Luego del fracaso de la llamada Operación Huracán y la sospecha cada vez más evidente de que esta se construyó sobre pruebas falsas presentadas por Carabineros, esta institución ha estado nuevamente en la mira de los medios de comunicación y las redes sociales. Más aún cuando se supo que su mandamás se fue de vacaciones en plena crisis. Pero para no caer en la clásica discusión acerca de las responsabilidades que ha tenido el alto mando de los hombres de verde en casos como este o el del millonario fraude al Estado, me parece interesante hacerse preguntas como por qué hay tanto miedo en cuestionar instituciones como estas, y tratar de entender la razón por la que antes no se había fiscalizado sus acciones. Es que, según muchos repiten, eran los más queridos, los más respetados y los más creíbles. O por lo menos eso es lo que nos han contado por años. Muchas encuestas recalcaban lo importante que era seguir teniéndoles respeto como si en verdad fuera una orden y no una realidad. Como si con esos datos, que no se sabe cuán reales eran, se tratara de presionar para que no se nos ocurriera cuestionar o mirar más allá de lo que podía o no hacer la policía uniformada. Eran los noventa y era mal visto dudar o levantar la mano para hacer alguna pregunta. Había que dejar que los grandes hicieran la pega, porque ellos sabían lo que estaban haciendo. Por eso lo principal era obviar ciertas cosas, temerle al hombre de uniforme y respetar lo que se había establecido como la democracia. Ya lo dijo Ricardo Lagos en los 2000: había que dejar que las instituciones funcionaran. No preguntarse cómo funcionaban, porque ahí se volvía más compleja la situación. Por eso Chile se caracterizó por años por ser una democracia correcta y extremadamente silenciosa. No había que caer en el delito de mirar más allá, abrir los ojos y ponerse una escafandra para bucear por los pasillos de la transición y sus consecuencias. Ya que eso era ser demasiado audaz en una realidad en la que la audacia solamente era patrimonio de algunos; de los de siempre, los que habían cerrado, como toda elite, las discusiones sobre nuestro futuro con un buen apretón de manos. Debido a esa corrección temerosa es que hoy nos sorprendemos de cosas que nos debieron sorprender hace décadas. Nos damos cuenta de que tenemos una policía que funciona según ciertos parámetros ideológicos que nuestro Estado aún tiene tatuados, sin que pareciera haber intenciones de extirparlos ni siquiera desde el sector que se hace llamar progresista. Hay quienes ven con terror que hoy Carabineros esté siendo puesto en tela de juicio por los medios. Creen que al pasar algo así, todas las lógicas democráticas que han imperado por años se podrían desmoronar y dar paso al acabose. Sin embargo, también hay quienes creemos que es una oportunidad única para entender el poder que se le dio por años a ciertos grupos uniformados que fueron parte de los tratos que hicieron civiles y militares para que no se llenaran de sangre nuevamente las calles nacionales. Es sano y necesario que entendamos que los que dicen resguardar a los ciudadanos, muchas veces no lo hacen. Su trabajo es, al contrario, resguardar una lucha de clases y ponerla en acción de manera soterrada, disfrazada de cumplimiento de deber. Porque lo que pasa en La Araucanía es justamente eso y no comprenderlo es tratar de seguir conviviendo con el relato de un Chile distinto al real, si es que realmente existe una sola realidad. ¿Han sido realmente los integrantes de esta institución instruidos para construir una sociedad más segura y amigable? ¿Son nuestros “amigos en el camino”? Hasta el momento, lamentablemente, pareciera que no. Que se optó por otra vía en la que hay otras prioridades que muchas veces-demasiadas- se perjudica nuestra integridad. Por lo menos eso es lo que hemos ido descubriendo. INFO: http://www.eldinamo.cl/blog/carabineros-amigos-en-nuestro-camino/
Lo principal de esto es que no quede en nada, que se investigue como corresponda y que paguen los reales responsables, por que si me van a venir a vender la sancion de un puñado de pacos de rango bajo como solucion al problema estan muy equivocados, hay que intervenir en los grados altos, revisen los sueldos y responsabilidades. Tampoco es bueno demonizar las instituciones, caer en generalizar hoy en dia es sinonimo de destruir socialmente y en este caso lo unicos afectados seremos nosotros. No quiero llegar a tener policias como la argentina o la brasileña, ahi si que tocariamos fondo. El gobierno debe profesionalizar mas a carabineros, en donde la inteligencia sea real y con recursos suficientes, que tengan una fiscalizacion constante y responsable. Ademas, mejorar las condiciones laborales de carabineros, y me refiero a los que andan en la calle, no puede ser que los mas expuestos arriegando su vida, tengan condiciones tan precarias y familias tan desprotegidas. Si queremos que esto mejore debemos ser responsables, no quedarnos callados ni hacernos los sordos con las irregularidades pero tampoco caer en la animadversion, algunos sectores estan poniendo "de moda" mas que buscar justicia, buscan destruir las instituciones militares u orden, y los unicos perjudicados seremos nosotros mismos.
Las fuerzas de "orden" en el país están a merced de los grupos más poderosos, habría que ser muy weón para creer lo contrario, así que en el análisis de que si los pacos velan por la gente, Nah, velan por los intereses que le designen sus superiores. Como os gusta hacer la comparación con Venezuela, pues acá pasa algo similar, el poder militar también está a disposición del poder político. ¿Cómo mejorar esto? AL igual que la mayoría de las instituciones en Chile, se debe evitar que castas de wns se apoderen de ciertos sitiales y los utilicen como granjas políticas/económicas, es decir, acabar con familias enteras que se perpetúan en el poder, dando posibilidad a que nuevas generaciones puedan alcanzar escalafones más altos (merito de verdad, no por contactos) Atte Klm
Eso se ve en todas las reparticiones, los grados mas altos los apellidos se repiten mas de 2 veces, y no son gonzalez, muñoz o Rojas .... Son reales mafias.
Y pensar que los liberaloides y hasta los que no nos compramos la basura "intelectual" que vende la ultraderecha, soltamos alguna carcajada cuando se hablaba de montajes.
aunque sea increible...coincido con el guaren.... pd: oye rorchard..cuando te asalten a ti o a alguno de tu familia y grites como hueco....no llames a carabineros...pero de verdad...llama a la camilita o a algun abogado defensor para que te ayude...