Diego Rivas, 24 años, es el único chileno en llegar a la UFC. Mañana peleará en Las Vegas y confía demostrar por qué está donde está. Esta historia está marcada, como pocas, por paradojas. Comienza con la balanza de la vida, que da y quita para mantener su equilibrio. Es un relato de pasión, la que sirvió para encauzar un sueño que finalmente se materializó en la hazaña; la del protagonista, Diego Rivas (24), el primer chileno en pelear en el Ultimate Fighter Championship (UFC), la principal empresa de artes marciales mixtas en el mundo. Pero antes, al principio, hubo sufrimiento y amargura. Mi mamá falleció cuando yo tenía 15 años de un derrame cerebral, entonces, como una manera de despejar mi mente llegué a un gimnasio donde se hacían artes marciales, recuerda Rivas. Así partió todo. Desde el principio tuvo el escenario en contra. Rivas creció en la rural comuna de Cholchol, en la región de La Araucanía, donde el fútbol es la principal distracción de los niños, como también lo fue para él. No es difícil imaginar la negativa de su entorno al comenzar a practicar artes marciales mixtas -o todo vale, como se denominaba hasta hace algunos años-, disciplina muchas veces catalogada de brutal, donde se impone quien golpee más, quien consiga la sumisión o el knockout del rival. Se dio la oportunidad de entrenar en un gimnasio y todos me dijeron que no iba a aguantar. Mi familia me decía que lo dejara y hasta el día de hoy no le gusta que esté peleando. Ni siquiera les gusta verme pelear, rememora el Pitbull entre risas. Me decían que estudiara, que fuera a la universidad, que con esto no llegaría a ningún lado, pero yo sabía que algún día iba a pelear profesionalmente, que lo lograría, confiesa. El gimnasio en el que entrenaba Diego estaba en Temuco, por lo que debía viajar todos los días durante horas para llegar allí. Lo hacía hasta los domingos. Rivas se hizo un nombre a pulso propio. Probó suerte en el reality show The Ultimate Fighter Latinoamérica. Allí cayó en su primer combate, pero por el nivel mostrado UFC decidió contratarlo como uno de sus exponentes. Así se transformó en el primer chileno en ingresar a la multinacional norteaméricana. Todavía no lo asimilo. Hay días en que pienso: no, no puede ser que yo esté acá, reconoce. Rivas al hablar es histriónico, lo hace con soltura e incluso bromea; su confianza se expresa en sus movimientos y palabras. Y es que para pelear en el octágono contra un tipo que sólo piensa en noquearte lo mínimo que se necesita es carácter. Diego supo eso desde el comienzo, también de carencias y pérdidas, de no tener para pasajes, ni para una dieta apropiada. Pero también de triunfos. Yo vengo de abajo y creo que un verdadero campeón se forma así. Vengo de una familia súper humilde y todo lo que he conseguido ha sido en base al esfuerzo mío, y también a la gente que me ha apoyado. De hecho, cada vez que peleo, o cuando entreno, pienso en todas lo que no tuve y en todo lo que superé para llegar acá, comenta. Sólo ha peleado una vez en la UFC. Fue en 2014, cuando derrotó al mexicano Rodolfo Rubio. Tras esa ocasión, recuerda, la gente hizo caravana en Cholchol. Después, cuando volví, me pedían fotos allí y en Temuco, y me preguntaban cuándo volvería a pelear, añade. Ahora, la historia se repite y espera volver a alzar los brazos después de la lucha. Mañana, en el MGM Grand de Las Vegas -uno de los grandes centros de espectáculos de norteamérica- Rivas deberá doblegar al israelí Nohad Lahat. Para ello me he preparado mucho; ahora mi boxeo es mucho mejor, de verdad que espero ganar esta pelea, comenta con confianza. Una magulladura en la nariz reafirma sus dichos. Es su última medalla de guerra. La obtuvo en California, en Kings MMA, el gimnasio de Rafael Cordeiro, el más importante de esta disciplina en el mundo y donde se preparó durante meses siendo sparring de Fabricio Werdum (quien mañana iba a defender el título mundial peso pesado frente a Caín Velásquez, pelea anulada por lesiones de ambos) y Rafael dos Anjos, quien participará en el UFC 196 contra Connor McGregor. ¿Qué pasa por la cabeza del Pitbull a horas de la batalla? Sólo pasa ganar esta pelea, asegura. No hay más palabras. Como diría Bolaño, hay momentos para recitar poesías y hay momentos para boxear. Rivas, con sus 65 kilos de peso corporal, bien sabe que su momento recién comienza. Spoiler ¡Debes iniciar sesión para ver el Spoiler!
Puta la wea wn, veo el ufc pero no tenia puta idea que iba a estar, estas weas por que xuxa no las dan por la tv chilena, pura mierda la tele wn.gracias por la info y que le vuele la raja a todos en el ufc.
Vamos pitbull wn!!!, medio rodillazo, grande!!!, ahora a disfrutar tremenda victoria y después esperar la próxima pelea, Vamos Pitbull!!! Como sono la wea, espectacular