23/08/2010 - Otra derrota y se va

“El resultado del partido contra Vélez será determinante para mí”, avisó Borghi tras el traspié. Y agregó: “Un punto sobre nueve es poco, muy muy poco”. Duro...

Por sus gestos, su mirada, su cara, no parecía tan golpeado. Aunque él suele decir que, en su caso, es verdad eso de que la procesión va por dentro. Igual, sus palabras sonaron a sentencia. No puede decirse que un gesto vale más que mil palabras, sino al revés. Claudio Borghi, con sus convicciones a cuestas, salió a dar la cara y a ponerse plazos. “El resultado del partido contra Vélez será determinante para mí”, anunció. Sí. Una derrota el domingo que viene podría marcar el imprevisto final de su ciclo como técnico de Boca. ¡Y sería en la cuarta fecha...! Los problemas que observa el Bichi no son sólo estadísticos. Si bien aclaró que la cosecha de puntos ha sido escasa hasta el momento (“tener un punto sobre nueve es poco, muy muy poco”, aseveró), lo realmente preocupante es que el equipo no aparece. “Hemos intentado con otras variantes y preocupa que el funcionamiento no sea el deseado”, fue su análisis. Sin querer entrar en detalles (“no les voy a decir a ustedes las fallas que tuvimos”), igual dejó entrever tres errores. Por un lado, problemas en las pelotas paradas (“Nos ganaron en ese aspecto”). Por el otro, la falta de generación de fútbol (“Hoy probamos con tres números diez”). Y por último, a cuestiones de fortaleza anímica (“A veces la camiseta de Boca parece que pesara dos toneladas”).
Más allá de eso, no deja de sorprender que haya sido el propio entrenador en ponerle un plazo determinado a su futuro en el club. “Se viene Vélez, que juega bien, es puntero, y hay que ver a cuánto quedamos después de ese partido. Estamos lejos, a ocho puntos ahora. Y de no conseguir un resultado positivo el domingo, sería mucho peor”, especuló, con lógica razón. Claro, de perder con los de Liniers, Boca quedaría a 11 puntos de la cima de la tabla con apenas cuatro partidos disputados.
En tren de especular con su renuncia, agregó: “Sería darle la razón a lo que es hoy el fútbol argentino. Yo estoy a cargo del equipo y mido momentos y tiempos. Si no ganamos, se nos complica todo”.
Resaltó que nunca se enoja con los jugadores. Admitió que se siente defraudado por no haber cumplido las expectativas hasta ahora. Y, también, dejó abierta la puerta de su salida.



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