Re presiones (3)

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Intempestivas reconciliaciones ruines de soledad sortean dos almas rotas sin cuerpos, botados en la muchedumbre barraco, bastión indescifrable de la insondable regresión a la vida combativa. Disoluto acervo incuestionable sin razón -sólo deseo- irrealizable por conservadores pacatos pactados por dios y ellos, pordioseros intransigentes y poseros. Juventudes idealistas con ideales añejos rebosan las calles. Reposan sus llaves oxidadas maltratadas y refutadas con avidez sobre intenciones cuestionables por el desatornillador lógico de la palabra. No falta ser ni Russell ni Wittgenstein ni Derrida para ver la i-lógica expresión de entelequias indecibles por paradójicas vueltas/agujeros negros de la realidad inflamable. Ni metáforas cósmicas ni física práctica de partículas, de vuelta al silencio comprensible/expresión inequívoca de los hechos. Ética de la palabra anacrónica a cualquier tiempo posible debería ser menos risible, digo yo, siendo nadie, entonces no digo.

Y regresamos al final del principio. Presumir que nos conocemos por lo que mostramos sin atender lo que ocultamos. Resumirnos en una palabra repleta de significado como si no fuéramos ambos iletrados. Intentar curar nuestras heridas como si no las siguiéramos abriendo intencionalmente a cada instante. Sádicos besos desmembrando cada letra del cuerpo hasta llegar al impenetrable órgano palpitante y rebosante de vida muerta. Desvaríos varios y recurrentes enigmas incomprensibles de sentido, rebús del alma incensurable.