Debut y obseción anal

Con mi ex tuvimos una buena química sexual, prácticamente hicimos de todo, como si fuésemos actores porno... menos anal, el cual se logró cuando ya estábamos a punto de terminar.

Nuestra vida sexual era relativamente activa. Estudiábamos, teníamos casi los mismo horarios, salvo por x días entre los semestres, en los cuales ella no tenía clases y quedaba sola en la casa (y no eran pocos: madre, padrastro, 2 hermanos y bisabuela), entonces nos hacíamos mierda: en su pieza, de los hermanos, el patio, sobre los muebles (rompimos un sillón que ya estaba viejo a cagar), hacíamos 69, se lo echaba adentro hasta que le chorreara por las piernas o le bajara al culo, se tomaba hasta la última gota de leche, faciales, beso negro. Misma historia cuando íbamos a moteles... más le daba miedo el anal, que le podía doler.

Cuento corto, en un motel, fue tanto el juego previo, que primero hizo un squirt, y de una la puse en 4 para darle duro, e inconscientemente, le estaba metiendo el pulgar por el culo. Cuando acabé, saqué mi pene, pero no mi dedo, y ella seguía moviéndose, meneando el culo en mi mano, le pregunto:

-"¿te gusta?"
-"se siente muy rico"
-"¿lo quieres intentar?"
-"lléname toda", con un tono erotico, deseosa, pero tambien adolorida.

Ni tonto, saco mi dedo y la coloco al borde de la cama para que no se cansara de estar en 4, y comienzo a hundir mi cara en sus nalgas, lengüeteando su ano, que seguía un tanto dilatado por tener mi dedo dentro, ella solo gime en completo éxtasis, y mi lengua entra de a poco más... su agujero esta entregado y mi compañero repuesto completamente.

Le pido que abra su culo, era una vista maravillosa, el valhalla en sus caderas al ver su ano y conchita, que por cierto, estaba bastante mojada goteando juguito. Paso mi pene por su vagina para lubricar, lo coloco en la entrada de su ano y comienzo a empujar, hasta que logro entrar, "solo la puntita", y ella se manda un gemido fuerte, agarra con fuerza las sabanas y me aprieta el pene que weonamente pensé "está loca me lo va a cortar". Pasado esos segundos, me dice "sigue". Obedientemente empiezo a pujar, abriéndome camino lentamente entre sus carnes, sus gemidos eran más cortos, pero denotaban, con cada empuje, más placer que dolor.

Una vez que la tenía completamente penetrada, comienzo a moverme, ella gemía cada vez más, "no pares, no pares" me decía, mientras miraba sus nalgas chocar con mi cadera; poco a poco me movía más, sacando de a poco mi pene y así recorrer su recto a lo largo de mi pene, hasta que ya no resisto más, acabando y llenándole el culo de leche. De ahí, lo volvimos a hacer normal y anal hasta que se nos acabaron las 4 horas...

Tras ese momento, cambio su lívido, el anal se convirtió en una necesidad para ella. Vez que lo hacíamos, si o si tenía que profanar su hoyito. Llegue a comprarle un plug, el cual amaba que se lo colocara tras acabar en su culo, porque le gustaba tener la leche el mayor tiempo posible.

Con el paso del tiempo, la relación fue decayendo y todo se terminó... al menos no del todo, ya que hice un tiempo de su patas negras. Si les gusta, publico esa historia

Saludos.