El Río de la Mano, nace prácticamente en el límite sur poniente de la ciudad de Punta Arenas, donde las nuevas poblaciones se han levantado a orillas de las antiguas parcelas y lecherías. Con un cauce pequeño que crece en invierno, el rió debe su nombre a una historia En una rústica vivienda, levantada a orillas del rió vivía doña Filomena, natural de Queilen, la cual, habiendo enviudado, busco mejores horizontes junto a su hijo José Manuel, de 18 años, radicándose en Punta Arenas. El joven, al poco tiempo de llegar a la gran ciudad, comenzó a conocer distintos sectores, entre ellos el puerto, donde se hizo de algunos amigos que después de las faenas acostumbraban a pasar a algún bar a "conversar" la amistad, siendo acompañados por el mocetón. la madre, temerosa de las malas compañías y las influencias que podrían causar en su hijo, le prohibió ese tipo de amistades, pero el muchacho no atendió razones y comenzó a rebelarse. Tal como lo pensara doña Filomena, las andanzas de su hijo terminaron por llevarlo a la cárcel por algunos excesos cometidos con sus amigotes. Por supuesto que en cuanto obtuvo la libertad regreso al hogar, siendo reprendido por su madre en forma severa. La reacción del muchacho fue tan airada que llego, incluso, a propinarle una bofetada a la autora de sus días. Ante tal actitud la mujer sufrió indecible dolor y con los ojos preñados de lágrimas, sólo atinó a exclamar: ¡Hijo mío! ¿Que has hecho?Antes de sufrir esta terrible humillación hubiera preferido verte con la mano cortada José Manuel huyo del rancho medio enloquecido, hasta que meditando su falta, prometió comenzar una nueva vida Dijo su madre que ampliaría la casa, para lo cual obtendría la madera de un bosque vecino, llevando hasta un aserradero los troncos con los que confeccionaría las tablas. Pero el joven no dejaba de recordar la acción cometida contra su progenitora. A cada instante escuchaba las fatídicas palabras: ¡..hubiera preferido verte con la mano cortada... Consiguió la autorización del aserradero para realizar trabajos es su madera. Frente al banco americano fue pasando por la sierra a vapor los listones de segunda para convertirlos en piquetes. De pronto tambaleó, perdió el equilibrio y la sierra le alcanzó la mano. el mocetón, loco de dolor, chorreando sangre, corrió desesperado hasta la orilla del rió. Aterrorizado introdujo en el agua la extremidad de la que colgaba la mano sujeta por débiles tendones... la misma mano que había golpeado a su madre. sus compañeros miraban incrédulos y sorprendidos como las aguas del rió se teñían de rojo, mientras la gran mancha iba tomando la forma de una mano siniestra. Desde entonces, el cauce tomo el nombre con el cual actualmente se conoce: Rió de la Mano.... saludos....
Excelente historia, me gusto la forma como esta relatada "propinarle una bofetada a la autora de sus días"