MIENTRAS DORMIAS LA CAÑA (I Parte)

MIENTRAS DORMIAS LA CAÑA (I Parte)
​

Mientras veía su rostro con el maquillaje por mi corrida no podía dar crédito de lo que había pasado ese día. La polola de mi mejor amigo me había hecho un mamón de antología mientras, el ahora cornudo, roncaba ebrio con los calzoncillos hasta los tobillos sobre mi sillón.

Esa tarde Miguel me había llamado desde la U. para que armáramos un carrete piola en mi casa, sabiendo que ni viejos se van los fin de semana a la playa con mi hermana menor y yo, con la vieja chiva de “la prueba” o “el examen” aprovechaba para tirar la casa por la ventana al menos una vez al mes. Luego ordenar, limpiar y dejar aireándose las piezas y living.

Ese viernes realmente andaba cansado, así que cuando recibí el llamado mi primera respuesta fue un rotundo No:

Miguel: “Pero viejo…, puta nos seai mala onda, mira que la chica quiere puro darle y tu sabis que ni en mi casa ni en la de ella podemos estar piola y ando con cero para pagar una pieza poh”

Yo: “Compadrito, estoy raja, ha sido una semana de mierda en la U con todo el asunto de los exámenes y quiero dormir, hagamos algo mañana (sábado) en la tarde, y hoy que te hagan una paja no más, jajajajaja".

Miguel: “Seba, te quedo debiendo una hermano…, yo pongo el copete y tiramos algo a la parrilla, si no es un carrete-carrete, nos tomamos unas cositas, te hacís el cansado como a las 12:00 y te vai a dormir, yo me voy con la chica a la pieza de tu hermana y no vas a saber de nosotros hasta mañana”

Yo: “Claro weon, tu le vai a estar dando en la pieza del lado y yo, siendo el dueño de casa, a cascármela con una porno…, ni cagando”
Así estuvimos 5 largos minutos, hasta que di mi brazo a torcer, con la única condición que la chica fuera con su prima, una mina no muy agraciada de cara pero con un cuero de los mil demonios, digna de ponerle una bandera en la cara y hacerlo por la patria.

A eso de las siete de la tarde apareció el Seba, con un botellón de ron Abuelo (que le sacó al viejo), hielo y una Coca de tres litros y de extra un pito con más químico que verde que prendimos mientras nos tomábamos un trago viendo el VH1 (Los mejores número 1 del Rock)

Yo: “perrito está wea está tóxica (el pito, claro está), mejor apágalo y déjalo para más rato, comamos algo o nos va a agarrar fuerte”
Miguel: “démosle una fumadas más, si no está tan fuerte la wea”
En eso suena el citófono y me fui a la puerta, mientras Miguel le seguía pegando fumadas más largas al caño.

Yo: “¿quién es?"
Del otro lado: "La Chica… ¿Llegó ya el migue?

Yo: “Si, pasen, cuidado que esta el ronco suelto…, si las agarra las va a dejar todas ensalivada”

“Vale”
Con el golpe a la puerta y dos rones en el cuerpo me bajaron los instintos y me acerqué a la puerta con cara de galán en celo. Cuando abrí se me bajó toda la inspiración

Yo: “¿y tu prima?”

Chica: “lo siento Seba, estaba con un millón de cosas, dijo que si podía se arrancaba pero que llegaría como a las once de la noche. De todas maneras la tengo que llamar antes porque andaba con el pololo y si se lograba zafar se venía”

Ají en el culo, esa fue la sensación, me di vuelta y busqué a Miguel el cual ya se estaba fumando la cola y mientras un cuarto vaso de ron estaba medio vacío (o medio lleno según quien lo hubiera medido)
Ahora sí que estaba mal el cuento, recién las 8 de la noche, tocando el violín hasta las 11, con la esperanza de que llegara la prima. Se me vinieron los demonios al cuerpo y agarré al Miguel de un brazo y lo lleve para una de las pizas, mientras le medio gritaba a la chica por sobre el hombro:

“Peque, sírvete tres rones mientras mira que tengo algo que mostrarle a tu queridis”

Yo: “Puta weón me prometiste que prestaba la casa y tú te encargabas de tener una mina para mi…, siempre me hacis la misma wea culiao”

Miguel (algo herido me di cuenta en ese momento): “Hermano…, yo le dije a la chica pero esta weona…, puta la mierda…, pero no me caguís la onda…, me la llevo para arriba altirante y te desocupo la casa en una hora como máximo…, puta hermano sorry…, pero no me caguís…”

Así, entre ruego y ruego, con la cara ya semi-desencajada por el caño y el copete, me terminó de convencer (más por pena que por amistad), así que me fui al living, con el saco de weas caminado detrás de mí y recién le pegué una mirada a la chica desde que entró por la puerta. Andaba con un vestido color verde claro con un escote bastante sugerente y un bronceado playero de fin de semana que le asentaba la raja.

Me senté en el sillón al frente de ella y tomé mi vaso de ron de la mesa de centro. El migue se sentó (si se puede decir así, ya que cayó con todo su peso sobre el sillón de dos cuerpos) y tras dos intentos de reincorporarse logro agarrar su trago y se lo comenzó a pasar por la cara y la frente, mientras decía: “puta que esta fuerte el pito hermano”

La chica me queda mirando y se manda una risa que resonó por todo el comedor, yo que no sabía si reír o llorar por la situación miré al Miguel y le avise que estaría en la pieza un rato, que la casa era de ellos.

Chica: “¿pero como seba?, quédate un rato más, tomémonos un trago más y terminemos de ver el programa, no seai viejo de mierda”
Miguel: “Hermano…, pe..pe..pero quédate un rato más (mientras intentaba guiñarme un ojo), préndete el play y nos tiramos unos partidos…, yo ando con otro pitito pa` después”
Yo: “vale, un rato no más, límite de dos tragos más para mí y me tiro un rato a dormir, después me despiertan y tiramos unas carnecitas al asador” (total ya estábamos en ahí y en una de esas llegaba la prima de la Chica)

Así pasaron como treinta minutos entre partidos, cigarros, copete y conversa (yo con la chica por que el Miguel cada vez se iba más a negro) hasta que mi cumpa le bajo lo calentón y se acercaba a la chica y le intentaba meter mano, mientras le daba besitos en el cuello.

Yo: “Compañero, yo me voy un rato a descansar los ojos, veo que quieren algo de privacidad así que no se molesten y bueno, ya saben dónde está la pieza de la Rocío (mi hermana) en caso que deseen estar más cómodos”

La chica agachó la cabeza como ocultando un dejo de vergüenza mientras mi muy brillante e intoxicado bro atinaba a decir: “viste amor, tenemos pa` hacernos tira un rato (risa etílica para cerrar la frase de oro)

Me di media vuelta y me fui a mi pieza.

Ya dentro de mi habitación prendí la tele, me acerqué el Lenovo y me puse a revisar mi Face y cachar si había algún carrete para más tarde, ya que como me percaté, a mi compadre no le durarían las pilas hasta muy tarde.

En eso estuve como 20 minutos, y decidí salir a servirme otro Ronaldo considerando que ya los tortolitos estarían encamados con la puerta cerrada, pero la sorpresa fue mayúscula cuando al bajar la escalera lo primero que me encuentro es a la chica agitando el (como decirlo)…, inerte pene de mi compadre, mientras este, con el pantalón hasta las rodillas, balbuceaba mientras una línea de saliva corría desde su boca hasta el almohadón del sillón.

Me acerque despacio, intentando no molestar y ya empalmado con el puro morbo de la visión mientras mi amiga le decía al Miguel:

“Puta weon, siempre la misma…, reacciona poh, si yo también tengo ganas…, maricón de mierda ayuda poh”

Mi socia con una teta al aire seguía cascando aquel pedacito de carne que estaba casi rojo por el roce de la mano y que simple vista, había pasado a mejor vida hace rato.
Me puse a su lado y carraspee bajo:

“Me parece que así no vas a lograr nada…, vas a tener que ponerle más talento al asunto”

Al escucharme me mira y su cara, ya roja de tanto esfuerzo, se prendió como fuego de la vergüenza y sus ojos se clavaron en mi entrepierna con una erección inocultable.

CONTINUARA….