Los superhéroes nunca pasan de modo. Han estado aquí desde hace décadas y llegaron para quedarse, por lo que imaginar que existieran pinturas de superhéroes al estilo Picasso no es una idea tan disparatada como muchos podrían pensar. Estos héroes a los que tanto amamos, tan distintos y a la vez similares uno de otro, han surgido desde sus inicios como una necesidad de los seres humanos, esa necesidad que tenemos de distinguir el bien del mal, de ver que ambos existen y están presentes en nuestra vida diaria. Pero también han subsistido gracias a nuestro alter ego, ese que solo sale a la superficie en ocasiones. Un alter ego que refleja lo mucho que algunos disfrutan de ser aclamados, queridos por todo el mundo y al mismo tiempo admirados. En otros casos le podemos atribuir esta existencia a lo largo de tantas décadas al hecho de buscar siempre sentirnos protegidos, a salvo de los peligros. A la idea de reflejar una vida cotidiana más allá de la realidad, una vida en la que la ficción y se conjunta con el mundo al que pertenecemos. Los superhéroes han sido siempre modelos a seguir, la viva imagen de lo que muchos niños sueñan con ser algún día. Con diferentes personalidades, historias, temperamentos y metas pero siempre con la firme convicción de salvar al mundo de los peligros, cada uno de estos personajes se ha hecho parte de nuestras vidas. Cada uno de nosotros se identifica de diferente manera con alguno de estos personajes, lo admira o lo odia según sea el criterio del espectador. A través de ojos distintos, la percepción hacia estas historias y estos héroes es distinta, por esta razón un artista y diseñador se ha dado a la tarea de retratar a los principales héroes de todos los tiempos desde la perspectiva del conocido pintor Pablo Picasso. El artista ha retomado las principales características de la obra de Picasso, traduciendo su esencia en lo que verán a continuación
