos entre medio de todos, yo sentía como 3 o 4 manos recorrían todo mi cuerpo, Roberto dentro de mí, me bombeaba la vagina una y otra vez, buscaba con mis manos un pene para tocar, y encontré uno, lo masturbe frenéticamente, me lo metió a la boca ese sujeto quería metérmelo entero, trataba de tragármelo, me follaba la boca, yo me sentía una perra insaciable engullendo ese pico, busque otro pene para tocar mientras chupaba uno y me lo metía otro, estaba con 3 penes a mi disposición, luego, Roberto se puso abajo mío, para metérmelo por el ano, y después supe que así alguien me lo metería también por la vagina, en ese momento me puse muy cachonda y quería todos los penes dentro mío, cuatro hombres estaban poseyéndome, sentía esas carnes entrar por mi vagina, mi ano, mi culo reventado, mi vagina mojadísima, mi boca llena, mis manos cansadas de tanto masturbar. Los chicos se pusieron de acuerdo para irse todos al mismo tiempo en mi cuerpo, y poco a poco fueron evacuando su semen, me lo tiraron en la cara, en la boca, en mis tetas, me pusieron en cuatro y me lo tiraban en el culo, quedé exhausta, y ellos también.

Al otro día amanecimos todos revueltos, y yo con mi Roberto dimos las gracias, ordenamos un poco, y nos fuimos a casa, con una sonrisa de oreja a oreja, no sólo por la noche pasada, sino porque sabíamos que esto era el clímax de nuestra verdadera revelación sexual, la cual hasta el día de hoy no hemos parado.

 

Gracias por las notas chiquillos y por leer el relato ^^