Carne y más carne

Tema en 'Relatos Eróticos' iniciado por escalante, 7 Oct 2022.

  1. escalante

    escalante Usuario Nuevo nvl. 1
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    Un día me di cuenta que lo mío eran las chicas rellenitas. Siempre las miraba y siempre me daban ganas de apretar y morder esas carnes abundantes. Culo, tetas, piernas, brazos, en fin…

    Entonces, me puse a pensar cómo podría satisfacer esas ganas, y me decidí por poner un aviso en Lo Canto: “Se busca chica rellenita que quiera que se la coman a besos y mordiscos”. A ver qué pasa, en una de esas, tengo suerte.

    Y así fue. Me respondieron tres chicas. Una de ellas era una escort que pedía una transferencia antes de cualquier junta. Más que escort, era una estafadora, yo creo.

    Otra que me respondió era casada, 41 años, rellenita. Su marido era dominante y ella quería una liberación. Conversamos varias veces por videollamada, pero al final no concretamos nada. Yo creo que a ella le dió susto ponerle los cuernos al marido.

    Pero la tercera es la vencida. Me respondió una chiquilla de 32 años, Carla dijo llamarse.

    Al principio no mostró tanto interés, pero como yo estaba decidido a disfrutar de una chica gordita, insistí varias veces hasta que las conversaciones se hicieron más fluidas y nos dimos los números para hablar por whats app.

    Siempre fue medio esquiva. Como que quería, pero algo la hacía dudar. Las conversaciones eran entretenidas, pero a la hora de concretar como que se me escabullía. Teníamos conversaciones por videollamadas, pero nada demasiado hot. Yo le decía lo que me gustaría hacer y ella se hacía la coqueta y se reía. Un día, como que ya estaba aburrido del jueguito y decidí no llamarla…más bien como que se me quitó el entusiasmo. Pasó una semana hasta que ella me escribe:
    • Hola. Cómo estás?
    • Bien, tú?
    • Bien también. Gracias. Te enojaste?
    • No, por?
    • Ya no me hablas
    • Es que he estado un poco ocupado
    • Encontraste a alguien más?
    • Siempre hay alguien más (mentira, nadie más contestó mi aviso)
    • Ah. Ya no te intereso?
    • Si me interesas. Te intereso yo a ti?
    • Entonces?
    • Juntémonos
    • Yapo…cuando?
    • el miércoles después de la pega.
    • OK. Te paso a buscar y nos vamos a mi depto
    • Súper…que no se te olvide
    • No creo…

    Era lunes y quedaban dos días para estar con esta chiquilla que cumpliría mis deseos de carne. Anduve un poco acelerado esos dos días….esperando el momento…

    Y llegó el momento. En nuestras conversaciones habíamos hablado sobre lo que queríamos cada uno. Ella no profundizaba mucho. Decía que quería un hombre que la satisficiera y que se calentara con ella. Yo quería morder y apretar carne. Para el día, preparé una pequeña cosita que consistía en una cuerda y una venda….no mucha cosa, pero algo que fuera diferente y entretenido.

    La pasé a buscar a la salida de su trabajo en Providencia, cerca de Manuel Montt, y nos fuimos a mi departamento que también está en Providencia, pero cerca del parque Bustamante.

    Cuando entramos, noté que estaba nerviosa. Yo también lo estaba. Le ofrecí algo de tomar y preparé un picoteo que había comprado antes. Nos tomamos un gin tonic cada uno y conversamos nerviosamente de cualquier cosa.

    Hasta que se acabó el trago y le dije que ya era hora….me senté al lado de ella en el sillón y comenzamos a besarnos. Suave y tímidamente. Y comencé a abrazarla y tocarla muy de a poco, hasta que los abrazos eran más apretados y pensé que ya era hora de ir a la pieza; le dije y ella aceptó.

    Primero me pidió pasar al baño y al salir pude ver que estaba sólo en ropa interior. Blanco y encajes. Yo estaba a mil. Era de piel blanca con pelo negro, largo y algo ondulado. Una cara bien bonita, unos labios algo gruesos, no mucho, formas muy ricas y una piel suavecita.

    Le conté que tenía la idea del juego de la venda y la cuerda y me dijo que sí. Un poco entregada. Mientras ella seguía en pie frente a mi cama, le puse la venda y le amarré ambas manos por atrás. No como esposas, sino que la cuerda entre las muñecas era lo suficientemente larga para que los brazos colgaran libres a los costados pero que no pudieran ir más adelante y tocar. Había entrenado el nudo antes, así que esa parte fluyó bien.

    Luego esperé unos momentos sin tocarla ni hacer ruido. Un poco para mirar bien lo que me iba a comer y un poco para que aumentara su tensión.

    Hasta que comencé a acariciarla suavemente en el cuello, los brazos y la espalda….ella se estremecía un poco. Y la besé en la espalda, bajando desde el cuello hasta que me decidí y le mordí la parte de atrás de un brazo. Cómo me gusta morder!. Seguí mordiendo el brazo hacia arriba y llegué al cuello. Luego bajé, la tomé de sus grandes caderas y comencé a morder el rollito arriba del calzón. Por un lado y por el otro. Mordía cada vez más fuerte probando hasta dónde ella aceptaba. Luego le saqué los calzones y me dediqué a morder y chupar ese gran y exquisito culo….cómo la mordí y la apreté….estaba disfrutando de todo lo que había esperado hacerle.

    Cuando ya estuve saciado de su culo, la di vuelta y pude notar que estaba completamente depilada…qué rico. Ya llegaría a esa zona. Pero antes le saqué el sostén y pude ver unos lindos pechos gordos y un poco caídos. Tal como me gustan. Y comencé a comermelos. Me hundía en ellos. Los metíaen mi boca todo lo que podía. Y ella me dice:

    • muérdeme
    Yo me sorprendí un poco, pero empecé a morderle un pezón…

    • No, muérdemela entera

    Abrí la boca, me metí lo que pude de su pecho y comencé a morder de a poco. Despacio. Mordí el costado. Arriba. Abajo. Volví a morderla entera y apreté algo gordo adentro. Le dolió. Sacó su pecho. Pero me puso el otro. Lo besé…

    • Muerde - me dijo.

    Hice lo mismo….que rico morder un pecho gordo y bien dispuesto para ello. Terminé chupando el pezón con todas las ganas.

    Luego bajé o mordí y besé sus rollitos. Al centro. A un lado y al otro. Bajé más y pasé por su bulba. No la mordí pero la toqué suavemente por encima. Bajé más y mordí sus muslos. Uno y el otro.

    Le saqué la cuerda, la acosté en la cama de espaldas y le amarré las manos a la cabecera de la cama. Todavía vendada. Le abrí las piernas y mordí y besé la parte interna de los muslos hasta que llegué a su bulba. Abrí sus labios y metí mi lengua hasta llegar a su clítoris. Estaba muy rico. Eso la hizo estremecer. Seguí ahí pasando mi lengua y sus respiración se agitaba cada vez más. Su cuerpo se retorcía. Era hora de seguir.

    Me salí, me puse un condón rápidamente, me puse sobre ella, la besé y la penetré. Muy suave. Ella se retorció. Estaba muy lubricada porque entré muy suave. Rico…exquisito.

    Seguí penetrándola en esa posición. Más fuerte, pero a un ritmo constante. Apoyaba todo mi cuerpo sobre ella para sentir todas sus carnes. Estaba a mil. Con esas ganas de poseerla entera. Meterle todo. Ya estaba cansado, pero seguí porque estaba muy rico y ella parecía disfrutar mucho….hasta que vino su orgasmo. Su reacción fue suave. Sin gritos. Solo un quejido largo que daba cuenta de placer profundo. Yo aceleré el ritmo y le di con todas mis ganas hasta que tuve el mío. Muy rico.

    Me quedé un poco ahí. Todavía dentro de ella. Le saque la venda. Nos miramos y nos reímos de lo bien que estaba todo.

    Me salí, fui al baño a sacarme el condón y lavarme y volví. Ella todavía estaba amarrada. Le solté las manos y me acosté junto a ella. Bien pegado para sentir su cuerpo con el mío. Una pierna arriba. Ella me acariciaba por primera vez con sus manos……me dormí.


    Esta historia es producto de mi imaginación.
    Si alguna mujer como la de la historia se interesa, no dude en escribirme.
     
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  2. keloke12

    keloke12 Usuario Casual nvl. 2
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    buen relato, gracias por compartir, tambien me encantan las rellenitas