De regreso a la U

Hola, soy Javi. En esta historia soy una mujer de 18 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que entreno a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.

Si bien el tiempo fue pasando, durante las vacaciones de invierno volví a mi hogar para compartir con mis padres. Su maravillosa hija había aprobado todos los ramos del primer semestre de la carrera y todos estaban orgullosos, armaron un asado con la familia y todo el cuento.
En el celular me habían llegado mensajes por Whatsapp; mensajes de mis amigas y Seba, quien preguntaba cómo me estaba yendo en las vacaciones y que me extrañaba. Creo que después de haber tenido sexo de esa manera, ¿quién no extrañaría volver a hacerlo?
El punto es que las vacaciones se pasaron muy rápido, de todos modos igual aproveché de dormir harto y levantarme tarde porque durante el semestre apenas y dormía de tanto estudiar.
Ya habiendo arreglado el bolso, mi padre me llevó hasta el terminal.

Papá: Y ya encontraste pololo en la u?
Yo: No, papá. Prefiero enfocarme en la carrera no más (si claro jaja).
Papá: Me parece bien. Igual, trata de no sobre exigirte con la u, busca algún taller o algo donde relajarte un poco. No vayas a terminar estresándote de más.
Yo: Tranqui, si ahora en el segundo semestre voy a meterme a algún taller deportivo.

El viaje fue muy agradable, nos despedimos de un abrazo y me subí al bus. Me sentía bien al sentir la confianza de mi papá, al menos no me hacía sentir presionada con respecto a la carrera. Si bien es muy difícil estudiar en la universidad, también hay que preocuparse de relajar la mente... y el cuerpo 1313 jaja.
Una vez que llegué a la otra ciudad me largué enseguida a la pensión, en la puerta estaba Carlos, el dueño de la pensión. Me saludó muy amable como siempre, un puntito que quiero agregar, es que Carlos es un hombre de 53 años, el típico hombre casado con pancita y un poco bajo jaja, sólo es un poco más alto que yo. Resulta que él y su esposa me quieren mucho, porque he sido muy educada con ellos y les he ayudado en lo que pueda mientras no estoy ocupada en asunto de la u.
Rosa me saluda también mientras sale al patio a conversar con su esposo. Ambos son muy tiernos y me encanta como se tratan.
En fin, ordené mis cosas y pasó el tiempo. Había que volver a clases e inscribirse en algún taller para apañar el semestre. Opté por inscribirme en basquetball, donde se iban a inscribir mis amigas Cata y Rut (si no recuerdan o no saben cómo son mis amigas físicamente, creo que las describí en mi relato anterior jaja).
Pasaron los días y pudimos participar por fin, llegué con mi polera y un short que me quedaban bastante bien, desde el semestre pasado no me ponía ropita deportiva y aún me quedaba genial con el cuerpo. Mi resistencia eso si estaba en muy bajos niveles, me cansaba rápido lamentablemente para mí, porque tenía muchos deseos de jugar y mejorar mis habilidades en ese deporte que me gusta.
En eso que intento recuperar la respiración, miro a las gradas de la cancha y está Seba saludándome y haciendo señas como de ánimos. Me sentí bien y sonreí por reacción. Intenté seguir jugando pero a los 2 minutos el profe tocó el pito y se terminó todo jajaja.
Me quedé a descansar un poco mientras las chicas se iban a las duchas, Seba se acercó a mi.

Seba: ¿Vamos a ducharnos? - me dijo con una sonrisa insinuante.
Yo: Jaja noo, estás loco. Me voy a duchar mi pensión, no me da el cuerpo para cambiarme de ropa ahora.
Seba: Uyy, que cochina.
Yo: En serio, no me puedo el cuerpo jaja.
Seba: ¿Te llevo a tu pensión?
Yo: Noo, tranqui... si puedo caminar
Seba: Uuy por pura que te da vergüenza que te lleve en brazos.
Yo: Mi orgullo jaja. Se iría al carajo mi orgullo.

Ambos nos levantamos y caminamos rumbo a mi pensión. Él iba con la excusa de que me iba a cuidar de que no me cayera desmayada en el camino o alguna otra cosa, le di la razón sólo por esa razón.
Cuando llegamos por fin, entramos y yo iba caminando apenas del cansancio jaja. Oportunamente, Seba traía en su mochila una bebida de estas energéticas.

Yo: ¿Y la guardaste hasta ahora? tramposo.
Seba: Sólo quería acompañarte, tontita.

Se la quito de las manos y me la bebo al seco, literalmente no dejé ni una gota de bebida en la botella. La cara que puso Seba fue de arrepentimiento por haberme dejado la botella, le robé todo jaja.
Renové un poco mis energías y me fui a mojar la cara y el cuello al baño, él me siguió y se puso detrás de mi con sus manos en mi cintura. Sentí como se posicionaba para que su pene ya duro en ese momento calzara con mi trasero. En serio que sentí cómo iba creciendo poco a poco detrás de mi.
Comenzó a besar mi hombro hasta llegar a mi cuello, luego fue a mis orejas, mi debilidad... me dejé llevar simplemente y me dirigí a sus labios para besarlo mientras movía su cadera contra la mía.
Una de sus manos llegó a acariciar mi pecho cuando solté un gemido de excitación, el otro fue a mi vulva. Pasó por encima de mi short y calzón y empezó a masajearme. Me sentí muy animada y la respiración comenzó a agitarse cada vez más. Ya no nos besábamos, él se dedicaba a ver la cara de excitada que tenía al jadear tras el dedeo que me estaba haciendo ahí abajo.
Intentaba sujetarme del lavamanos mientras él continuaba haciendo lo suyo, hasta que logré sacármelo de encima y dar media vuelta. Me lo comí a besos como pude, mi corazón latía a mil en ese instante.

Yo: Sácame la ropa.
Seba: ¿Nos vamos a duchar?
Yo: Si, sácamela.

Lo único que reaccioné fue a decirle eso. Nos desnudamos mientras nos fuimos besando hasta que nos metimos juntos a la ducha. El espacio era suficiente para que cayeramos los dos, así que dejé correr el agua y continuamos con nuestros besos apasionados.
Con mi mano comencé a masajear su pene mientras él metía sus dedos en mi vagina, era un show de gemidos tan eróticos que me calentaba mucho más a medida que pasaban los segundos.
Me da media vuelta, dejándome con las manos pegadas al muro. Detrás sentí como metía su pene en mi vagina y empezaba a embestirme con su cuerpo.
Me presionaba contra el muro mientras me lo metía, yo sólo reaccionaba a gemir e intentar no quedarme pegada en la pared del baño. El agua calentita recorría nuestros cuerpos y yo sólo quería que lo siguiéramos haciendo.
Estaba tan excitada que llegó un momento en que sentí que mi cuerpo tiritaba, un escalofrío me recorría la espalda y sentía un cosquilleo en los dedos de mis pies... Me sentía muy satisfecha en ese momento....
Lo empujé para atrás y me volví frente a él, me acerqué a besarlo con más ganas mientras masajeaba su pene que estaba durísimo.

Yo: Hace tiempo que quiero hacer esto.

Le doy un piquito y me agacho mientras veo su cara de asombro, seguramente ya se hacía una idea de lo que iba a hacer jaja.
Me quedo de rodillas frente a él, sigo masajeando su pene aun con el agua cayendo sobre mi. Le di un beso a su cabeza, y luego pasé muy suavemente mi lengua mientras que observaba con detención el rostro de excitado que tenía Seba.
Seguí jugando con mi lengua alrededor de su pene hasta que tras volverlo a ver, cruzamos miradas.
Poco a poco comencé a meter su pene en mi boca, volvía a sacármelo mientras lo chupaba.
Su rostro cambió rotundamente, se echó relajado hacia atrás mientras yo repetía la misma acción.
Me lo metía y lo iba chupando mientras iba saliendo. Seguí masajeando cada vez más rápido mientras lo chupaba.
Llegó un momento en que con sus manos empujaba mi cabeza contra su pene, me dio miedito porque me estaba ahogando y no caía todo su pene dentro de mi boca. Lo intenté pero no pude y casi me atraganto...
Volví a lo mío y continué hasta que me dijo que se estaba yendo.
Lo saqué de mi boca y masajeé con más fuerza y rapidez hasta que vi un chorro de semen cayendo sobre mi pecho. El agua comenzó a llevárselo todo y me levanté rápido para limpiarme de lo que había caído.
Él estaba ultra contento por lo que había pasado jaja, hace mucho tiempo que quería atreverme a hacer sexo oral, había visto videos xxx y todo el cuento para hacerlo bien. Y por suerte todo fue un éxito y logré hacer que mi hombre eyaculara.
Terminamos la ducha y me fui a cambiar ropa para estar más cómoda. Luego de un rato llegó Carlos golpeando la puerta para decirme que fuéramos a tomar once con mi amigo. Me dio plancha al principio porque pensé ¿habrán escuchado todo? ¿ahora ya no seré más su niñita regalona? Me pasé mil rollos por la cabeza.
Estando dentro de la casa, en el comedor, no dijeron nada al respecto y simplemente hablamos de la U.
Después de todo, las cosas salieron bien y nadie se dio cuenta.

Espero que les estén gustando estas historias, porque son las experiencias de mi vida que espero poder seguir compartiendo con ustedes. Aún me quedan muchas por contar jaja, gracias por darse la lata de leer los tremendos testamentos que dejo. Pero bueno, las cosas buenas duran harto, ¿no?
Bye <3

 

Jajja, eso se verá a medida que las historias avancen