Caso cerrado: madre condenada a tratamiento psicológico por exceso de sexo

"Viuda y rica: el estado perfecto de la mujer". Con esta cita de Georges Sand comienza una de las historias de Caso Cerrado que conduce Ana María Polo y que ahora se transmite por Chilevisión.

La demandante es Marta, que reclama que su madre, Lorena, ha cambiado desde la muerte de su padre y le pide a la jueza un tratamiento psicológico para su progenitora.

"Él falleció de un infarto y ella se ha gastado el dinero del seguro que nos dejó en distintas operaciones.

Sale todas las noches, llega con diferentes hombres y yo no puedo dormir por sus gemidos", declaró una abrumada Marta que además se mandó una perorata de los valores que le inculcaron, del príncipe azul (pobre Marta) y de cómo su madre destruyó la red rosa en la que vivió hasta que su padre se fue para el patio de los callados. Y la imagen es evidente.

En el tribunal de CHV la hija parece la madre y la madre, la hija. Con un vestidito negro ajustado, tacones de al menos 10 centímetros de altura, boca a lo Mónica Aguirre y un cuerpo que ya se lo quisiera una veinteañera, Lorena reclama que está viviendo todo el placer sexual que no tuvo en sus 25 años de su matrimonio. "Teníamos sexo tres veces al mes.

Él apagaba la tele, yo la luz y se me montaba encima. Y así fueron todos esos años. Para mí era espantoso. Ahora estoy disfrutando, he tenido mi primer orgasmo y lo estoy pasando genial", confesó la madre devenida en modelo con una sonrisa que no se la quitaba nadie. Hasta que llegó Iván, el novio de Marta, que puso al descubierto un video de internet que mostraba a Lorena, su suegra, promocionando su cuerpo y compañía por unos piticlines.

"Yo estaba totalmente a favor tuyo", le dice la jueza a la desmantelada prostituta, "pero se te está yendo la inspiración para el lado de la grosería. Te estás pasando.

Fallo a favor de la demandante para que tomes un tratamiento psicológico y te centres. Porque te fuiste al otro extremo. Caso cerrado".

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