Mi primer relato.

Hola, soy Javi. Soy una mujer de 24 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que voy al gym a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.
Ahora que ya terminó mi presentación de manera formal, estaba pensando en qué historia podía contarles de una de mis tantas experiencias desde que comencé a tener relaciones sexuales. Y creo que si inicio este primer relato, me parece una muy buena idea llevarlos a conocer cómo fue mi primera vez.

Yo tenía 17 años en ese entonces, estaba en plena época de liceana. No era una niña muy famosa dentro del liceo, no era esa típica chica farándula que era el centro de atención de medio mundo. Me la pasaba estudiando o conversando con mis 2 amigos durante los recreos y riéndonos de las faralas del liceo que siempre llegaban cargadas con kilos de maquillaje jajaja.
En ese liceo estaba él, el hombre que me hacía sentir cosas como nunca nadie en esa época. Mi profe de historia era alguien a quien todos respetaban porque era uno de los profe más simpáticos del lugar. Era muy seco para hacer clases y parecía como si supiera TODA la historia del universo entero, no por nada era mi ramo favorito.
Mi profe en ese entonces era un hombre de 42 años, 1,75 más o menos, su cuerpo muy bien cuidado para el hombre promedio de su edad. Algo que me gustaba mucho era que siempre usaba pantalones que le hacían marcar mucho su trasero, me encantaba verlo cada vez que andaba por los pasillos o por la sala de clases.
Claro que igual como me iba muy bien en sus clases, él me tenía mucho cariño por ser una de las pocas que prestaba atención a lo que él hablaba. Mi curso era bastante desordenado y con muchos chiquillos que pasaban de carrete en carrete.
Un día me quedé pensando en cuánto me gustaría tener algo con ese profe, aún viendo ese anillo en su dedo anular, sentía demasiados deseos de que fuera él quien tomara mi virginidad. Así que pensé y medité bien la situación. Fue entonces que un 10 de Octubre (recuerdo muy bien la fecha, porque ese día nos tocaba con él), tomé la decisión de mi vida. El profe nos mandó al patio a preparar unas cartulinas para exponer sobre la Historia de Chile, como tenía a mis 2 amiguitos conmigo, no tenía atado en hacer todo el material y estudiar.
El problema fue que en ese momento, debí volver a la sala para tomar stick-fix, necesitábamos pegar unas fotos que habíamos impreso para el trabajo. En eso que llego ahí, mi profe está sentado en su escritorio revisando unos papeles.

Profe: ¿Va? ¿Y qué se le perdió, señorita?
Yo: Nada profe, es que vine a buscar unas cosas que se me quedaron.

Como andaba con un pantalón de buzo, se me apretaba harto en mi potito jiji. Al tomar el stick-fix lo tiré al suelo para tener que agacharme y recogerlo. Era imposible que mi profe no fuera a verlo jaja. Luego de haberlo tomado, volví hacia él, y me apoyé en su escritorio.

Yo: ¿Qué está haciendo, profe?
Profe: Estoy revisando unos trabajos de otro curso.

Mientras me explicaba de qué trataba todo, me acerqué más y lo abracé.

Yo: Profe, usted para mi es el mejor profe del mundo. ¿Lo sabía?

Empecé a darle besitos locos en la mejilla, la frente, su nariz, luego fui bajando lentito y le di un cuneteado. No alcancé a besar su boca porque él se corrió.

Profe: Pero mi niña, ¿qué está haciendo?
Yo: Dándole cariño po profe, si usted es el mejor profe de todos. Se merece muchas cosas.
Profe: Si, pero creo que no es la mejor manera de demostrármelo, señorita.
Yo: ¿O acaso no soy lo suficientemente bonita para usted?
Profe: Si, es muy bonita. Pero yo soy su profesor y no tenemos nada que ver.

Mientras me respondía, me acerqué rápido y le di un beso en la boca. Quedó pálido mirando hacia la puerta revisando si había alguien que nos hubiera visto.

Profe: ¿Por qué hizo eso?
Yo: ¿No le gustó, profe?
Profe: Voy a tener que mandarla a inspectoría.
Yo: Pero si no hice nada malo, sólo le estoy agradeciendo por lo lindo y tierno que ha sido conmigo todo este tiempo. Además, he notado cómo me mira en las clases, tampoco se haga el tonto.
Profe: No, esto está mal. Yo soy su profesor y punto.

Me acerqué y le di otro beso, claro que ahora si me lo correspondió. Me tomó de la cintura y fue un beso demasiado suave y dulce. Me sentí más excitada que la cresta en ese momento, con la adrenalina a full pensando que nos podían pillar en cualquier momento. Hasta que se detuvo, me movió hacia atrás y me pidió que por favor me fuera.

Me fui de la sala hacia donde estaban mis compañeros, y como soy medio torpe a veces, una vez allí me acordé que había dejado el stick-fix en el escritorio del profe. Así que tuve que volver rápido, porque ya me estaba ausentando mucho tiempo, empecé a planear una excusa para contarle a mis amigos.
Otra vez en la sala, pillé a mi profe oliendo mi stick-fix jjajaja. Para no hacerlo sentir incómodo, retrocedí y empecé a hacer sonar mis pasos para que se preparara ante mi llegada.
Entré y lo vi algo nervioso, planta sus ojos sobre mi con la cara pálida, pensando quizás que casi lo descubrí con mis cosas.

Yo: Profe, ese beso estuvo muy rico. Me gustó mucho.

Mi profe se puso a mirar sus papeles haciéndose el loco. Me acerqué a tomar mi stick-fix y puse mi mano sobre su hombro.

Yo: Profe, usted me gusta mucho. Y ahora con este beso me demostró que yo también a usted.
Profe: Eso no debió pasar, fue un error y no se va a volver a repetir.
Yo: Me encantó ese error, me gustaría demasiado por hacerlo otra vez.
Profe: No, si me quiere seguir tonteando, la voy a mandar a inspectoría en serio.
Yo: Yo se que le gusto, sino no me hubiera respondido el beso.

Me resigné ante su orgullo y me fui de la sala. No arrepentida, sino sintiéndome una tonta por lo que había pasado. Volví con mis compañeros para seguir con el trabajo y así estudiarlo para exponer.

Pero la historia no acaba aquí. Estén atentos a cuando suba la siguiente parte y espero también que les esté gustando. Los quiero <3

Mi primer relato. (Parte 2)

 

Gracias a ti por leerme y darte tu tiempo