Duros, firmes mecánicos: los agentes de la KGB eran retratados casi como robots sin sentimientos, insensibles y capaces de matar sin remordimientos ni vacilación. Esta interpretación era producto de los crímenes terribles de su organización y también de un aspecto de la guerra fría: las películas norteamericanas. Pero las recientes revelaciones de un periodista ruso indican que el retrato no era exagerado y que la KGB sí tenía un programa para lavarle el cerebro a sus agentes y transformarlos en fieles máquinas de matar. La llamada "guerra psicotrónica" era un proyecto de programación mental de altísima tecnología, que utilizaba maquinarias y técnicas inventadas original-mente para uso médico. Yuri Vorobyovsky, el periodista que lo descubrió, investigó el proyecto supersecreto durante tres años hasta conocer cómo se les lavaba el cerebro a los agentes y se destruía psiquicamente a los prisioneros y disidentes. Según el investigador, la KGB comenzó el proyecto en el mayor secreto a principios de los años setenta, con laboratorios en zonas aisladas de la Unión Soviética. Las herramientas para el lavado de cerebro incluían ondas de radio de alta frecuencia, sonidos hipnóticos, mensajes subliminales procesados por computadora, campos electromagnéticos y ultrasoni-dos. Incidentalmente, esta última tecnología permitió crear un rayo de ultraso-nido capaz de matar a un gato a cincuenta metros de distancia. Combinando estas tecnologías con drogas y métodos tradicionales entrenamiento, privación de sueño, interrogatorios- el grupo de científicos de la KGB logró que los agentes perdieran sus inhibiciones morales y obedecieran órdenes sin cuestionarlas y sin pensar en su propia seguridad. Los prisioneros de la policía de seguridad también recibieron tratamiento forzoso. El objetivo; en este caso, fue transformarlos en pasivos y letárgicos internos, obedientes a cualquier orden y quietos como vegetales. he aqui una de sus invencines para lavar cerebros Una organización agrupa en Moscú a las víctimas de las técnicas psicotrónicas. El grupo denominado Víctimas de Experimentos Psicotrónicos es parte de la organización ecologista más grande de Rusia, y se dedica a ayudar a los que sufrieron lavados de cerebro y a reunir evidencias sobre los experimen-tos. La primera prueba surgió en 1991, cuando el presupuesto nacional ruso mostró una partida de 500 millones de rublos -mucho dinero en aquel entonces- dedicada a "tecnología para la guerra psicológica". Era la primera vez que se publicaba un presupuesto nacional en la historia del país los soviéticos jamás lo hacían- y todos los grupos independientes lo leyeron cuidadosamente buscando indicios de actividades hasta entonces secretas. La siguiente confirmación vino de un protagonista central del sistema soviético. El General Víctor Barannicov perdio su puesto de ministro de seguridad del estado y del interior después del intento de golpe contra Boris Yeltsin, en 1993. Barannicov, un "duro" y feroz opositor de la democracia, se dedicó desde el llano a denunciar que la mafia rusa se estaba apoderando de poderosas armas del ejército. Entre ellas, el general incluyo a parte del arsenal psicotrónico. La policía investigó el asunto y encontró muy poca evidencia material. Sin embargo, alcanzó para convencer a la Duma -el parlamento ruso- de votar una ley especial sobre "seguridad del individuo", que incluirá la prohibición de la propaganda subliminal, las sectas pseudoreligiosas y la posesión de cualquier equipo que pueda ser usado como armamento psicotrónico. Sólo Bulgaria, otro país de la ex órbita soviética, tiene una ley similar. "Nuestra principal preocupación es prevenir", explicó el secretario del subcomité parlamentario que preparó el proyecto de ley, Vladimir Lopatkin, "y evitar que el equipo que existe actualmente en laboratorios del estado sea vendido al sector privado y mal utilizado". Según el periodista Voroyovsky, estos equipos y que están siendo utiliza-dos por particulares. Para un programa especial de la televisión moscovita, el periodista filmó laboratorios donde se usan máquinas psicotrónicas para tratamientos de salud. La clínica Biovolna, en Selenograd, cerca de Moscú, se dedicó a los tratamientos privados cuando se acabó el financiamiento de la KGB y el Ministerio del Interior. -----xuxa con que saltaran despues los rusos-----:Manitos:
Jajajajajajajaja, wenisimo, voy a emplearlo con una que no quiere darme la ............... Gracias por el aporte
Mas que interesante hermano estamos cagaos tanto con los rusos, gringos, chinos, nipones ... En fin ... Se agradece