¿testosterona = violencia?

He llegado a ciertas conclusiones acerca de este tema, por experiencia de vida y por diversos estudios que he leído. Las expongo para generar reflexión y debate aunque se que no tengo la verdad absoluta.

En los humanos, las hormonas no tienen un papel demasiado preponderante en nuestro comportamiento, ya que nuestros instintos están controlados por el cortex cerebral, y en consecuencia por nuestra cultura. El cortex cerebral en los humanos, es tan grande, que lo encontramos plegado en varias circunvalaciones dentro del cráneo, aquí se concentran las tres cuartas partes de sinapsis, y es esta extensión en su superficie la que permitió la aparición del raciocinio, lenguaje, conciencia, pensamiento reflexivo, imaginación, además de conferirle al ser humano la libertad de elección en sus acciones y comportamientos.


Ahora, si bien es cierto que las hormonas pueden influir algún grado en nuestros estados anímicos, el asunto es que no es la testosterona lo que nos incita a ejercer poder ni violencia, esa es una creencia popular para justificar nuestro comportamiento “natural” que en estricto rigor tiene mucho más de cultural. Existen estudios que indican que esta hormona puede potenciar la capacidad de discernir y el humor de una persona, contrario a lo que se cree. Ningún estudio ha logrado establecer una relación estricta en el sentido testosterona àviolencia.

Por el contrario, si existen estudios que demuestran una relación inversa. Por ejemplo y muy resumido: se midió el nivel de testosterona entre jugadores de tenis antes y después de un partido. Los resultados indicaron un mayor nivel de ésta después del partido (no antes), y este incremento fue más significativo en los jugadores que ganaron, ¿qué significa eso? que no fue la testosterona la que permitió ganar, sino que fue el hecho de ganar lo que aceleró la secreción de esa hormona esteroidiana.
Dicho de otro modo: no es la testosterona la que origina la violencia, es la violencia, la que origina un aumento en el nivel de testosterona. Similar es el caso de otras hormonas asociadas con la depresión o las emociones, muchas veces son las vivencias, las que originan la segregación de una hormona u otra, y no necesariamente al revés.

La connotación negativa y antisocial que se atribuye a la testosterona parece ser lo suficientemente fuerte para provocar un comportamiento social marcadamente agresivo y violento en los varones con respeto de las mujeres. Esto se pudo comprobar con otro estudio en donde, en líneas generales, se dividió un grupo de mujeres en dos subgrupos: a uno de ellos se les suministro testosterona y al otro grupo un placebo (pero ellas creyeron lo contrario). Luego se comprobó en líneas generales, que las mujeres a las que se les suministro placebo, pero que en realidad creyeron recibir testosterona, tuvieron un comportamiento mucho más conflictivo y violento que aquellas que realmente recibieron testosterona, por el contrario aquellas que recibieron testosterona y creyeron recibir placebo, tuvieron un comportamiento más sociable y humoroso que el que las caracterizaba ante nuevos grupos de personas, contrario al comportamiento brusco que debían experimentar.

Dado esto entonces, yo me atrevo a decir, que si de todas formas queremos relacionar a la testosterona con violencia, la relación correcta sería entender a la testosterona como facilitadora de la violencia, y no como causante de la agresividad.

[FONT=&amp]Detrás de la violencia asociada a nosotros los varones, hay una red de instancias de sociabilización (padres, otros familiares, escuela, compañeros, padres de esos compañeros, televisión -no nos olvidemos de que los niños de hoy pasan más de tres horas por día delante del televisor, play, etc.) que, sin que nos demos cuenta, asignan a los varones y a las mujeres valores determinados, de manera tan sutil que esos valores nos parecen ser el orden "natural" de las cosas (creer eso se llama "escencialismo: creer que los varones o las mujeres son como son por "esencia").[/FONT]

[FONT=&amp]La testosterona entonces, no sería causante de la agresividad, sino que sus niveles pueden aumentar, producto de la agresividad, y este aumento de la testosterona puede facilitar acciones violentas en hombres y mujeres. Ahora también es necesario entender, que si bien las hormonas influyen en nuestro comportamiento, la definición del carácter de una persona no será un producto directo de la dotación de hormonas masculinas y femeninas que posea, sino más bien de la cultura. [/FONT]

Perdón lo largo.

 

Sin ánimo de ofender, pero quienes dijeron que no tenemos libertad de elección en nuestras acciones, yo me imagino incluso que por ejemplo, si les dan ganas de follar a mitad del paseo ahumada no vacilarían en hacerlo… pero en fin, quizás no supe darme a entender, entonces aclaro que con libertad de elección en nuestras acciones me refiero, entre otras cosas, a la capacidad de analizar las consecuencias de nuestros actos, y por lo tanto de decidir en base al razonamiento si los llevo a cabo o no. El ser humano, tiene un razonamiento lógico más complejo, tanto como para llegar a decidir conscientemente si así lo desea, actuar en un sentido diametralmente opuesto a lo que le dicta su instinto.

Por otro lado, mi razonamiento no apuntaba a encasillar la violencia en si como un asunto sociológico, es la marcada violencia asociada hacia nosotros los varones, la que me atrevería a catalogar como un fenómeno 100% sociológico, y no producto de la testosterona que abunda más en nosotros.

Pienso que pueden existir un montón de cambios biológicos y psicológicos que gatillen la violencia, pero como señale, no existe (o por lo menos no tengo conocimiento), algún estudio serio que relacione a la testosterona como causa de la violencia, de hecho existen estudios más recientes que vinculan a la testosterona con otras características.

 

Lo de que se generó como respuesta al medio, me parece bastante acertado.

 

[FONT=&amp]El supuesto vínculo entre la testosterona y la agresividad nació justamente de esa investigación en las prisiones.

Sin embargo estimado,[/FONT][FONT=&amp] el estudio al que aludes, queda invalidado desde el momento en que se han podido medir niveles altos de testosterona en el hombre más amable que puedas imaginar o en [/FONT][FONT=&amp][FONT=&amp]el travesti más femenino que puedas imaginar.[/FONT] El estudio ha sido desmitificado por un sinfín de artículos y estudios posteriores, básicamente porque es incompleto y porque la correlación que postulan, no implica ninguna prueba de relación de causa y efecto (que es más o menos lo que he expuesto). Por otro lado, con la conclusión de ese estudio estaríamos justificando a los violadores, ellos pasarían a ser pobres víctimas de una hormona violenta.[/FONT]

[FONT=&amp]Te recomiendo un estudio bastante interesante _ asumo que sabes inglés por la referencia que citaste_ : [/FONT][FONT=&amp]Prejudice and truth about the effect of testosterone on human bargaining behaviour, Nature, encabezado por los doctores Christoph Eisenegger, Michael Naef, Romana Snozzi, Markus Heinrichs, Ernst Fehr.[/FONT]
[FONT=&amp]
Volviendo a las prisiones: los estudiosos del tema, apoyan la idea de que, la testosterona promueve lo que se llama la conducta de búsqueda de estatus (dentro de los límites en que la conducta humana es influenciada por hormonas), en la que una persona aspira a aumentar o mantener la aceptación y el estatus dentro de su entorno.

[/FONT] [FONT=&amp]Si es este el caso, la testosterona puede facilitar tanto los comportamientos agresivos o comprensivos en función de las circunstancias. [/FONT]
[FONT=&amp]Así se explicaría en cierta forma porque en ambientes como las prisiones la testosterona es alta y las personas son violentas. Las personas al estar inmersas en este ambiente agresivo y hostil (especialmente para los violadores) deben adoptar una conducta violenta, que ayude a mantener una posición de aceptación, y que a la vez eleva los niveles de testosterona que facilitan esta conducta sobre todo desde un punto de vista físico. Así mismo, en otros ambientes, en entornos quizás más pacíficos, la testosterona capacita la amabilidad, o el humor, que es una característica con más valor en términos de posición o aceptación social. Dicho de otra forma, las personas buscan sentirse socialmente aceptadas por su entorno[/FONT], y esa aceptación puede perfectamente para algunos venir ligada a la agresividad, que eleva los niveles de testosterona.

Esto tiene bastante más lógica que pensar que por tener testosterona, peor aún quienes la tienen elevada, son todos violadores, asesinos, abusadores, torturadores por naturaleza, y los estaríamos justificando.

Con respecto a los entrenamientos de gimnasio, en ningún momento expuse lo contrario, las hormonas desde el punto de vista fisiológico, si marcan grandes diferencias. Y con respecto a tu agresividad, que quieres que te diga man, al menos te chequeaste los niveles de testosterona como para afirmar algo así? Yo estoy seguro que esa agresividad no fue causa directa de tu aumento de testosterona, si es que aumentó. Para que sepas, y dejes de creer mitos, solo el 4% de los hombres se vuelve marcadamente agresivo al inyectarse prolongadamente testosterona, básicamente el cambio se produce por desequilibrios hormonales muy grandes, de hecho cuando la testosterona está anormalmente baja, también existe agresividad.

Saludos.