Karrete kn ritalin?

¿Jalái Ritalin?": Jóvenes prolongan al máximo el carrete con nueva y peligrosa moda
Pastillas combinadas con alcohol o marihuana, o bien molidas como si fueran cocaína, permiten tomar mucho más alcohol de lo normal y disminuyen el cansancio en las fiestas. Expertos alertan que su uso se está extendiendo, y que pueden ser la puerta de entrada para drogas más "duras". Al día siguiente se produce una resaca que hasta puede tener características suicidas.
Carretear con Metilfenidato (más conocido universalmente bajo la marca Ritalin) es lo que la lleva ahora.

Así al menos lo aseguran los seguidores de una nueva y peligrosa tendencia que se está imponiendo en algunas fiestas juveniles .

La famosa pastillita con cuyo nombre fue bautizada una generación de niños que la consumían para tratar el déficit atencional ahora está de moda, pero en otro segmento y con fines muy distintos: los jóvenes de 18 a 25 años.

No sólo se toma, también se "jala", como se lo llama coloquialmente al acto de inhalar un producto, que produce estados prolongados de vigilia, resistencia al cansancio y al alcohol, lo que permite bailar y tomar más allá de lo normal.

"Es un alargador de carrete" , describe coloquialmente Julio Figueroa, sicólogo y director del Centro Oriente de la Corporación la Esperanza , entidad orientada a la rehabilitación de personas con adicciones.

"Este consumo de Ritalin lo empezamos a detectar incipientemente el 2002. El medicamento para su uso clínico, es decir, déficit atencional con hiperactividad, calma a los niños. Pero si eres una persona buena y sana, sin ese trastorno, te estimula y te hiperventila . Hace que quien lo ingiere pueda tomar mucho más y mantenerse con condiciones de vigilia para seguir pasándolo bien ", sostiene Figueroa.

Habitualmente las pastillas se ingieren. Se suele partir de a una para ir aumentando el número. Y hay un timming que permite lograr la máxima eficiencia. Siempre se combinan con alcohol y a veces con otras drogas, como marihuana.

Pero también se está extendiendo otra modalidad, que es moler la tableta hasta dejarla convertida en un fino polvillo. Luego se aspira en líneas, tal como sucede con la cocaína.

"Hay algo de juego en esto, es como emular a un verdadero adicto que jala" , dice el siquiatra Juan Maass.

"La inhalación hace que la absorción sea más rápida, entonces los efectos son más rápidos", acota la neuróloga de la Clínica Alemana y doctora en conducta, cerebro y cognición, Andrea Slachevsky.

Se las roban al hermano chico

Ni en el Ministerio de Salud, ni en Conace, según informaron a La Segunda, cuentan con estudios sobre este tipo de consumo que hasta el momento parece ser bastante inicial.

Hasta la consulta de Maass han llegado cinco casos de "jóvenes Ritalin" en los últimos seis meses, "tanto en el sector público como en el privado", precisa, y acota que "esto ha aumentado un poco, porque antes se daba de forma esporádica".

Según su diagnóstico, el perfil de quienes recurren a esta nueva forma de estimularse corresponde a personas de todos los segmentos sociales, quienes suelen ser llevados por sus padres a las consultas médicas, debido no al consumo de Ritalin, sino a problemas con el alcohol.

"Es gente que trata de no usar drogas tan potentes como la cocaína, porque no tienen acceso a ella o bien prefieren evitarlo Un chico me decía: Doctor no quiero meterme en drogas ilegales, funciono con cosas legales, por eso tomo esto ".

El medicamento se vende en farmacias con receta-cheque. Pero en internet hay un amplio mercado negro, donde una tira se ofrece desde $12 mil a $20 mil.

Otra alternativa es robarlo dentro de la misma casa. "Me tocó atender el caso de un joven que le sacaba al hermanito" , comenta el doctor Maass. Los padres del muchacho se desesperaron cuando se enteraron y debieron solicitar al médico una nueva receta para reponer el frasco que fue consumido por quien no debía.

De 100 kilómetros por hora a segunda

El doctor Maass cuenta que el Ritalin "podría generar adicción y dependencia si se consume en forma frecuente", pero comenta que en general quienes lo toman por motivos de carrete tienden a ingerirlo ocasionalmente. Ninguno de mis pacientes tuvo serios problemas en dejarlo, ni se quedaron pegados", puntualiza.

Pero Julio Figueroa, de Corporación La Esperanza, tiene otra impresión: "La persona comienza a utilizar el Ritalin para poder alargar el carrete y generalmente pasa a otro estimulante. Es una puerta de entrada, porque hay otros más fuertes. Después busca anfetaminas o cocaína ", precisa Julio Figueroa. Agrega que quienes lo han usado para el déficit atencional cuando niños no lo emplean después como estimulante, porque no les provoca esa reacción, sino todo lo contrario.

Según la neuróloga Andrea Slachevsky , su ingesta "en dosis altas puede producir efectos como taquicardia, aumento del ritmo cardíaco, ansiedad y hasta alucinaciones", secuelas que incluso pueden llevar a la muerte a una persona con problemas cardiovasculares.

Y los riesgos no terminan aquí. Figueroa agrega que " este tipo de mezclas entre estimulantes y alcohol genera al otro día una resaca muy angustiosa, con mucha sintomatología depresiva, incluso suicida. Lo que hace en el sistema nervioso central es como si fueras a 100 kilómetros por hora y luego pusieras segunda. Te genera una descompensación sináptica".

Desde mediados de los 50 en Chile

Ritalín es el nombre comercial del Metilfenidato, producto que actúa como un estimulante del sistema nervioso central.

A Chile llegó a mediados de los años 50. Actualmente, tres laboratorios lo distribuyen en el país.

Se trata de tabletas de color blanco o amarillo, cuyo uso incorrecto comenzó a darse a fines de los 90, cuando universitarios las emplearon para estudiar más.

En Estados Unidos como droga se usa en la modalidad de aspirado y también disolviendo los comprimidos en agua para luego inyectarlos.

Testimonio de un consumidor: "El siguiente es un día triste y sin sentido"

"Una vez tomé para estudiar un viernes en la noche, pero me llamaron unos amigos, me pasaron a buscar, y mezclé pisco con Ritalin sin pensarlo . Ese día no me dormí antes de las 10 de la mañana y estuve prendidísimo toda la noche . Desde que descubrí eso los tomo cuando estoy muy cansado y quiero salir, o cuando quiero salir y no dormir", cuenta un joven universitario que prefiere no identificarse.

"Antes se los sacaba a mi hermano menor, ahora tengo un par de amigos que les sacan a familiares", relata. "Al principio tomaba sólo uno de 10 milígramos, luego probé con tres de 30 milígramos y no dormí en dos días. He llegado a tomar y jalar hasta 100 milígramos en una noche".

Las sensaciones que se apoderan de él-dice- son diversas. "Puedo escuchar y participar en más de dos conversaciones a la vez. Me pongo inquieto y acelerado, a veces me transpiran las manos. Luego de mezclarlo con otras cosas (marihuana) se logran estados de felicidad que yo no conocía. El cansancio no existe. Uno siente que nadie hace mejor que uno lo que se está haciendo".

Acota que "cuando se toma en grupo y todos comienzan a sentir lo mismo se producen desenfrenos drásticos e incontrolables".

Pero al día siguiente la resaca es muy fuerte: " dan ganas de no salir de la cama y dormir hasta que se quite esa sensación de pena . El bajón y la caña moral que se producen son inmensos. Es un día triste y sin sentido".

El "uso carretero" del Ritalin poco a poco es tema en internet. En sitios chilenos como "*******" , es recomendado bajo el rótulo de "drogas caseras para los sin plata". "Una vez en un carrete jalé y no pude dormir hasta como las 5 de la tarde. Tenía sueño, pero no podía, era horrible", describe otro que experimentó con el fármaco.

"No es que haya fiestas Ritalin, se consume en cualquier tipo de carrete , cuenta una joven de 20 años.

La "cofradía de la estrellita verde" llaman a quienes usan el remedio, por el signo del envase que indica que pertenece al grupo de los sicotrópicos.