Y regrese a casa a escribir, ella se había llevado los lápices, ya no importaban, ella tampoco Pues estuve un tiempo, omito el lugar por cortesía, leyéndome de afuera hacia adentro Totalmente consciente de que no me iba a entender, Correspondencia manchada con lápiz labial; si alguna vez fui algo por supuesto no es lo que soy ahora Hoy escuché que cuarenta hombres no escriben un chiste, yo aun creyendo que podía hacer reír Arremetí con el ceño, para darme cuenta de que un hombre que no ríe agoniza. ¿Y ahora qué? Por supuesto que la misma historia de siempre, empañar el espejo y salir. Autor: Ben Nicholas.