[Relato concurso] el diablo en el campo

Fue una noche en el campo, aún recuerdo como si fuera ayer lo que nos pasó a mi hermano y a mí. Caminábamos durante la noche por un camino de tierra, ya estaba bien oscuro y solo iluminaba la luna, realmente era tenebroso, lo peor de todo era que íbamos a comprar copete y cigarros y el negocio quedaba más lejos que la cresta porque cada casa quedaba como a 15 minutos cada una.
Realmente fue una caminata larga, al ir por esas calles rodeadas solo por los árboles y la luna ya que ni alumbrado eléctrico había, cuando conversábamos de la vida sentimos un viento frio como si llegara directamente a los huesos y a los segundos después sentimos unos pasos de un caballo como si caminara detrás de nosotros, nosotros urgidos sin saber que pasaba no le dimos mayor importancia cuando de repente sin percatarnos aparece un huaso arriba de un caballo negro, lo más raro de esto era que no le veíamos los ojos, y este nos dice (imagínense como hablan los huasos “patrones de fundo”)
(Huaso) -”que hacen tan tarde por estos lares”,
Nosotros medios asustados le contestamos
(Nos) – “nada amigo vamos a comprar unas cervecitas y unos cigarros pa’ la noche”
A lo cual no dice nuevamente
(Huaso) – “tengan cuidado que por acá pasan cosas medias raras”
(Nos)- no se preocupe amigo siempre vamos con “DIOS” le respondimos.
Al momento de decirle eso su caballo comenzó a inquietarse y nos dice:
(Huaso) – “que tengan buena noche, hasta luego”
Se despide y sonríe con una dentadura muy blanca para ser normal, como que le brillara su dentadura. Lo único que puedo decirle que cuando caminamos y dimos un par de pasos y el hombre había desaparecido, pero lo más raro fue que en ningún momento sentimos galopar al caballo, Con mi hermano realmente no sabíamos que pasaba fue realmente extraño , la cosa es que llegamos a dónde íbamos a comprar las chelas y le contamos a la señora que nos atendió lo que nos había pasado y como que si hubiese visto un fantasma comenzó a persignarse y a decirnos que fue el diablo quien se nos había aparecido, con mi hermano casi no podíamos creer lo que esta señora nos decía, fue muy cuatico, no sabíamos que decir, al final la señora nos dijo que tomáramos otro camino, que no volviéramos por el mismo lado y nos persigno…

Cortita...y precisa.