Y seguimos...

Hice un mapa con mi lápiz labial en sus lunares.

Descansábamos abrazados luego de coger. Estábamos sudorosos y extasiados. Sin embargo, su pene seguía erecto. Tan rosado y venoso. No esperé, no quise esperar y me subí encima, no de frente, sino que de espalda. Él podía ver todo mi trasero. Empezó a tocarme, a meterme el dedo y yo a balancearme cuan sube y baja. Me agarró del pelo y me lo jaló.

Mi espalda arqueada y la vista de mi vulva lo volvían loco. él podía mirar como su pene se perdía en mi interior. Mis gemidos, nunca silenciosos, se confundían con los de él. Me pegó en las nalgas, hizo que cabalgara sobre él y la cama crujiera de pasión.

Sentí como corría líquido dentro de mí, y sentí su pene a punto de explotar, como una bomba. Por lo que me apronté a salir. No quería que terminara todavía.

Me acerqué a su boca y la lamí, le metí la lengua lo mas que podía, y sentí su jadeo en mi garganta. Estaba loco de éxtasis, y adoraba tenerlo así.

- Déjame culiarte- me dijo.

- No- le respondí casi sin poder hablar de lo excitada que estaba.

- Déjame

- Si, métemelo.

Le habría dado todo lo que me pidiera en ese momento...

Me puso en cuatro, y me lo metió por atrás, no necesitaba lubricación alguna, ya estaba lista. Me dio duro, cada vez más duro.

- Échamelo todo- le dije

Y explotó en mí. Su semen corría dentro y fuera de mi trasero. Caí rendida en la cama y él sobre mí embetunándose entero…

 

Gracias