Embarazada hipocondríaca Estoy enferma, exclama Mónica. Quiere a toda costa cerrar los ojos y olvidarse de los vómitos. Se ha hecho miles de exámenes y se ha encontrado alta la bilirrubina, un poroto en los pechos, y un poco de hipertiroidismo. Todo puede ser verdad, pero ha olvidado que está embarazada y que este es un estado especial. Las embarazadas que corresponden al tipo Hipocondríaca, tienden a pensar que el embarazo es una enfermedad. De allí el dicho se va a mejorar . Son personas que exageran un estado que es distinto a la normalidad acostumbrada. Todo les parece un gran obstáculo y comienzan a somatizar cualquier cosa que les ocurra; si les sale una mancha en la cara, si se hinchan o si tienen dolor abdominal. Generalmente se tratan de mujeres que les agrada llamar la atención y en este caso la maternidad les sirve como otra excusa y área temática, y las justifica frente a todas sus quejas. Les gusta ser el centro de atención, constantemente solicitan que las consideren, y generalmente tanto el parto normal como la cesárea les resulta una experiencia traumática y otra fuente más de quejas. En esta categoría lo importante es ella antes que la maternidad en sí misma. Estas mujeres generalmente enfrentan su vida de esta manera, por lo cual no sorprende a su grupo familiar y se podría decir que están preparados para ello. Lo importante es acompañarlas, porque quizás en la expresión de su queja sólo están pidiendo protección y amparo. Embarazada esotérica Emilia siempre quiso un hijo virgo. Por recomendación de una tarotista lo engendró en diciembre y está preparada para dar a luz en una tina de baño. Ojalá todo salga bien, porque si no cree estar predestinada a que la mala suerte la ronde toda la vida. Esta mujer generalmente busca la guía de algo externo a ella. Son personas en cierta medida inseguras, que necesitan sentir un sensación de control en lo que les está sucediendo, tratan de anticiparse o tener un cierto nivel de dominio frente a lo que les sucede. Como la realidad estará al servicio de las estrellas, la luna o lo que sea, pueden entrar en estados depresivos si lo que han intentado controlar no les resulta. Por ejemplo, si querían que su bebé fuera de un signo zodiacal en especial y resulta de otro que para ellas es altamente incompatible, su experiencia de maternidad estará cargada de este prejuicio y muy limitada a disfrutarla, pudiendo llegar a generar problemas en la relación con el niño; aunque en realidad no existen. A estas mujeres es necesario enseñarles que la vida no está predestinada, que ellas son quienes pueden manejar su futuro y sus relaciones, que son su propia estrella para guiar y determinar sus relaciones, y que algunos acontecimientos pueden ser sólo producto de lo que quieren ver. Sin embargo, las embarazadas del tipo esotérico son cariñosas y están siempre muy conectadas con sus hijos. Cuando todo resulta como ellas desean, esta energía les provee control sobre los hijos, lo que les permite comportarse de manera menos ansiosa y ser más prácticas y decididas. Embarazada trabajólica Ximena trabajó hasta los 6 meses vistiendo su propia ropa. El último día antes de ir a la maternidad mandó las traducciones que su jefe le había pedido. Estas mujeres tienden a evitar relacionarse intensamente con el embarazo y la maternidad. Se muestran ansiosas frente a los sentimientos personales y hacia los demás; así como ante cualquier contacto cercano por el riesgo de sentirse evaluadas, y en general tienden a minimizar la importancia del apego. Por eso continúan trabajando como si nada les ocurriera. Intentan incluso mantener su independencia hasta el último minuto: van solas a las ecografías, a los controles, compran por Internet y evitarán hasta el límite vestirse con ropa especial para embarazada. La embarazada trabajólica suele sentir mucha auto-confianza, con un rasgo exagerado de control frente a lo incontrolable, creyendo que todo lo pueden intervenir y agendar. Se ven a sí mismas como mujeres fuertes y generalmente les cuesta contactarse con estos sentimientos nuevos. Intentan mantener la vida que traen, porque desconocen a donde irán a parar en la espera. A pesar de todo son admiradas por un gran número de personas por su energía y enfrentamiento ante la vida, debido a que la sociedad valora el trabajo y no necesariamente los espacios de contacto afectivo. A estas mujeres es importante recalcarles que deben darse un tiempo para todo, incluso para vivir la experiencia del embarazo, que sólo dura 9 meses. La maternidad desarrollada adecuadamente terminará enseñándoles que ganan más de lo que pensaron, pero para eso es necesario abrirse a la experiencia. Embarazada en conexión total Paula es aquella mujer que va a todo tipo de cursos, hace gimnasia, yoga, reiki, pilates y primeros auxilios. Es la envidia de todas y también el pelambre de muchas. Ella es tal vez una mujer que trata de aprender con todas las nuevas experiencias que enfrenta. Estudia, se instruye y pregunta constantemente acerca de todo. Es la matea de los embarazos; tiene anotada en su agenda los controles, las ecografías y todo lo relativo a su embarazo. Es también el tipo de futura mamá que llama constantemente al médico para preguntar si es normal que. Se trata de mujeres que se contactan con este estado e intentan disminuir su ansiedad frente a lo desconocido a través de la información, y muchas veces lo logran. Quizás aburren un poco al entorno que no está tan contactado como ellas con la maternidad, pero salen adelante frente a la angustia. Sin embargo, el tener tanto control las lleva a sobreinformarse y a lograr el resultado opuesto. Sienten que la vida les va a cambiar y se están preparando para ello, algunas pueden tener miedo de engordar, es decir, de no volver a quedar en su estado físico acostumbrado, por eso hacen dietas y ejercicios. Estas mujeres sin embargo, viven el embarazo intensamente, quizás en ocasiones adelantando etapas o intentando anticiparse a ellas. Son seguras y decididas a la hora de criar y se sienten calmadas cuando deben tomar decisiones sobre alguna enfermedad. La información las ha capacitado abriendo los ojos a todas las variantes que puedan existir. Eso sí, el poder filtrar ese exceso de información es el mayor desafío para tener éxito y ser feliz siendo mamá. Embarazada glotona Rebeca aprovecha el embarazo para comer de todo. No tiene ningún apuro y sólo duerme entre teleserie y película. Estas mujeres dan rienda suelta a sus deseos personales, son personas que generalmente se están restringiendo de comer y dormir, y el embarazo les permite relajarse consigo mismas y escapar a su autocontrol. Para ellas este estado es muy cómodo y justificador, ya que generalmente están dominadas por el deber ser e influenciadas por un súper yo muy fuerte. El embarazo les permite adaptarse y aproximarse a lo que realmente quieren ser, y el único cuidado que deben tener es a no engordar demasiado ya que no es fácil para todas lograr volver al estado normal. Ellas se aprovecharán de esta maternidad, lo cual no es malo dentro de ciertos límites. La psicóloga Patricia Zamorano piensa que es sano que en ocasiones hagamos estas pausas frente a tanta exigencia de control externo e interno: social, laboral y estético. Si pueden, estas embarazadas deben aprovechar los mimos y regaloneos de sus parejas y familias, darse pequeños gustos y dejarse querer, ya que luego del parto deberán mimar a otro y volcar todas esas atenciones en su hijo. Embarazada experimentada Sandra se está preparando para volar a Miami antes de tener a su hijo. Quiere estar bronceada antes de quedarse en casa los seis meses que dará de mamar. Esta mujer experimentada (aunque incluso las hay primerizas) es una persona que siente que por conocer de todas las cosas o por haberlas experimentado antes, aunque sea mentalmente, la maternidad es como un trámite más. Les cuesta vivir cada experiencia como única, y muchas veces les cuesta contactarse y hacerse cargo de esta estado. Generalmente utiliza el prenatal para sí misma, viajando o llevando una vida social intensa. Son mujeres de apego ambivalentes; por una parte se ven preocupadas, pero por otra parecen poco empatizadas con el embarazo y sus emociones. Sin embargo, estas mujeres son una especie de libro para las mamás primerizas. Saben cómo tratar todo tipo de enfermedades, mantienen una agenda atiborrada de doctores y pueden resultar muy útiles para aconsejar. Para Patricia Zamorano es importante reconocer que la maternidad debe ser responsable y sana, se debe estimular el contacto con ese pequeño ser y su madre. Ella será la primera persona en la relación y la responsable que el vínculo sea fuerte y se mantenga, por lo tanto, es vital dar importancia a la relación con su nuevo hijo. Las madres no deben sentir que la maternidad es un impedimento de su vida social, pero deben salir y manejar, por ejemplo, asumiendo un nivel de riesgo prudente. Embarazada primeriza Pobre Constanza. Es su primer embarazo y ni siquiera supo muy bien cómo ocurrió. Está sorprendida por sentir náuseas y aún no sabe lo que le espera. Estas mujeres tienden a no saber nada sobre el embarazo y sus contactos afectivos son intermitentes y temerosos. Cuando saben que están embarazadas sienten felicidad y angustia a la vez. Toman el embarazo como una escala por la que deben avanzar: el primer trimestre el bebé se anidará, el quinto mes tendrán la ecografía más importante y el último trimestre se prepararán para el parto. Ellas van aprendiendo a ser madres de las relaciones que establecen con los demás y de su propia historia. Son mujeres que están abiertas a la experiencia y que pueden vivirla de acuerdo a sus características de personalidad. Por ejemplo, las que son temerosas, las celosas y las dependientes pueden dar rienda suelta a esas características. Si al final del embarazo las primerizas no han pedido ayuda y no se sienten suficientemente preparadas para recibir a su hijo, vivirán con angustia el parto y la maternidad. Por eso, para todas ellas lo mejor es compartir sus experiencias junto a otras madres.
La estimulación temprana para niños y bebes, no es simplemente una serie de ejercicios, masajes y caricias (sin un propósito claro). Es mucho mas que eso, es conocer cada paso del proceso de formación de la estructura cerebral infantil. La Estimulacion Temprana no depende de la edad del niño sino de la oportunidad que se le haya dado de recibir estímulos. Desde el nacimiento hasta etapas tempranas de la vida, el manejo debe ser integral tanto física como intelectual, es muy común encontrar niños geniales físicamente (deportistas) pero incapaces de sostener una charla amena e interesante, al igual que otras geniales intelectualmente incapaces de coordinar una carrera de 20 mts. Descargar aqui
Aqui les dejo esta guía, que explica detalladamente los cuidados que debe tener un recien nacido (RN). Descargar aqui
na relación saludable con su hijo se construye mediante interacciones innumerables sobre el paso del tiempo. Los infantes lloran por muchas razones y es a veces difícil entender porqué lo hacen y cómo calmar a su bebé. Se requiere mucha energía y trabajo, pero la recompensa vale el esfuerzo. Al momento de la crianza de hijos existen algunos términos absolutos (uno de ellos, por supuesto, es que cada hijo necesita ser amado) y no existe una manera "correcta" de hacerlo. Diferentes formas de crianza funcionan para diferentes niños en diferentes circunstancias. Estos consejos proporcionan sugerencias mientras usted descubre que es lo que funciona mejor en su familia. No espere ser perfecto; la crianza de hijos es un trabajo difícil. Ayude a sus hijos a sentirse amados y seguros Todos podemos tomar acciones para fortalecer nuestras relaciones con nuestros hijos, lo cual incluye: Anime a sus hijos. Elogie sus logros y talentos. Reconozca las habilidades que están desarrollando. Pase tiempo con sus hijos. Haga juntos cosas que ambos disfruten. Escuche a sus hijos. Aprenda como usar opciones que no sean físicas para la disciplina. Existen muchas alternativas. Dependiendo de la edad de su hijo y la etapa de su desarrollo, esto puede simplemente incluir cambiar la atención de su niño, dando opciones o usando la sepa ración temporal. Infórmese de los recursos que apoyan a los servicios comunitarios Los niños necesitan acceso continuo y directo a las personas con las cuales puedan desarrollar relaciones saludables y de apoyo. Para asistir con esto, los padres pueden: Lleve los niños a bibliotecas, museos, películas y eventos deportivos. Inscriba los niños en programas de mejoras juveniles, tales como deportes o música. Use los servicios comunitarios para necesidades familiares, tales como educación para padres o servicios de asistencia. Comuníquese regularmente con los cuidadores de niños o el personal de las escuelas. Participe en grupos religiosos o juveniles. Busque ayuda si la necesita Ser padre es difícil. Nadie espera que usted lo sepa todo. Los retos tales como el desempleo o niños con necesidades especiales pueden aumentar a la tensión dentro de la familia. Si usted piensa que el estrés puede afectar la manera que usted trata a su hijo, o si usted sólo desea un apoyo extra que muchos padres necesitan en cierto momento, intente lo siguiente: Hable con alguien. Dígale a un amigo, proveedor de salud o líder de su comunidad religiosa acerca de lo que usted está pasando. O, únase a un grupo de apoyo para padres. (Ver Circle of ParentsTM y Parents Anonymous® Inc. en el directorio de recursos en la página 55 para localizar a un grupo cerca a usted.) Llame a una línea de ayuda. Muchos estados tienen líneas telefónicas de asistencia para los padres. Childhelp® ofrece una línea telefónica de 24 horas (1.800.422.4453) para los padres que necesitan consejería sobre la crianza de niños. Busque cuidado de alivio cuando necesite tiempo para usted. Todos necesitan tiempo para si mismos. El alivio para los cuidadores de niños o el cuidado de crisis proporciona un lugar seguro para sus niños para que sus niños para que usted pueda cuidarse. Busque conserjería. La conserjería individual de parejas o de familias puede identificar y reforzar formas saludables para comunicarse y criar a sus hijos. Tome clases de crianza de niños. Nadie nace sabiendo cómo ser un buen padre, es una destreza adquirida. Las clases de crianza pueden ofrecerle las destrezas que usted necesita para criar a niños felices y saludables. Acepte ayuda. Usted no necesita hacerlo todo. Acepte las ofertas de ayuda de su familia, amigos y vecinos. No tenga miedo de pedir ayuda si usted siente que la necesita.
...Se Laven el Pelo y Cepillen los Dientes? ...Se Laven el Pelo Qué hacer: Enséneles que se tapen la cara con una toalla para evitar que les entre agua en los ojos cuando usted o su marido estén por enjuagarles la cabeza. Haga esculturas con la espuma del champú. Mantenga un espejo cerca así sus hijos se entretienen mirando las esculturas que se le hacen sobre sus cabezas. Deje que ellos también intenten. Convierta el momento de lavarse el pelo en un juego. Antes de que se den cuenta ya se habrán lavado su propio cabello. Tómeles el tiempo así la próxima vez intentan superar su tiempo original. Qué decir: No diga: "Ya es hora de que se laven el cabello solos". Diga: "Es hora de ir al spa". Al iniciar el juego de lavarse el pelo trátelos como si fueran clientes de una peluquería. Pídales que le corroboren el horario de sus turnos y muéstreles el camino hacia el baño. Adopte algún acento extranjero y asegúrese de que la experiencia sea muy divertida. "¿Quieren lavarse el pelo o quieren que yo lo haga por ustedes?" "¿Quieren taparse la cara con una toallita o cerrar sus ojos cuando yo tenga que enjuagarles el cabello?" ...Se Cepillen Bien los Dientes? Qué hacer: Pídale a su hijo que le enseñe a su juguete favorito como él se lava los dientes. Como una demostración para el juguete, cepíllele los dientes y luego permítale que él lo haga. En vez de decirle que se tiene que cepillar los dientes, dígale que se los tiene que pintar. Pregúntele de qué color los quiere tener y luego haga como si realmente se los estuviera pintando, aunque no sea así. Refiérase a la pasta dentífrica como "una pasta mágica", así cada vez que termina de cepillarse los dientes puede pedir un deseo. Qué decir: "¿Quieres que yo te lave los dientes o lo quieres hacer tú solito?" "¿A ver quién gana la carrera? El ganador tiene que lavarse los dientes por más tiempo". "¿Quieres que te lave primero los dientes de arriba o los de abajo?"
Como padres, todos tenemos diferentes esperanzas y sueños puestos en nuestros hijos. Pero toda madre y padre coinciden en algo: que sus hijos crezcan con una sólida base moral. El deseo es que nuestros niños sepan distinguir entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo incorrecto. Queremos que aprendan a comportarse de una forma moral y ética y que crezcan sabiendo lo que es ser considerado, honesto, compasivo y amable. Sin embargo, los niños no nacen con una conciencia, y por lo tanto, es nuestra responsabilidad hacer que desarrollen una. "Es un proceso en el que los padres necesitan trabajar día tras día y año tras año", dice Michele Borba, Ed.D., asesora de Parents y autora de 12 Simple Secrets Real Moms Know. "Hay que estar constantemente enseñándoles lo que está bien y lo que está mal, y por supuesto tener una conducta apropiada que les sirva de ejemplo". Pero las lecciones se aprenden en forma gradual: los niños pequeños se dan cuenta de que si se portan bien, sus padres están contentos; y los preescolares siguen las reglas para así no meterse en problemas. Sin embargo, la idea de sentirse obligado moralmente a hacer lo correcto no la pondrán en práctica hasta no haber alcanzado la edad de la adolescencia. ¿Qué podemos hacer para aumentar las posibilidades de éxito? ¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestros hijos obedezcan nuestras reglas-y las de la sociedad-cuando no estamos con ellos para recordárselo? Los expertos nos aconsejaron las mejores maneras de sentar las bases para crear una conducta moral sólida. Aquí les ofrecemos algunos de esos consejos: Amor, Atención y Respeto Llene a su bebé de amor y atención. Los niños no entienden los conceptos del bien y el mal hasta que tienen por lo menos 2 años. Pero si establece un vínculo afectivo con el bebé desde el principio, le resultará más fácil enseñarle estos conceptos cuando llegue el momento adecuado. "Si atiende a sus necesidades desde el principio, el chico estará más inclinado a escucharla y a ser guiado por usted según vaya creciendo", dice Grazyna Kochanska, Ph.D., profesora de sicología del desarrollo en la Universidad de Iowa, en Iowa City. En un largo estudio, la doctora Kochanska encontró que los bebés que habían desarrollado un sólido vínculo con sus madres, eran a los 14 meses de edad más receptivos a la disciplina, que principalmente consistía en enseñarles reglas básicas como no pegar a los demás, ayudar a recoger los juguetes o compartir con otros. A los 4 ó 5 años de edad, estos niños mostraban una conciencia bastante más desarrollada de lo habitual que se manifestaba en ser más reacios a romper las reglas cuando se encontraban solos ante situaciones tentadoras. Exija respeto desde el principio. Si deja que su hijo se salga con la suya y sea irrespetuoso con los demás, incluso aunque sea un niño pequeño, pronto aprenderá a ignorar o no darle importancia a su autoridad moral. "Si el niño no respeta su autoridad, tampoco respetará sus reglas, ni sus ejemplos ni tampoco sus enseñanzas", dice Thomas Lickona, Ph.D., sicólogo y profesor de educación en State University of New York, en Cortland. Debe entender lo importante que es el respeto de una manera consistente y clara. Y esto significa imponer las reglas y no aflojar cuando su chico proteste. Puede empezar a exigir respeto incluso antes de que el niño aprenda a hablar. "Si su pequeño de 16 meses le da un manotazo, dígale: '¡No!' de forma enfática para que entienda el mensaje", dice el doctor Lickona. Si su chico de 3 años le grita: "¡Te odio!", o su nena de 7 le contesta de mal modo, corríjalos inmediatamente. Dígale: "No te está permitido hablarme de ese modo, incluso aunque estés disgustado". También es igualmente crucial que su hijo vea que usted lo respeta. Explíquele por qué tiene que establecer reglas; escuche la versión del niño antes de castigarlo y sea capaz de admitir el error cuando se haya equivocado. Intente en todo momento que su hijo vea que lo está tratando de una manera justa. "Cuando los niños son educados de ese modo tienden a ser más obedientes, quizás porque no se sienten manipulados y no tienen resentimiento acumulado", dice Marvin W. Berkowitz, Ph.D., profesor de educación del carácter en la Universidad de Missouri, en St. Louis. Así estarán más predispuestos a aceptar sus enseñanzas morales si pueden entender el razonamiento detrás de ellas.
Los niños no son magos pero de pronto se transforman más frecuentemente de lo que usted quisiera. Por eso no debe asombrar que chicos tranquilos y respetuosos se conviertan de pronto en monstruitos beligerantes, engañosos o malcriados. El tipo de niño que hace que otros padres se pregunten: "¿Es que no le enseñan nada en casa?" La respuesta suele ser afirmativa. Pero más allá de que su hijo sea consciente de que empujar y gritar es inaceptable, esas reglas parecen esfumarse cuando están con ciertos amiguitos que no son modelos de buena conducta. "Los niños tienen un deseo natural de ser buenos, pero es más difícil para ellos cuando ven que otros niños violan las normas", dice Jerome Kagan, Ph.D., profesor de sicología de Harvard University y asesor de Parents. Por lo tanto, a la vez que trata de criar niños honrados, bondadosos y respetuosos, también debe ayudarlos a desarrollar su conciencia, la voz interior que les advierte: "no hagas eso", incluso cuando todos los demás lo están haciendo. Eso no sucede de un día para otro. "El pensamiento moral viene en etapas", dice el doctor Kagan. Los niños no comienzan a comprender el significado de lo que está bien y lo que está mal hasta que tienen unos 2 años, y su motivación de ser buenos va cambiando a medida que crecen. Sin embargo, los padres pueden lidiar mejor con el proceso si saben cómo manejar situaciones difíciles como algunas de las que aquí presentamos: Pandilla traviesa Presión social: Cada vez que su amiga y sus hijos desaforados vienen de visita, su propio pequeño, que tiene 2 años, también comienza a empujar, pegar y revolear juguetes. Por qué sucede: Los niños pequeños suelen ser impulsivos y lo que sucede a su alrededor influye en ellos muy fácilmente, por más bien educados que estén, explica Maurice Elias, Ph.D., profesor de sicología en Rutgers University y coautor de Emotionally Intelligent Parenting. Qué hacer: Lleve a su hijito a un rincón y recuérdele con calma cómo debe comportarse mientras juega. Expréselo con términos simples: "¿Recuerdas cómo jugar bonito? No está bien empujar a Peter ni quitarle el camión". Deje que regrese con sus amigos y dirija la atención del grupo a algo más calmado, como colorear, armar un rompecabezas o hacer dibujos divertidos. Cómo evitar que se repita: Antes de que lleguen los invitados, usted debe repetirle las reglas. Dígale algo como: "No se empuja ni se pega cuando estás con tus amigos. No queremos ver nada de eso hoy. Si lo haces, no te dejaremos jugar con ellos de aquí en adelante". Sin embargo, recuerde que cuando su niño se esté portando bien, también es muy importante elogiarlo. Es mío Presión social: Su hija le cuenta que se llevó un bloque de la escuela. Cuando usted le dice que eso no es correcto, ella responde: "Está bien porque mi amiga Samantha también lo hizo. ¡Y la maestra no nos vio!". Por qué sucede: Su niña de 3 años sabe que está mal tomar cosas prestadas, pero quizá no comprenda plenamente por qué. Y aunque no quiera meterse en problemas, razona que si sus compañeros de clase se quedaron con juguetes y la maestra no se percató de ello, debe estar bien. Qué hacer: Manténgase calma y diga: "Me alegra que me lo hayas dicho". Molestarse sólo la desanimará de ser franca con usted en el futuro. En vez, dígale: "Tus bloques en casa son tuyos, pero este bloque pertenece a la escuela. Lo devolveremos y le dirás a la maestra que lo sientes". Explíquele que antes de tomar algo que no es suyo debe pedirlo. Ayúdela a comprender que puede tomar prestado un juguete con permiso, pero llevárselo sin pedir es robar, y que es bueno que recuerde que el robo siempre es malo. Cómo evitar que se repita: "A los niños en edad preescolar generalmente les toma mucho tiempo y deben pasar por varios incidentes para aprender la lección", dice el doctor Elias. Una buena manera de enmendar el daño es hacer que regalen uno o varios juguetes suyos a la escuela. Boca sucia Presión social: Su hijo de 4 años ha comenzado a decirle a su hermanita "tonta" y "boba", palabras que ha aprendido en la guardería infantil. Por qué sucede: Los niños en edad preescolar a menudo prueban usar malas palabras para ver si pueden hacerlo sin repercusiones. "Las palabras ayudan a los niños de esta edad a afirmar su independencia", dice el sicólogo de niños Steven Richfield, Psy.D., coautor de The Parent Coach. Qué hacer: No reaccione bruscamente. Si lo hace, su niño aprenderá que estas palabras tienen mucho impacto y las usará para llamar la atención. Explíquele que aunque sus amigos usen este tipo de palabras, no es apropiado hacerlo. Añada: "¿Recuerdas cuando tu primo te dijo que eras un bobo? Hirió tus sentimientos. A tu hermana no le gusta que le digas cosas así". Luego haga que le pida disculpas. Cómo evitar que se repita: "Enséñeles a sus hijos palabras apropiadas para expresar frustración", dice Richfield. Dígale a su niño que está bien si le dice a un hermano: "Deja de molestarme". Además, piense en maneras de fomentar la compasión por los demás cuando lean o vean televisión juntos, sugiere Barbara Unell, cocreadora de un programa de educación de Kansas, Kindness Is Contagious-Catch It! Si alguien se está burlando de algún personaje, usted podría decir: "Eso está realmente muy mal. ¿Cómo crees que se siente alguien a quien le hacen algo así? ¿Qué podrían haber hecho sus amigos para ayudar?". Desobediente Presión social: Su hija que va a kindergarten sabe que no le permite que juegue con su tetera antigua. Pero usted ve que la está usando con su amiga para un té. Cuando le pregunta al respecto, su hija le contesta: "Ashley dijo que no sería mi amiga a no ser que jugásemos con la linda tetera que tenemos". Por qué sucede: Aunque los niños de 5 años saben que deben hacer lo que usted dice, sus amigos se vuelven cada vez más importantes. El razonamiento de un niño de esa edad ("Sé que no puedo jugar con la tetera") es doblegado por las emociones del momento ("Quiero caerle bien a mi amiga"). Qué hacer: Encuentre un reemplazo para el artículo prohibido, sugiere Richfield. Dígale: "Esta tetera no es un juguete pero aquí tienes una que puedes usar". Posteriormente, hable sobre la presión social con palabras que su niña pueda comprender: "Los amigos nunca deben ser mandones" o "Nadie debe hacer cosas que van contra las normas o que molesten al prójimo". Cómo evitar que se repita: "Esta es la oportunidad perfecta de hablar con su hija sobre cómo usar su lado racional, la parte de uno que se detiene para pensar en las reglas", dice Richfield. Mencione alguna de las preguntas que debe hacerse antes de hacer algo que piensa que está mal: "¿Qué puede suceder?" "¿Es esto seguro?" "¿Podría meterme en problemas?" Y dígale que nunca tiene que hacer nada que la haga pensar que está violando las reglas. Los niños no podrán defender lo correcto a no ser que sepan qué decir ante la tentación, por lo que también deben practicar frases como "No, no quiero", "No está bien", "Mis padres me dijeron que no lo hiciera" y "Nos meteremos en un lío si lo hacemos". Explicar la razón por la cual dice que "no", ayuda a su niño, ya que le recuerda las consecuencias potenciales y fortalece su convicción de hacer lo correcto.