MANDY!!! Nicolas Cage pasa por un infierno con drogas en la 2.ª película de terror de Panos Cosmatos

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Película de terror psicotrópica medio teñida de terror, película de venganza sangrienta mitad infrahumana, Mandy de Panos Cosmatos se encuentra entre las entradas nocturnas de medianoche que este o cualquier festival ha visto. Ciertamente, no para los débiles de corazón o aquellos con poca capacidad de atención, es superlativo en su nicho de terror centrado en el estado de ánimo, uno que Cosmatos ayudó a establecer con Beyond the Black Rainbow 2010, su única otra característica hasta la fecha. Los espectadores que encontraron esa película atractiva pero en última instancia insatisfactoria pueden querer dar un golpe extraño pero completamente realizado; mientras tanto, la presencia de Nicolas Cage atraerá a los televidentes que de otra manera nunca hubieran oído hablar de eso.

Cage interpreta a Red, un leñador que vive con la misma Mandy (Andrea Riseborough) en una cabina remota hecha de ventanas que no coinciden. Su existencia aquí en las Montañas de la Sombra permite largas conversaciones en susurros que parecen suspendidas en el tiempo; mientras se acuestan en la cama, la iluminación de aparición lenta y los efectos visuales subrayan su distancia de un mundo tan desafortunado como para no haber encontrado tal conexión.

Puede ser difícil en las primeras escenas distinguir el sueño y la realidad, pero en realidad Mandy, mientras camina haciendo tareas, atrae la atención de un culto llamado Children of the New Dawn, o al menos de su líder Jeremías (Linus). Roache). "Tráeme la chica que vi", le ordena a sus seguidores después de que lleguen a casa.

Entonces, con la ayuda de algunos jinetes de cuatriciclos con escandalosas armaduras, la tripulación desciende a la casa de Red y Mandy, lo atan y lo capturan. Nadie grita; todo es pavor silencioso. Realizan un ritual sobre Mandy que implica una mala tensión de ácido y una picadura de avispa, la traen a la sala de estar con Jeremiah, y él plantea la pregunta más aterradora que se pueda imaginar en este momento: "¿Te gustan los Carpinteros?"

Ese breve alivio cómico no hace nada para disminuir la notable secuencia que sigue, en la que, con la imagen toda roja y con movimientos que dejan marcas atrás, Jeremiah intenta seducir a la alucinante Mandy, hablando directamente a la cámara en primer plano, ya que su rostro sutilmente se transforma en la de ella y de vuelta. Él nunca parpadea mientras lanza este hechizo; de hecho, es posible que nadie parpadee en esta película.

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Basta decir que las cosas van mal, que involucran la esclavitud y el fuego y "la cuchilla manchada del Caballero Pálido". (El lenguaje y la estética de las novelas de fantasía y el heavy metal de los años ochenta se extienden por toda la película).

Casi a los 60 minutos, Red sale de la conflagración gravemente herida y empeñada en destruir a los Niños. Él gruñedamente derrama licor sobre sus heridas y baja por su garganta, gruñendo a través del dolor; Cage, cuyo nombre sin duda rima con "rabia" aquí, comienza a convocar a los extremos primarios que a veces emplea en películas menores. Pero cualquier risa en la audiencia es injusta, una anticipación de una dirección que, de hecho, el actor no va a lograr. El personaje de Cage pasará la siguiente hora no solo demente con sed de sangre sino con drogas que aparentemente le otorgan poderes irreales. Pero Cage, el actor, permanecerá bajo el control de la película, un claro habitante del universo que crea. Red va a visitar a un viejo amigo, Caruthers (Bill Duke), y le dice: "He venido por el ... Reaper". Caruthers saca una ballesta de un gabinete, luego le da algunas flechas especiales que ha hecho. Pero cuando Red le dice a quién está cazando, Caruthers (después de ofrecer una de las pocas piezas de exposición directa de la película) dice: "Probablemente morirás". "No seas negativo", responde Red. A juzgar solo por la acción, la segunda mitad de la película se ajusta fácilmente a la plantilla de venganza y película. Red encuentra a aquellos que lo han perjudicado y se los quita, a veces de manera espectacularmente violenta, a veces usando un hacha de batalla forjada por sí misma que los klingon admirarían. Pero la capacidad de Cosmatos para ponernos en la cabeza de Red, abrumado al principio por el dolor y la furia, y luego saturado por las extrañas drogas que por alguna razón se siente obligado a probar, hace que esto sea mucho más que el ejercicio habitual de derramamiento de sangre vicario. Al principio elemental, más Valhalla Rising que Kill Bill, se mueve hacia algo más acorde con el culto que lo provocó. A medida que Red desciende a su extraña guarida (que está coronada con una capilla en forma de A que recuerda a la iglesia en There Will Be Blood), esto se convierte en horror cósmico, un espectáculo destinado a inspirar asombro. Mandy atraerá un culto que avergüenza a los Hijos de la Nueva Aurora.

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gracias