Desde hace más de 2500 años que los juguetes sexuales forman parte de algunas parejas. Y aunque en nuestro país este tema se trata a puerta cerrada, no resulta extraño su uso en algunas mujeres y consecuentemente, el florecimiento de nuevos sex shops a lo largo de todo Chile. Hace muchos años atrás, los egipcios, griegos y romanos ya usaban consoladores para aumentar el placer en su pareja. Y aunque en aquella época estos juguetes no vibraban, al poco tiempo dejaron de ser sólo velas que simulaban enormes penes y se transformaron en lo que son hoy con gran éxito. En esta línea se han ido creando distintos productos, dentro de los que se destacan vibradores con accesorios de estimulación clitoridiana, vibradores pequeños para introducir en la vagina y unos que giran y se mueven como un órgano real. La fuente de poder de estos productos es generalmente una batería, aunque actualmente se puede encontrar incluso con conexión eléctrica. Y en cuanto al material con el que están hechos, se puede encontrar de plástico, látex, polivinilo de cloruro y silicona; como así otros hechos especialmente para ser usados bajo el agua. De masajeadores a vibradores Si bien en nuestro país la venta de vibradores se realizaba hace muchos años, ésta era encubierta bajo el nombre de sensuales masajeadores. Estos verdaderos aparatos del placer tenían la misma forma de los consoladores, pero se vendían en vitrina con un nombre más sutil. Luego, con la llegada popular de los sex shop, estos comenzaron a venderse en toda su gama: de distintos colores, sabores, formas, tamaños y texturas. Incluso la última novedad es un labial que oculta un vibrador y panties vibradoras Mujeres tras el placer La clienta perfecta de los sex shops y especialmente de los vibradores resulta ser aquella mujer que se niega a estar bajo el alero de su hombre y no conocer lo que es un orgasmo. Estas féminas toman el problema con sus propias manos y hacen algo al respecto: buscan su propio placer. Estas chicas resultan ser principalmente adultas, de entre 20 y 55 años. Luego, al ver que estos juguetes sexuales les cambian sus vidas, vuelven a estas tiendas por más tipos u otros accesorios. Claro que ellas generalmente no se arriesgan a ser vistas en locales de esta materia, por lo que son compradoras telefónicas o por Internet. Las mujeres compran bastante. La edad es de 20 años en adelante y la compradora en nuestra tienda es más bien tipo ejecutiva. Los envíos a domicilio e Internet son a personas más cercanas a dueñas de casa. Se vende menos a mujeres que a hombres, por supuesto que falta todavía, pero en un mercado tan incipiente es esperable, dice el dueño de la tienda Sólo Adultos.cl, Pablo Aguayo. Pero no sólo en esta época las mujeres han recurrido a los sex toys para satisfacer sus necesidades sexuales. Ya en la década de los 60, en Estados Unidos se realizó una encuesta al respecto -hecha por Redbook- de la que se concluyó que el 39 por ciento de 100 mil mujeres casadas usaban vibradores durante sus relaciones, de las que un 24 por ciento aceptó también utilizar otros productos complementarios. De ahí a que actualmente se encuentren tantas opciones viables en Internet, al alcance de todos. Hombre en contra y a favor Si bien la mayoría de los hombres se ha excitado con alguna película en la que una mujer use un consolador, a la hora de plantearse el tema con su pareja temen ser suplantados o superados por este sex toys. Sin embargo, algunas mujeres no piensan igual y sienten que un poco de fantasía y variación dentro del mismo acto sexual puede cambiar el concepto del mismo para siempre y hacerlo, por supuesto, más entretenido. Pese a esto, otros varones creen que esta travesura sexual puede ser muy ardiente y se han atrevido incluso a pedírselo a sus parejas. Le dije que usáramos uno, que yo se lo compraba, pero a ella le da vergüenza. Siempre me la he imaginado usando uno y quiero saber qué tanto puede llegar a sentir. A lo mejor resulta ser muy estimulante para los dos, confiesa Alejandro, de 33 años. Cuidado con las infecciones Hay que tener presente que no por ser un juguete sexual está libre de contener bacterias, virus o enfermedades venéreas. Esto es, que cada juguete es de uso personal, no debe prestarse y se debe mantener en perfecto estado higiénico; ya que puede trasladar patologías de importancia. Este punto se puede evitar si además se utiliza con condón. También, es necesario atenerse a las instrucciones y cuidados que señala el producto, para no perjudicar su uso.
