Zavich, el mejor cazador del mundo

Tema en 'Cementerio De Temas' iniciado por troi, 30 Ago 2009.

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  1. troi

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    Un texto que no pretende generar una lucha, por el contrario, reencontrarnos con las mujeres.. Ojala las feminas tambien comenten


    Zavich, el mejor cazador de todo el mundo, se aburrió de estar solo, así que
    decidio sentar cabeza y hallar una compañera con la cual pasar el resto de sus días, pero no podía ser una mujer cualquiera, debía ser la mejor mujer.
    Debía ser la mujer perfecta, solo así aceptaría a renunciar a su soledad, así que salió en busca de ella por todo el mundo.

    Mil y una vez recorrió el mundo en su busca, pero ella no aparecia, quiza ella
    lo estaba buscando a el y no coincidian.

    Un día uno de los amigos de Zavich, compadecido por su amigo, cuya piel se
    había curtido por los soles de todos los paises alrededor del mundo y su
    mirada, brillante antes, ahora estaba opaca, ya que el no entendía que era el
    brillo de la decepción, así que le dijo: "Mira Zavich, arriba en la montaña
    vive un hombre muy sábio, quizá sepa donde esta la mujer que buscas".

    Zavich vió que ya no perdía nada, así que subió a la montaña donde encontró al maestro. Tenía el cabello del color de la nieve, de ese color que solo la experiencia sabe dar a partir de golpes, tristezas y alegrías.

    "Maestro", dijo Zavich. "Se que tú lo sabes todo, así que te ruego me digas:
    ¿dónde puedo encontrar a la mujer perfecta? Llevo buscandola hace más de cuatro inviernos y aún no la he encontrado.

    El maestro con voz suave y firme, sonrió y le dijo: "Claro que si te dire donde
    hallarla, pero primero debes ponerte en camino y cazar un unicornio de cuerno
    dorado para mí. Tan pronto lo tráigas te lo dire, pero antes que nada recuerda
    que debes hacerlo antes de que pasen ocho lunas. Si no tengo conmigo el
    unicornio para entonces, jamás hallarás a esa mujer".

    Para Zavich era más del tiempo que necesitaba, pues era el mejor cazador. Así que salió hacia la tierra del ensueño donde es bien sabido que viven los unicornios.

    Camino y camino y en el camino se encontró con un hombrecillo que al tocar su flauta convertia los más aridos terrenos en hermosos jardines, pero no se
    detuvo a conocerlo por que debía hallar al unicornio. Más adelante encontró un jardín de rosas que nunca envejecían y a demás conservavan para siempre su aroma, pero no se detuvo a olerlas por que debía encontrar al unicornio. Halló también a un hombrecillo que le ofrecía miel de un panal que tenía la virtud de que quien la probaba no se sentía cansado por más que no durmiese o comiese.
    Tampoco se detuvó por que lo importante era hallar al unicornio.

    En fin... Siguió y siguió y pasaron las ocho lunas sin poder dar con el
    unicornio, en parte por que los unicornios de cuerno dorado no existen y eso lo sabía el muy bien, pero, sin embargo, lo busco para poder encontrar a la mujer perfecta.

    Cansado y derrotado volvió con el sábio anciano y le contó sus aventuras. El
    maestro le dijo: "Y por buscar algo que sabías no ibas a encontrar te negaste a conocer tales prodígios? Así te sucederá si te empeñas en buscar a la mujer
    perfecta. No podrás oler el aroma de las rosas de la vida, ni embriagarte con
    las mieles del amor, ni escuchar la música de los ángeles. Ahora vete y
    disfruta de los placeres que existen afuera. No te preocupes, que no tendrás a la mujer perfecta jamás, pero cuando encuentres el amor, entonces quien este a tu lado será perfecta para tí".

    Zavich sonrió al comprender lo que le decía el anciano, y volvió a su aldea,
    donde encontró a una mujer, que al estar junto a ella los lugares más sórdidos, se tornaban en primaverales. Su aroma estaba en el aún cuando ella no estaba, y no necesitaba comida alguna porque con ella no sentía fatiga. Así, paso junto a ella el resto de sus días, que fueron bastantes, y a sus hijos no se cansó de decirles que nunca fuesen a buscar a la mujer perfecta y que nunca le dieran la espalda a las maravillas del amor como el lo hizo algún día tiempo atrás, cuando Zavich, el mejor cazador de todo el mundo, se aburrió de estar solo y decidio sentar cabeza...


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