sus padres le quitaron internet y el los mato

Un hikikomori acuchilla a su familia al descubrir que le habían cortado la conexión de internet por haber gastado una exagerada cantidad de dinero comprando videojuegos y merchandising otaku usando la tarjeta de crédito de su padre.

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Los hechos sucedieron en la prefectura de Aichi, donde un hombre desempleado de 30 años apuñaló a todos los miembros de su familia que se encontraban en la casa la fatídica noche del incidente.

Todo comenzó cuando el ahora asesino descubrió que había perdido la conexión a internet. Sus padres habían decidido sancionarle cortándole la conexión a la red después de que este gastase más de 22.200 € en material de anime y mas cosas otaku, cargado todo a la tarjeta de crédito de su padre.

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Enajenado, el hikikomori (que vivía encerrado en su habitación en casa de sus padres por voluntad propia) fue hasta la habitación de su madre de 58 años y a gritos la despertó exigiendo una explicación respecto a su pérdida de conexión. Cuando esta le dijo que habían decidido quitarle internet por el enorme gasto que le había generado a la familia entre videojuegos y otros objetos de webs de subastas para otakus que había comprado a sus espaldas usando la tarjeta de crédito de su padre, este bajó a la cocina, agarró un cuchillo, regresó a la habitación de la madre y le propinó 10 puñaladas entre el cuello y un costado. Acto seguido le asestó 3 puñaladas a la nieta de la familia, de tan sólo 1 año, que dormía junto a la madre del desequilibrado hikikomori. Las siguientes víctimas fueron: el padre, de 58 años, a quien le metió 4 veces el cuchillo en el cuello y los muslos; su hermano de 22 años, con 10 puñaladas entre el cuello y el abdomen; y con especial saña se lió a cuchilladas con su cuñada, la madre del bebé, a quien le dio nada menos que 17 puñaladas entre la cara y el costado. El marido de esta, su otro hermano, de 24 años, se encontraba fuera de casa en el momento del incidente, así que escapó ileso.

El resultado de esta masacre acabó con la muerte del padre, del bebé, y con la cuñada en el hospital con pronóstico muy grave. La madre y el hermano, pese a la brutalidad del acto y el duro ensañamiento, no recibieron heridas de riesgo.

Cuando el hikikomori acabó su locura apuñalatoria, regresó a su habitación, agarró su futón y le metió fuego con un mechero, colocándolo contra una esquina de la habitación para incendiar la casa. Después salió a la calle cubierto de sangre de sus víctimas.

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Cuando la policía llegó al escenario se lo encontraron frente a la casa, empapado a causa de la lluvia que caía esa noche, estático y todo manchado de sangre. Por una de las ventanas de la casa se podía ver el fuego. En ese instante fue detenido bajo sospecha de asesinato, cargo que poco después se confirmó.

Según los vecinos este tipo había perdido el control de sus actos en al menos 9 ocasiones anteriores que habían sido denunciadas a la policía al levantar muchísimo alboroto. Uno de los vecinos alegó lo siguiente: “Desde que se graduó hace 15 años, es la primera vez que le veo”.

Los familiares que sobrevivieron al incidente afirmaron que el tipo “Se calmó cuando llegó la policía”. Pues menos mal…