El mensaje es sencillo: la mayoría de suplementos vitamínicos no previenen el desarrollo de enfermedades crónicas ni la muerte, su uso no está justificado y deben ser evitados. Así de contundente se muestra el editorial del número de esta semana de la prestigiosa revista Annals of Internal Medicine, que acompaña a tres estudios sobre suplementos vitamínicos y minerales. La industria [de los suplementos] está basada en la anécdota. La gente dice tomo esto y me siento mejor y el mito se perpetúa. Pero cuando haces pruebas, ves que no tienen ningún beneficio a largo plazo. No sirven para prevenir la mortalidad, ni los ictus, ni los infartos, asegura el editorial, firmado por cinco doctores. Las investigaciones publicadas esta semana se unen a una completa revisión de estudios que se dio a conocer el pasado mes y que llega a la misma conclusión: los suplementos vitamínicos apenas tienen beneficios para la salud en las personas bien nutridas de occidente, que son los que los toman. Y lo que es más grave, determinados suplementos, como los de beta-caroteno, vitamina E y vitamina A hicieron que aumentara el riesgo de muerte en alguno de los experimentos. Los suplementos vitamínicos empezaron a popularizarse a finales de los 80, tras la publicación de una serie de investigaciones experimentales en las que se aseguraba que tenían un papel protector frente al cáncer y la enfermedad cardiovascular. Desde entonces, se han vendido como la varita mágica para lograr vitalidad (un concepto tan bonito como vano) o potenciar la memoria. Nada de esto, según los últimos estudios, es cierto. En el primero de los estudios que acompaña el editorial se revisan otras 27 investigaciones, con más de 450.000 participantes, en las que los suplementos no muestran ningún efecto beneficioso en la prevención de la enfermedad cardiovascular y el cáncer. El segundo estudio analizó la progresión de 1.700 pacientes que habían sufrido un infarto. Fueron divididos en dos grupos, en uno tomaron un suplemento vitamínico con 28 ingredientes y en el otro un placebo, dos veces al día, durante cinco años. Aunque el régimen de vitaminas no resultó peligroso, tampoco mostró ningún beneficio. Y finalmente, el tercer estudio siguió la evolución de cerca de 6.000 ancianos mayores de 65, que tomaron suplementos vitamínicos o placebo durante 12 años. Los participantes fueron sometidos a varias pruebas de rendimiento cognitivo y no se encontró ninguna diferencia entre ambos grupos. Todos los nutricionistas insisten en que la dosis diaria recomendada de vitaminas se encuentra en una dieta saludable estándar, y sólo deberían tomar suplementos, por prescripción médica, aquellas personas que por una razón concreta tengan carencias, como es el caso de las mujeres posmenopáusicas (a las que se le receta calcio y vitamina D) o las embarazadas (que toman ácido fólico). Fuente: elconfidencial.com Papers: Primer estudio: http://annals.org/article.aspx?articleid=1767855 Segundo estudio: http://annals.org/article.aspx?articleid=1789246 Tercer estudio: http://annals.org/article.aspx?articleid=1789247 Editorial: http://annals.org/article.aspx?articleid=1789253
Miles de estudios afirmando un hecho cientifico... nadie los lee. 3 papers en contra la corriente... todos los toman como vacas sagradas. El escepticismo y la objetividad son calles de 2 sentidos.