Japoneses prefieren tener relaciones con robots que con humanos

“La cultura del sexo” es el nuevo programa de TVN que hará una ruta del placer revelando prácticas que son corrientes para algunos y extrañísimas para otros. El primer capítulo abordó el caso de los japoneses que, cansados de tanto trabajar, no tienen tiempo para pololear ni para gastar tiempo en todo lo que conlleva una relación.





"Kasuma, hace algún tiempo, tiene una relación sumamente especial con Kokoro". La oración podría parecer totalmente cuerda, normal y corriente. Salvo que Kokoro no fuera una muñeca, y que su dueño, un japonés que bordea los cuarenta años, no hubiese querido convertirla en un androide que mezcla lo mejor de la robótica con partes orgánicas de un ser vivo. Y no, no es una película de ciencia ficción, sino las relaciones de pareja, y por ende, sexuales, que está manteniendo una parte de los habitantes japoneses. Así lo reveló "La cultura del sexo", el nuevo programa de TVN que conduce Rodrigo Jarpa y Nathalie Nicloux y que mostrará algunas costumbres en torno al tema que son tan sofisticadas como rarísimas. Para nosotros.

"Yo soy casado, pero compré otro departamento y ella está siempre ahí. Por suerte mi esposa no sabe, porque aquí tener un amante está legalmente prohibido. Yo no tengo relaciones con Kokoro, solo una vez, porque no quiero ensuciarla, pero duermo con ella casi todas las noches", dice el habitante de Tokio que como muchos de ellos sostienen relaciones con robots o sistemas operativos.

"Esta es otra cultura y las personas solo están acostumbradas a trabajar", dice una mexicana radicada en Japón desde hace años, que además cuenta que es habitual ver a personas que mueren en la calle de manera fulminante y solo por cansancio. Como les queda tan poco tiempo, no hay espacio para relaciones ni para la familia. Y las creaciones para satisfacer el placer sin necesidad de otro, son efectivas. Ahí vimos a Rodrigo Jarpa metiendo el dedito a una goma en forma de vagina y en pantalla a una mujer animada teniendo orgasmos como loca. Pueden terminar juntos o separados. Como el consumidor lo decida.

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