No había pasado más de 20 segundos desde que empezó a temblar y a Ramiro se le ocurrió preparar una taza de café No es agradable tener conciencia de esta vulnerabilidad, pensó mientras hurgaba los cajones buscando un fósforo En medio de la habitación el bastidor vacío, la televisión encendida y las botellas de vino de la cava fraccionaban el actuar: “Estaré esperando en un café en París, no pregunten por mí, aunque me duela”. La tierra parecía un lugar tan frágil desde su conjetura Pero sabía que si se ponía a discutir con el álbum fotográfico el frágil sería él Veía a los vecinos correr y no entendía por qué El vapor de la cafetera, como una alfombra roja, le tendía más bien una mano. Segundos después de que el temblor se detuvo, cedió como por compasión y comenzó a oír lo que pasaba afuera Concluyó que 9 de cada 10 autos aceleraban cuando no debían Que si decidía comenzar a correr no quedarían cuerdos en la ciudad Y que los libros de la estantería serían el único registro fósil. Autor: Ben Nicholas.