Aquella noche de verano

Tema en 'Relatos Eróticos' iniciado por daisuki, 18 Sep 2014.

  1. daisuki

    daisuki Usuario Nuevo nvl. 1
    197/244

    Registrado:
    18 Sep 2014
    Mensajes:
    2
    Me Gusta recibidos:
    0
    Había sido un largo día en el parque de atracciones, la verdad es que fue tan divertido, que para cuando miré el reloj, ya se me había hecho bastante tarde, y aunque traté de salir lo más rápidamente posible, ya se había marchado el último tren que llegaba hasta el lugar donde estaba alojada en Tokio. Pude llegar, no obstante, hasta el pueblo más cercano al recinto. Entré en un supermercado y compré algo para comer, ya que la noche iba a ser muy larga. Lo que nunca me hubiese imaginado es que acabaría siendo la sumisa de un ejecutivo japonés.


    Estaba sentada en un banco, disfrutando de aquella improvisada cena, cuando de repente me fijé en que al otro lado de la acera había un hombre trajeado observándome. Por un momento me asusté, puesto que ya era bastante tarde, y estaba todo oscuro. Sin embargo, pensé que aquello era Japón, uno de los países más seguros del planeta. Decidí continuar con lo que estaba haciendo. Tenía pensado alargar la cena lo máximo posible, para que la noche no se hiciese tan pesada, pero a causa de los nervios, en cinco minutos ya había terminado. Y en escasos minutos más, ya tenía sentado a mi derecha a aquel misterioso hombre.


    Empezó a hablarme, a arrastrarme con su seductora voz hasta lo más profundo de sus pensamientos, sin ser consciente ya era mi dueño, sin darme cuenta obedecía a todas sus órdenes. Era como si me hubiese poseído, como si él tuviese totalmente el poder de mi cerebro, y lo utilizaba para su propio placer. Seguíamos en el banco, o mejor dicho, él seguía en el banco, y yo, arrodillada frente a él, lamía hábilmente su miembro erecto. No recordaba haber realizado nunca una felación tan perfecta. Tampoco recuerdo haber disfrutado tanto al hacerlo. No sé si era yo misma, o si era el poder que él mantenía sobre mí, pero mis gemidos resonaban en el silencio de la noche, provocando aún más placer en mí. Mi lengua acariciaba toda la superficie de su miembro, bajando a veces hasta sus testículos, jugueteando traviesamente con ellos. Nunca había tenido algo tan duro en la boca. De repente se levantó, y sacó de un maletín un collar. Yo, obedientemente, alcé mi cuello hasta su mano, sin levantarme del suelo. Sabía que aquella noche era su perra, y que él era mi amo. No había nada que replicar. Seguí andando mientras él tiraba de mi collar, hasta que llegamos a un coche. Allí me hizo sentarme en la parte trasera, el collar seguía en mi cuello.


    Al cabo de unos minutos, el automóvil se detuvo, sin apenas hacer ruido. Me quitó el collar y me condujo hacia un hotel que había cerca. Una vez en la habitación, volvió a colocarme el collar, dejándome atada a los pies de la cama. Yo ya estaba muy excitada, no veía el momento de sentirme penetrada por aquel duro miembro que había podido degustar durante tanto rato en aquel banco. Sin embargo, mi amo se acostó en la cama, y la luz se apagó. Yo no sabía qué hacer. Realmente deseaba sentirle. Realmente necesitaba sentirle. Pero no podía hacer nada, yo sólo era su perra, y él era mi amo. Me quedé triste, tumbada en el frío suelo, sollozando. A la mañana siguiente, cuando me desperté, tenía frente a mí a mi amo, totalmente desnudo, y justo delante de mi boca, su miembro, otra vez erecto. Pero cuando rocé su pene con mi lengua, se apartó, me miró y salió de la habitación. Cuando intenté moverme, me di cuenta de que algo me lo impedía. Estaba atada de pies y manos. Notaba cómo mi húmeda vagina chorreaba. Quería masturbarme pero no podía. No podía evitar que las lágrimas inundasen mi rostro. Pasaron minutos, horas… Ya había perdido toda esperanza de volver a ver a mi amo. Creía que terminarían por encontrarme las encargadas del servicio de habitaciones.


    Habían pasado tantas horas que ya incluso mi coñito había dejado de humedecerse con el deseo de recibir a mi amo. Empezaba a quedarme dormida, ya que fuera había oscurecido. De hecho creo que me dormí. De repente alguien agarró mi cabeza y me obligó a apoyarme sobre la cama, e instantáneamente sentí cómo alguien penetraba mi vagina, y me dolía. Me dolía mucho, porque no estaba preparada. Pero sabía que era mi amo, y no podía oponer resistencia. Aunque hubiese querido no hubiese sido posible, ya que seguía atada de pies y manos. Además, ahora una venda cubría mis ojos. No sé en qué momento me di cuenta de que no podía ver. No podía ver, no podía moverme… Pero a pesar de todo, gemía. Gemía intensamente. Mi amo provocaba tanto placer en mí que los gemidos eran altísimos. Seguramente me estuviesen escuchando los de las habitaciones contiguas. Pero eso no importaba. Mi amo al fin me estaba follando. Y yo gemía, gemía cada vez más fuerte. Y de repente paró. Se puso frente a mí, y quitándome la venda, me obligó a que se la chupara. Yo estaba excitada, tan excitada que ni siquiera sabía cómo lo hacía, pero mi boca lamía su dura polla cada vez más y más deprisa. Entonces mi amo volvió a ponerme a cuatro patas, y esta vez sentí cómo su miembro penetraba mi estrecho ano. Comencé a llorar. Dolía muchísimo. A pesar de todo, mi coñito volvía a estar húmedo, volvía a chorrear de la humedad. Y mi amo introducía sus dedos en él, a la vez que disfrutaba de mi culo. Entonces sentí que me llenaba con su cálido y abundante esperma, y exactamente al mismo tiempo, yo alcancé el mayor orgasmo de toda mi vida, hasta quedarme totalmente sin fuerzas.


    Cuando me desperté, estaba tumbada sobre la cama, agotada, y mi amo había desaparecido. Y aunque ni siquiera supe su nombre, y apenas vi su cara, todavía mi vagina se humedece y no puedo resistir las ganas de masturbarme cuando recuerdo aquel casual encuentro en una noche de verano.

    Si les ha gustado por favor compartan este enlace en redes sociales, es para un concurso :=)

    http://www.ayquegusto.com/es/noticias/2014/09/15/relatos-eroticos-aquella-noche-de-verano
     
  2. Magic_DaFrE

    Magic_DaFrE Usuario Habitual nvl.3 ★
    197/244

    Registrado:
    5 Dic 2010
    Mensajes:
    14.306
    Me Gusta recibidos:
    92
    No me gustan mucho esta clase de relatos porque como que denigran a la mujer
    Pero gracias por compartir