Ansiosa 6

Me he perdido un tiempo, pero he vuelto para contar los otros encuentros, con quien se ha transformado en mi amante, el conserje del edificio donde resido.

Nuestros encuentros han sido más recurrentes, la atracción ha ido en aumento cada vez más por ambas partes, este hombre me ha hecho explorar un mundo desconocido, al término de cada una de nuestras citas me siento plena, satisfecha, mujer, atrayente. Solo se nos ha complicado buscar el lugar de nuestras citas, no queremos levantar sospecha de nada, queremos guardar muy privadamente nuestra relación, eso es más excitante, con la adrenalina muy arriba.

Me he transformado en una viciosa del sexo por el chico, como le gusta decirlo a él, me excita cuando lo dice, cuando me lo pide, a veces se lo pido yo, hasta hace un tiempo no conocía esa palabra lo que significaba, la aprendí con él.

Nuestro sexto encuentro fue en una casa deshabitada, un poco retirada del centro, que él también cuidaba, en la dirección y hora indicada cerca de las 3 de la tarde, llegue a la cita, me esperaba en la esquina de un supermercado de marca conocido, con una sonrisa picarona, como quien espera su presa para devorarla, caminamos como una cuadra entre algunos pasajes, hasta llegar a la casa, en ésta no tenis nada, solamente un colchón en el piso en una de las piezas, como siempre yo vestía un vestido ligero, manguitas cortas, de color blanco invierno, con pequeñas florcitas de colores, de ropa interior blanca, calzón bien ajustado, para mostrar mis carnes sedientas de placer, y un chaleco delgado.

Entramos a la pieza con el colchón en el piso, no me dice nada, mucho silencio, se saca su ropa, su camisa, su jeans, su slip, se recuesta en el colchón, desnudo completo, con su pico apuntando el techo con esa curvatura que tanto me gusta, sácate todo me dice, mientras me observa, me saco el chaleco, después el calzón, en seguida el vestido y finalmente el sostén, desnuda frente a él, mirando como con una de sus manos se sobajea el pico, me queda mirando , acércate me dice, siéntate en el pico, él recostado en el colchón, me acerco me subo sobre él, con mi mano acerco la punta de su pico en mi chorito, para humedecerlo, meneando mis caderas, al rato ya estaba mojada y excitada, y cada vez metiendo la cabeza de su pico en mi chorito, quería que entrara más, espera me dice, se sienta, me abraza, me besa, me chupa las tetas, me toma por las nalgas, y de una me mete toda pichula, muévete me dice, y comienzo a cabalgar sobre él, dando vaivenes fuertes, me sigue besando, desesperado, mis gemidos y los de él aumentan, grito, doy alaridos, por cada embestida, cada vez que siento su miembro completamente dentro de mi, sus manos juegan con mis nalgas, uno de sus dedos en mi poto, lo siento rico y agradable, lo mete y lo saca, lo mueve en círculo, las embestidas más fuertes, paramos un rato, para tomar aire, mientras me dice cosas calientes al oído, como quiero puro culiarte, te desseo, eres mía y de nadie más, le respondo si soy tuya, culeame rico. Me da vuelta y quedo yo recostada en el colchón, me abre las piernas y comienza a pasar su lengua de arriba hacia abajo, me levanta por las nalgas para meter más adentro su lengua,, quedaba loca, mis gemidos eran más fuertes, sentía que él se calentaba más, al rato se sube sobre mí y me empieza a culiar desesperadamente, sus embestidas muy fuertes, se las respondía igual, eso le encantaba, solo se escuchaban mis alaridos, mis gemidos y los suyos, me sube las piernas a sus hombros, para que entre más su pichula, y se mueve más rápido, yo levantaba mis caderas para responderle y excitarlo más,. después de un rato siento caer su semen, en mi interior, se recuesta a mi lado, cansado, yo también, sudados, mirando el techo, de reojo lo miraba y su pico estaba igual erecto, en ningún rato se bajaba, eso solo lo he visto en él, con mi esposo nunca. Conversamos un rato, nos abrazamos y nos besamos, te gusta estar conmigo me dice, le respondo que mucho, quiero estar siempre contigo, yo también , eres muy rica, y cada vez culeas más rico.

Me recuesto boca abajo, el se pone de costado y seguimos conversando, siento una de sus manos manoseando mis nalgas, y uno de sus dedos entrando en mi poto, nuevamente lo siento rico y agradable, el sabe y se da cuenta que me gusta, culiemos por el chico, me dice, no digo nada, pero levanto un poco mis caderas ofreciéndole mis nalgas, recostada boca abajo, se sube sobre mi y me pone su pichula sobre mis nalgas realizando un movimiento hacia arriba, en el fondo rozando mis nalgas, lo siento duro y caliente, también me muevo suavemente, rozando su pico, se acerca a mi oído y me dice cuando lo quieras me lo pides, no digo nada, solo con movimientos suaves le pido que lo meta, como siempre, pone la cabezita de su pico a la entrada de mi oyito, tratando de meterla suave y de a poco, igual lo estimulo con mis movimientos suaves, siento que va entrando, hasta que lo mete todo, este es un placer tan rico y placentero, que es difícil describir, hay que vivirlo, una vez entero adentro comienza con sus movimientos mas rápidos, me toma de las caderas, y más fuertes sus embestidas, mis gemidos y alaridos más fuertes, pero me gusta, y por cada embestida le pido más y más,….en ese momento no tengo noción de nada, solamente lo siento a él dentro de mi, después de un rato acabamos juntos,, sé que a él lo hago feliz también, y disfruta mucho conmigo.

Ya eran cerca de las 6 de la tarde hora de regresar, me deja en el mismo lugar donde nos encontramos, un beso en la mejilla y la despedida, en el taxi solo con aroma a él y a nuestro sexo, con ganas de volver a repetirlo.