Trabajos de Voces del Pavimento (Con encuesta corregida)

Tema en 'Cementerio De Temas' iniciado por Mirror Mirror, 7 Sep 2011.

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  1. Cuento 1 Blanco y Negro

    13,6%
  2. Cuento 2 El hijo adoptivo de la miseria

    13,6%
  3. Cuento 3 Esa música oficial

    4,5%
  4. Cuento 4 EL CAZADOR DE PALOMAS

    4,5%
  5. Cuento 5 Corriente

    0 voto(s)
    0,0%
  6. Cuento 6 La maldita tos

    9,1%
  7. Cuento 7 Teatreros

    0 voto(s)
    0,0%
  8. Cuento 8 Efecto dominó

    27,3%
  9. Cuento 9 Un día en la Vida

    9,1%
  10. Cuento 10 La balada del niño

    13,6%
  11. Cuento 11 Antídoto

    4,5%
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  1. Mirror Mirror

    Mirror Mirror Usuario Habitual nvl.3 ★
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    Se oyen pasos en la calle vacía, mientras el calor de la tarde primaveral se va retirando, se oyen los susurros de fantasmas recitando los cuentos, Las Voces del Pavimento:

    Cuento 1.-
    Blanco y Negro, por Chedron_darrel
    Blanco y Negro

    Me veo al espejo y el reflejo de mi maquillaje corrido y esparcido es un desastre, imagino como si fuera una fiesta sin control alguno y quizás el desolado e incierto momento que aún no puedo recordar exista en aquella caminata de siglos de espera. Mi trabajo consiste mucha mentira, es algo crudo, sin sonidos y recorro cada parte de esta ciudad como si fuera un demonio olvidado, peor aún el sentido se pierde y las sonrisas se regalan gratis a la sombra del ser humano.

    Aún así sigo el recorrido de un pavimentado y oscuro infarto, preguntando e imaginando las horas para poder tocar aquella felicidad infértil, provisoria y quizás catastrófica. Es en aquella parte de esta historia donde el ser se encarna en mi mente jugando en mi limbo como si fuera una marioneta más en este opacado sueño de madrigal. Horas después mi cara llama a la desesperación, limpia toda lagrima y disfraza toda tristeza, armando un rompecabezas enorme de inseguridades por cada paso que se da en el infierno terrenal de las cuatro PM, tal vez es esa voz dentro de mi cabeza que llama a la falacia con gran agilidad para fingir el hermético e insípido canto del amorío pasajero.

    Quizás esta es mi pasión, me refiero al mentir, al ser un rostro pintado para asustar la felicidad y contemplar el caminar de aquellas caras sin sentido y pensamientos que deambulan por mi alrededor, aunque a veces es fácil ingerir un poco de ellos con tal que estiren su mano y tomen la mía hace que el cerebro entre en shock desperfilando toda amargura. Me presento me llamo Marcel y trato de construir un sueño callejero en el silencio de tus ojos, el camino de y el sabor de tu piel en juego de niños y el talento de tu infancia el tesoro más bello que podrías tomar. Intento serlo, intento vomitar mediante un abstracto y pixelado camino plagado de injertos, ratas, humanos, seres etc. Trato de construir un sueño en una pesadilla, influyendo en la intervención de tu imaginación con mirada hacia la nada tratando de invertir tu tiempo y olvidando aquellos momentos crudos de una realidad interpersonal. En vez de morir, encarno la muerte como si fuera mi madre y entiendo que trabajar por dinero no es de mi felicidad, pero por entregar más que un espacio de suicidio o imágenes de angustia expongo mi obra en esta esquina, donde el tiempo y ni siquiera el espacio privatizan el armonioso encanto de sentir que vuelo por un mar de cabezas vacías; Es así, mi tiempo es así, el tiempo en realidad no lo es, pero el espacio entre mi corazón y el suelo es mágico dando paso a un sinfín de ilusiones, metáforas, juegos e incomodas situaciones como por ejemplo una bofetada en la mejilla, incluso insultos de aquellos que destruyen un hogar sin remedio alguno.

    Por eso, subrayo el cielo y me pinto de blanco otra vez, me dibujo una lágrima y salgo a caminar, para poder abandonar este cuerpo de una vez.
    Pedro Antonio.


    Cuento 2.-
    El hijo adoptivo de la miseria, por -.Panxo~

    El hijo adoptivo de la miseria

    “¿Estás Listo?” esa maldita frase que ella me repetía siempre, pero ese día la sentía distinta, nunca supe bien como responderle, solo un “si mamᔠy listo adiós problema, la manera con la que detalles así me descolocan es increíble. Y ahora, ahora estoy aquí, solo, pudriéndome como todas las noches afuera de un pub de mala muerte en el barrio universitario, esperando a algún pobre tipo al que le pueda cagar la existencia, “¿Amigo querí una buena noche?, prueba esto po’ hueón te vai a sentir como en el cielo te lo juro hermano”, mil respuestas me dan, pero yo siempre les digo lo mismo, “no te preocupí hueón no te va a pasar nada, aparte solo son cinco lucas”. Las veces que los vuelvo a ver, andan como perros tras mío, y las veces en que nunca más vuelven ya se por cual razón es, me siento y rezó por ellos, también rezó por mí, para no tener que pagar por todo lo que he provocado, pero no tengo otra forma para vivir y mantener la miseria en la que vivo, podría decir que he tenido más problemas de los que he causado en mi vida, para toda la sociedad soy un estorbo. Recuerdo ese día, “¿Estás listo?”, “si mamá”, ese tarde la frase no acabo con el problema, simplemente ese día todo cambió, me siento en la vereda, me caen las lágrimas, recuerdo ese momento, mi madre subiendo las escaleras por mi demora, nunca supe bien porque se cayó, porque se tropezó, no sé porque mierda tuvo que caerse, era mi razón de vivir, solo sé que se desangro y murió. Ya sin nadie mas no tuve más que ir donde me llevara el viento, o más que eso, donde pudiera vivir ahora solo en la vida, me convertí en uno de los tantos hijos adoptivo de la calle y de la miseria, en mi nuevo hábitat lo viví todo pero algo cambió lo que podría llamar mi vida, luego de unas de las tantas golpizas que me daban los malnacidos que recorrían Avenida República de noche, él me ayudo, él, con una linda y falsa amistad, así conocí a ese “amigo”, de esos amigos bien entre comillas, amigo que me metió en esto. “¿Estái listo pa’ ir a la calle ahora?”, “Si po’hueón ahora nadie nos pasa por encima” le dije, pero esa noche yo nomas supe evitar las balas, ahora estoy más solo, más masacrado, me convertí en el dueño de la basura que ese hermano de calle me dejó, miseria, solamente miseria, pero miseria que me sirvió para armar mi propio y falso reino, él me dio la basura que me servía para hacer estos polvitos que tontitos me compran, me quede mas solo aun, viviendo algo que no es vida, destruyendo la de los demás con estos polvitos de mierda, sabiendo que quizás mañana alguien, pistola o navaja en mano, se encargue de hacer lo que mi cobardía no me deja hacer por mí mismo, vuelvo a llorar, tanto me costó darme cuenta, tanto que recién ahora lo puedo decir, “Nunca estuve listo, mamá, nunca estuve listo”.


    Cuento 3.-
    FUERA DEL CONCURSO POR INFRINGIR LAS BASES


    Cuento 4.-
    El cazador de palomas, por folk!
    EL CAZADOR DE PALOMAS
    La calle el olor el ruido las rejas negras. Oídos desde las ventanas, musgo en las maderas. Algo criollo. Un espacio. Un paso, dos pasos, tres pasos. Con las zapatillas gastadas y los jeans hechos aceite se anda como rey por las veredas. Un paso dos pasos tres pasos. Insignia en la chaqueta; esa que significa cosas para los demás, pero que a él no le inmuta. El olor la calle y los autos. Las ruedas del vehículo y las ruedas de la vida lo mandaron a una pandereta a la orilla de una cancha de futbol. Cae la tarde y caen los sueños de haber comido. La calle el ruido y las rejas negras. Todo oscureció y olvido.
    Cantaríamos pero ya están acostándose y los carabineros rondan. Plan cuadrante, malos tratos, intransigencia y borrachos. Ambos todos somos la misma cosa: lo que avanza para atrás. Entonces, aparece uno sobándose las manos… por el frío. Por la vida.
    -Ven a sentarte acá. Eres joven desde que te conocimos. No hay frazadas. No hay TÚ.
    El tiempo avanza y algún reloj marca el paso del agua bajo la luna que se quebraja. Hay ambiente hay frío hay cosas que faltan. Hay hambre y falta la mujer que los acompañó esa vez. La luz del fuego golpeándoles la cara de niños felices que ahora solo son fantasmas. El placer que se acabó. Nunca lo hubo. Se acabó. Duermen cuando pueden y hoy que no hay cielo pero si estrellas, ellos quieren. Ellos pueden. Fueron jóvenes.
    Y entonces pasamos todos en la mañana, con maletas y mochilas y bocinas y las ruedas de autos y buses nuevamente. A la orilla de la plaza a espaldas de la vida ajena. Y esperamos. Y se repite la historia de la otra vez, esa que se grabó en una cámara robada: los dos estaban en la plaza, con el hijo de 6 años, hacía frío y estaban abrigados, se amaban y se deseaban. Pero ahora estamos en el presente, nada vale la pena. Todos (o alguno) se levantan. Y de nuevo es todo vivo. La calle el olor el ruido las rejas negras, el mundo cambiando el destino a dos manos. Las cabezas levantadas, la cancha vacía los niños al colegio. En la calle, los mismos de las esquinas, los de siempre, parecen palomas. Y se cazan a sí mismos.


    Cuento 5.-
    Corriente, por Peterbloso
    Corriente

    Todo el paisaje del otro lado del rio aparecía oscuro y húmedo, como si se tratase del amanecer, la hierba se extendía ante su mirada, mientras todo el parecía fijo e inmóvil.
    El viento era helado y triste; su corazón cálido y tranquilo.
    El rio era negro como la tinta, pero daba la sensación de ser un débil rayo de luz.
    La niebla acariciaba las piedras mientas él dejaba su alma entre la corriente.

    Cuento 6.-
    La maldita tos, por Sinuee
    Harapiento, sucio y mal oliente, con un sobretodo tan gastado que el aire se colaba hasta los huesos. El clima no era precisamente bueno, más bien, todo lo contrario. Llovía y por Dios como llovía, cuantiosas gotas repiqueteaban al caer sobre la fina capa de agua que se encharcaba en la calle, eso era todo lo que se podía oír el repiqueteo de miles de gotas golpeando la capucha que se ceñía sobre la cabeza del caminante harapiento. Pero no solo era la lluvia, no eso no era lo peor, lo peor era el viento, el frio. Los puñales que atravesaban sus desgastadas ropas y le herían la piel, más que la piel, el alma y con ella su orgullo.
    Camino por las calles oscuras, solas, mojadas, frías. Camino y camino sin un rumbo definido, mucho menos un destino al cual llegar. Por fin diviso un puente lo suficientemente alto como para que el cauce del arroyo no llegara hasta su soporte. Así que el caminante dirigió sus pasos hacia allí, y de bajo de este puente encontró un humilde refugio. Si no podía quitarse el frio, al menos la lluvia ya no lo mojaría, aunque no podría estar más mojado. En cuanto se dejó caer en el suelo que era un lodazal, comenzó a toser, una tos que parecía interminable y muy dolorosa, que parecía estirarles los pulmones de adentro hacia fuera. Tenía fiebre, y de cuando en cuando, escupía flemas sanguinolentas. Como ocurrió en esta ocasión, cuando por fin seso la tos.
    Con cada día que pasaba en las calles, lo hacía sentir más miserable, mas cobarde, mas detestable. Pero nada de esto conseguía hacer que se sintiera menos arrepentido, menos atormentado, ni mucho menos lograba alejar a los fantasmas que le perseguían. Por las noches no podía dormir, hasta ya entrada la madrugada, y siempre tenía el mismo sueño. Mejor dicho la misma pesadilla, lo peor de todo es que no era una simple pesadilla eran sus propios recuerdos, los recuerdos de su último día de vida, la tarde antes de pasar su primera noche en la calle.
    Y esta tormentosa noche no fue la excepción, al principio no conseguía dormir, simplemente estaba ahí sentado mirando el cauce del arroyo, temblando de frio, bajos sus ropas viejas y húmedas. Y de un momento a otro, ya no hacía frio, ni llovía. Era un día soleado, él trabajaba en su auto, el sol de verano brillaba en lo alto con plenitud. Sus músculos habían vuelto, no tenía hambre y sudaba por el calor del sol. Entro a su casa, su vieja casa, la casa de su vida anterior. Escucho la voz alegre de su amada esposa, la mujer más bella de todo el mundo, que hace apenas un año le regalo un bebe, él era feliz.
    Su esposa hablaba por teléfono. << No se lo puedo decir el adora a la niña cree que es su hija… Si te veré hoy a las 7, adiós, te amo>> Solo eso necesito oír. Y grito, <<Naty no es mía.>> Su mujer aterrada grita <<amor por favor déjame explicart…>> un sonido sordo termino la frase, el sonido de una barra metálica partiéndole el cráneo. Las salpicaduras ardientes le quemaron el rostro. <<Naty>> pensó y corrió al cuarto de la niña. <<No puedo dejar que crezcas sola, se siempre un angelito, nunca te olvidare>>. Se despertó empapado y con Tos. La maldita tos.



    Cuento 7.-
    Teatreros, por Hellion 2011
    Teatreros


    La calle es de esas escuelas que sólo te puede enseñar dos tipos de cosas, te quedas con lo que te sirve o aprendes de lo que no quieres para tí.
    Eso me decía Jean(mí amigo) que en paz descansa. En esas típicas caminatas de callejero borracho se pasaba "parasafreando" las viscicitudes de la vida y
    la tragedia de la existencia.


    Como aprendizaje me dejó un par de viñetas por repasar, una más parecida a la otra y otra más alejada de una. En la primera se enseña el dramatismo de la realidad y en la segunda se explica el propósito de los personajes(las personas).
    Dentro de sí portaba una mente de artista, fuera de ella relucía el aspecto de alguien normal, que deseaba ser amado por lo que es. Fué en eso lo que ayudó su experiencia vivencial más dramática, a contar y a ser un narrador de la vida real sin menospreciar las aristas artísticas de los participantes. Quizás en el primer
    punto se cubrió con el manto oscuro de la ignorancia, no permitiéndose conocer más allá de la franqueza de la palabra, y tal vez en la segunda se dió a
    entender demasiado bien.


    Sin mayor preámbulo pasó a relatarme un hecho desde el más allá acontecido en el más acá, en el me explicaba que un día fortuito en una noche casual pasó a
    embriagarse de ¡tinta, tino y tinto!, desgraciadamente no con mucho tino. ¡Porque así mismito! - procedió a dar rienda suelta a
    su galantería y no siendo menos y más doblado que anaconda, se paseó a lo largo y ancho de la angostura callejera libre de todo peón y
    malandra que a esa hora de seguro él creyó no toparse.

    Su intuición más que sensación arrogante era certeza de borracho inconciente, propia y tal de los que se aferran a la vida... Y sin miedo a
    la censura pilló de imprevisto - (según él) - a un grupo de muchachos malacatozos, y de malas vibras, a los que sin razón preguntó -
    ¿Están muy anchos que no dejan pasar a la gente? - a lo que respondieron en lenguaje popular - ¡Raspa la pipa cuico de cerro! -
    Cuico tus papitos ¡malacatoza insolente! - argumentó él.

    Y cuando cantan los pájaros y bailan las gallinas, el cielo de pronto se pone más celestito y calentito, algo que a los enfurecidos contrincantes no
    distaería. Es más la trifulca subía de tono al mismo tono con que el sol calentaba el día, y... cuando sin argumento alguno se quedaron ambas partes, una
    firme y ondulada estocada penetra el pulmón de mí amigo, y luego otra desgarra la vena femoral - ¡Estúpidos, yo podré fallecer y
    líberarme de éste cuerpo!, pero ustedes han de ser lo que son hasta después de vuestra muerte, exclamó el moribundo.

    Y que otra cosa podían esperar si bien saben que los borrachos petulan de ser medios poéticos, siendo para ellos la muerte el
    único remedio contra su enfermedad apodada... Caña callejera.


    Fin



    Cuento 8.-
    Efecto Dominó, por Ekriven
    Efecto domino
    Si lo hacen en las películas, las balas pasaran rozando al protagonista y el seguirá escapando sin daño alguno; si lo hacen en el teatro, el actor tendrá una gran dramatización de muerte, pero más tarde se pondrá su chaqueta y se irá a casa; si lo hacen en una recreación, las imágenes se pondrán en blanco y negro cuando salga sangre. Pero cuando es aquí, en la calle, en la de verdad, en la que se siente fría cuando tu cara choca con ella, en la que aun están las manchas de sangre de algunos conocidos, aquí no escucharas a nadie que diga “corte”, o que te diga “esta vez perdonare tu vida”. No tienes tiempo para pensarlo dos veces, jalas el gatillo o recibes las balas en tu cuerpo. Aquí nunca darás “vuelta el juego” ni pasaras de nivel cuantitativo, y si mañana despiertas, solo significa que hoy lograste pasar con vida. La gente nos critica por ser tan territoriales, pero eso es todo lo que saben hacer, criticar y quejarse, por los políticos, por la educación, por la injusticia, etc.
    Pero no quiero que él pase por esto, no quiero que mi pequeño hermano conozca esta vida, solo tiene 5 años, y aun puede escapar.
    pero antes de ayer conocí al tipo que abuso de mi hermana, el mismo que estuvo una semana en la cárcel y fue devuelto a las calles, no pude evitar golpearlo, me lancé sobre él como un cocodrilo lo hace sobre su presa, después de buscarlo tantas semanas para encontrarlo, cuando estaba sobre él, me miraba con tristeza, y me suplicaba que lo dejara, pero lo único que podía ver en él, era a mi hermana mirando con tristeza al animal que tenia sobre sí misma, y suplicándole por que la soltara, ahora yo me había convertido en aquel animal sediento de sangre, lo golpee hasta que la sangre en mis manos ya no era de él, cuando ya no escuche sus gritos, y los brazos me pesaban como para volver a levantarlos, me levante y me fui.
    ayer estaba sentado frente a mi casa, junto a mis amigos, ellos hablaban, pero yo no los oía, solo miraba al final de la calle, sujetando por el mango la pistola que llevaba bajo la chaqueta, esperando que apareciera quien tenía que vengar al tipo, ¿Por qué? Porque así son las cosas en la calle, porque así es la ley que se escribió con sangre sobre el asfalto, cuando el sol ya caía, cuando la tranquilidad parecía caer sobre el barrio, vi venir aquella camioneta, un hombre se paro desde la parte de atrás y desenfundo una escopeta recortada, no demore mucho en levantarme y ponerme a lo que yo pensaba estaba cubierto, alcancé a repartir algunos disparos mientras oía los vidrios de mi casa quebrarse con la balacera, la camioneta se fue y estaba seguro de que había logrado herir a alguien, volvimos todos a juntarnos, casi como pasando lista, cuando escuche el grito de mi madre, casi no me di cuenta como llegue tan rápido a la puerta principal, pero cuando lo hice un escalofrió me recorrió el cuerpo entero al ver a mi madre manchada con sangre, y en pequeño cuerpo de mi hermano en sus brazos, ya no había vuelta atrás, por más que lo intenté, la luz no volvió a esos pequeños ojitos. ¿Mañana tendré que vengarlo?



    Cuento 9.-


    Un día en la vida, por Revoler77
    Un día en la vida.



    Por la mañana me desperté bastante temprano, como todos los fines de semana decidí salir
    a dar un paseo corto, con mi mejor repertorio musical instalado en el reproductor mp3 que
    me acompaña a todas partes. Abrí la puerta de calle y di mis primeros pasos casi con los
    ojos cerrados, debo confesar que aún no podía abrirlos bien a causa del sueño, por esa razón
    es que no vi al grupo de personas que se estaba congregando en la esquina. Cuando levanté
    la vista e hice contacto visual con uno de ellos, un escalofrío recorrió mi cuerpo, pero ya
    era tarde.
    El hombrecito de corbata me miró con una sonrisa en la cara, me dio los buenos días y se
    dispuso a hablarme.
    _ Buenos días joven, quisiera compartir con usted las buenas noticias…
    No lo dejé terminar, como no tenía otra alternativa aceleré mis pasos y seguí mi camino
    simulando no haberlo escuchado a causa de los audífonos y el volumen alto.
    El individuo volvió a sonreír y comenzó a seguirme, no iba a darse por vencido.
    Caminamos una, dos, tres cuadras y seguía tras de mi mientras vociferaba del amor de Dios
    y otras cosas medio místicas que no me interesaban nada.
    _¡Déjame ya!_ le grité y al mismo tiempo le lancé un escupitajo con lo más espeso de mi
    flema, pero el hombre (biblia en mano) le dio un golpe de revés como el mejor de los
    tenistas, haciendo rebotar el gargajo directamente sobre mi cara y continuó hablando.
    Afortunadamente desperté de este desagradable sueño con una sensación aún más
    desagradable en la cabeza y decidí como era de esperarse, salir a caminar. Me levanté y
    lavé mi cara con abundante agua fría, una vez vestido y bien despierto abrí mi puerta, miré
    con cuidado a ambos lados del camino y salí sin miedo.
    Por suerte, esta vez en la esquina de mi calle, no había nadie.




    Cuento 10.-
    Balada del niño, por Malkuth

    Balada del Niño
    “Mami”. “Mamita”. “¿Qué?”. “Dame una moneda”. “No”. Mira hacia el suelo, condescendiente.. Luego levanta la mirada y repara en un pequeño saco del que cuelgan hojas verdinegras. Al lado relucen tres círculos de metal desgastado. Se escucha un “¡cabro de mierda!” tras sus pasos que se alejan a toda velocidad por un corredor emplumado con plumas de tiuques, mientras el botín está seguro en sus bolsillos.
    Una vuelta de llave. No enciende. Otra más. Tampoco. “¡Yapo pendejo, mueve el cacharro ese!”. ¿Cacharro? ¿Qué se ha creído ese viejo roto? Es un flamante Mustang, con doble Air Bag, Subwoofer y un motor que brama como un toro arrimado.
    Deja atrás una casa que sobresale de entre el campamento, hecha de tabla añeja y dotada con un lujoso corredor desvencijado que nunca se retiró de ahí. Probablemente construido durante la colonia. “¡Shi! ¿Y vo’ con eso querís comprar un pito?”. “Entonces dame un pucho, wacho”. El Sol ardía en sus caritas de greda. A las siete de la tarde en Verano, la Autopista Central es todo un espectáculo. Cientos de hormigas, dentro de hormigas más grandes y metálicas, vienen llegando desde Cartagena, atravesando la Cordillera de la Costa. Y los retoños se sientan en el pavimento incinerado, con los brazos pelados y la mente lejos de sus hogares.
    Una luz roja. Otra. Otra más. Y la vida transcurre devorándose a sí misma, en una circunferencia similar a la de la roja que quedó tras el humo del escape. ¡Qué belleza de capó! Qué belleza verlo mientras refleja la luz de los postes eléctricos en mil direcciones, mientras despedaza el cuerpecillo de ese rotito; mientras yace ahí, al otro lado de los barrotes, ese hermoso, tan hermoso: capó rojo.




    Cuento 11.-
    Antídoto, por Ender27

    Es una vieja calle de adoquines con un árbol ciclópeo sembrando sombra de esquina a esquina, y un ciego campanario de piedra con las ventanas tapiadas y musgo en su espalda espiando las conversaciones de las palomas en los bancos de madera y de las parejas en los balcones de los edificios vecinos. Hay un quiosco y unas mesas de ajedrez que sólo se usan cuando cuelga un tibio sol en el cielo. O sea nunca.
    Esa es su calle, y ella la contempla en un sillón junto a la ventana, en el tercer piso escondida tras el cristal ennegrecido, con un libro entre sus manos y lamiendo la bombilla metálica que sale de su taza de mate. Espera aletargada que se agote el cielo gris, diluido por tanta lluvia, y que el solitario fanal que cuelga frente a su ventana indique que es hora de salir. Entonces se va a dormir.
    Baja los escalones uno por uno, cubierta de pies a cabeza en un espeso abrigo y bajo un amplio sombrero, enrollada a su cuello una suave bufanda y ataviada ligeramente bajo tanto secreto. Se escabulle sorteando las grietas entre los adoquines. Sueña que duerme en su habitación, cubierta de pies a cabeza, escondida bajo las mantas y la almohada. Sueña que llega el día y que se sienta junto a la ventana a mirar el paseo, los bancos de madera y las mesas de ajedrez siempre vacías. Sueña toda la noche, pero sueña despierta. Siente frío al dejar caer su abrigo, frío e indiferencia. Resignación, frío e indiferencia. Todo lo que siente cada vez que deja caer su vestido.
    Entonces llega la mañana y ella regresa. Saluda al viejo campanario y éste la ignora, insultado. Ella mueve sus ojos de la solitaria cruz en su cima a las ramas frías de su vecino. Saluda entonces al cansado árbol y éste la mira triste, de soslayo, y se inclina sobre el ciego campanario mientras ella les da la espalda y saca sus llaves.
    Vo sube y se esconde tras el cristal, en el sofá. Sorbe su mate mientras ve la gente pasar. No duerme, no cierra los ojos y deja la mente en blanco. Guarda todos sus sueños para cuando más los necesita.








    Solo uno de los cuentos enviados no pudo calificar, debido a que se trataba de un poema y no de un cuento corto, agradecemos, igualmente al usuario que lo envió y que podrá intentarlo otra vez al próximo concurso.

    Los cuentos expuestos pueden se votados por los usuarios, a criterio de cada quien. Se pide en lo posible no pedir votos de cortesía a los amigos ni a los conocidos para ganar la categoría, tenemos fe en que el ganador de ésta misma sea uno de los tres primeros lugares que salgan, o alguno que haya estado cerca de ganarlo.


     
    #1 Mirror Mirror, 7 Sep 2011
    Última edición: 11 Sep 2011
  2. [M]auro.SS

    [M]auro.SS Usuario Habitual nvl.3 ★
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    No voy a cambiar el voto.
    Estaba entre dos y no encontraba cómo sacar por cual votar. Hasta que decidí definir mi voto guiándome por cual podría tener más errores de redacción o pequeñeces de ese tipo.

    En fin.
    eso.
     
  3. chedron_darrell

    chedron_darrell Usuario Casual nvl. 2
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  4. sinuee

    sinuee Usuario Habitual nvl.3 ★
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    datebayo, votado again ¬¬
     
  5. Ender27

    Ender27 Usuario Habitual nvl.3 ★
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  6. Peterbloso

    Peterbloso Usuario Habitual nvl.3 ★
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    ¿Qué pasó con la otra encuesta?
     
  7. sinuee

    sinuee Usuario Habitual nvl.3 ★
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    No estoy seguro, pero creo que faltaba un escrito. XD
     
  8. Ender27

    Ender27 Usuario Habitual nvl.3 ★
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    No, es que no era pública por lo que no podían ver a quién correspondía cada voto para determinar si eran o no válidos.
     
  9. ekriven

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    aaahh quiero saber los resultados, estoy nervioso....
     
  10. SkuLLxKiD

    SkuLLxKiD Usuario Casual nvl. 2
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    que cuatico el de ekriven wn...
    no se por que suena asi si todos sabemos que las cosas son asi y cualquiera pensaria en hacer eso en un caso como ese.
     
  11. • ηιssα •

    • ηιssα • Usuario Maestro nvl. 6 ★ ★ ★ ★
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    pasa que la encuesta anterior fue mal hecha, debido a que no permitía ver los votos de los users, es decir sus nicks, sino que simplemente mostraba el número de votos.

    Y si la encuesta no es pública la moderadora no tenía opción de revisar los votos fantasmas y clones.

    Por eso la mod volvió a realizar el tema con la encuesta buena.
     
  12. Antibush

    Antibush Usuario Casual nvl. 2
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    Leí todos los cuentos. La decisión es difícil, porque algunos tienen buenas ideas, pero son incoherentes; otros, empiezan bien y decepcionan al final; otros, tienen algunas faltas de ortografía ((tildes); otros, tienen párrafos de sobra; otros, repiten palabras en tramos cortos; otros, tienen un buen nivel de palabras (acervo), pero las ideas poco originales.

    Voy a releer los cuentos para decidirme, privilegiaré la redacción por sobre la ortografía y, por supuesto, la originalidad.

    Saludos.-

    Listo, ya voté.-
     
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