Hoy has entrado en mi mente, y con fuerza, no has tocado la puerta, tu mirada es la magia que abre cualquier cerrojo. ¿Por qué me visitas, silueta intangible?, la obsesión se maquilla con el aroma de las flores, la reproducción de fotos que lleva la mente. No hay atardecer en el que no estés, ni tristeza que apague este corazón leñoso, el tiempo se detiene, todo para, para poder alcanzarte. Tu recuerdo embriaga, como el vino alegra, tu silueta calma tus cabellos dorados tus pequeños ojos que abarcan todo, y no dejan nada de mí. Ay de este efímero momento, en el que las penumbras son la niebla que se esfuma, en el que mi sombra me deja, porque el deseo abrasador de tenerte irradia en todos los sentidos, esa luz que no deja lágrimas.