Los líderes militares vieron la pandemia como oportunidad única para probar la propaganda: informe

Los líderes militares vieron la pandemia como una oportunidad única para probar la propaganda sobre los canadienses, según informe

Un plan ideado por el Mando de Operaciones Conjuntas de Canadá se basó en técnicas de propaganda similares a las empleadas durante la guerra de Afganistán.

Teniente General Mike Rouleau​

Los líderes militares canadienses vieron la pandemia como una oportunidad única para probar las técnicas de propaganda en un público desprevenido, según concluye un informe de las Fuerzas Canadienses recientemente.

El gobierno federal nunca pidió la llamada campaña de operaciones de información, ni el gabinete autorizó la iniciativa desarrollada durante la pandemia COVID-19 por el Mando de Operaciones Conjuntas de Canadá, entonces dirigido por el Teniente General Mike Rouleau.

Sin embargo, los mandos militares creían que no necesitaban la aprobación de las autoridades superiores para desarrollar y llevar a cabo su plan, dijo el General de División retirado Daniel Gosselin, que se encargó de la campaña. El general de división retirado Daniel Gosselin, que fue contratado para investigar el plan, concluyó en su informe.

El plan de propaganda fue desarrollado y puesto en marcha en abril de 2020, a pesar de que las Fuerzas Canadienses ya habían reconocido que “las políticas y doctrinas de operaciones de información y focalización están dirigidas a los adversarios y tienen una aplicación limitada en un concepto doméstico”.

Este periódico obtuvo una copia de la investigación de Gosselin del 2 de diciembre de 2020, así como otros documentos relacionados, utilizando la ley de acceso a la información.

El plan ideado por el Mando de Operaciones Conjuntas de Canadá, también conocido como CJOC (Canadian Joint Operations Command), se basaba en técnicas de propaganda similares a las empleadas durante la guerra de Afganistán. La campaña requería “dar forma” y “explotar” la información. El CJOC afirmó que el plan de operaciones de información era necesario para evitar la desobediencia civil de los canadienses durante la pandemia de coronavirus y para reforzar los mensajes del gobierno sobre la pandemia.

Una iniciativa separada, no vinculada al plan del CJOC, pero supervisada por oficiales de inteligencia de las Fuerzas Canadienses, recogió información de cuentas públicas de medios sociales en Ontario. También se recopilaron datos sobre las reuniones pacíficas de Black Lives Matter y los líderes de BLM. Altos oficiales militares afirmaron que la información era necesaria para garantizar el éxito de la Operación Láser, la misión de las Fuerzas Canadienses para ayudar en los hogares de cuidado de larga duración afectados por el COVID-19 y para ayudar en la distribución de vacunas en algunas comunidades del norte.

Los organizadores de BLM han cuestionado la razón por la que los oficiales militares recopilaron información sobre su iniciativa, señalando que siguieron las reglas de la pandemia y no realizaron ninguna reunión fuera de los hogares de LTC.

El entonces jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Jon Vance, clausuró la iniciativa de propaganda del CJOC después de que varios de sus asesores cuestionaran la legalidad y la ética del plan. Vance recurrió entonces a Gosselin para que examinara cómo el CJOC pudo desarrollar y poner en marcha la operación de propaganda sin aprobación.

La investigación de Gosselin descubrió que el plan no era simplemente la idea de unos “apasionados” especialistas en propaganda militar, sino que el apoyo al uso de tales operaciones de información era “claramente una mentalidad que impregnaba el pensamiento en muchos niveles del CJOC”. Los que estaban en el mando vieron la pandemia como una “oportunidad única” para probar esas técnicas en los canadienses.

Los puntos de vista expuestos por el contralmirante Brian Santarpia, entonces jefe de personal del CJOC, resumían la actitud del mando, señaló Gosselin en su informe. “Esto es realmente una oportunidad de aprendizaje para todos nosotros y una oportunidad para empezar a introducir las operaciones de información en nuestra rutina (CAF-DND)”, declaró el contralmirante.

El mando vio la respuesta militar a la pandemia “como una oportunidad para supervisar y recopilar información pública con el fin de mejorar la concienciación para una mejor toma de decisiones del mando”, determinó Gosselin.

Gosselin también señaló que el personal del CJOC tuvo una “palpable actitud despectiva” hacia los consejos y preocupaciones planteados por otros líderes militares.

La directiva del plan de propaganda fue emitida por el CJOC el 8 de abril de 2020, pero hubo que esperar hasta el 2 de mayo de ese año para que entrara en vigor la orden de Vance de cerrarlo.

Gosselin recomendó una revisión exhaustiva de las políticas y directivas de operaciones de información de las Fuerzas Canadienses, en particular las que pueden afectar a cualquier actividad para las misiones nacionales.

Dentro del cuartel general de la defensa nacional en Ottawa hay un debate en curso sobre el uso de las técnicas de operaciones de información. Algunos oficiales de asuntos públicos, especialistas en inteligencia y planificadores de alto nivel quieren ampliar el alcance de estos métodos en Canadá para poder controlar mejor y dar forma a la información gubernamental que recibe el público. A otros, dentro del cuartel general, les preocupa que estas operaciones puedan dar lugar a abusos, como que el personal militar engañe intencionadamente al público canadiense o que se tomen medidas para atacar a los diputados de la oposición o a los que critican la política gubernamental o militar.

La formación y las iniciativas de propaganda militar en Canadá durante el último año han resultado controvertidas.

Las Fuerzas Canadienses tuvieron que iniciar una investigación tras un incidente ocurrido en septiembre de 2020, cuando el personal de operaciones de información militar falsificó una carta del gobierno de Nova Scotia en la que se advertía de la existencia de lobos sueltos en una región concreta de la provincia. La carta se distribuyó inadvertidamente a los residentes, lo que provocó llamadas de pánico a los funcionarios de Nova Scotia que no sabían que los militares estaban detrás del engaño. La investigación determinó que los reservistas que llevaban a cabo la operación carecían de formación oficial y que los soldados no comprendían bien las políticas que rigen el uso de las técnicas de propaganda.

Otra revisión se centró en la rama de asuntos públicos de las Fuerzas Canadienses y sus actividades. El año pasado, la rama lanzó un controvertido plan que habría permitido a los oficiales de asuntos públicos militares utilizar la propaganda para cambiar las actitudes y los comportamientos de los canadienses, así como recoger y analizar la información de las cuentas públicas de los medios sociales.

El plan habría hecho que el personal pasara de los métodos gubernamentales tradicionales de comunicación con el público a una estrategia más agresiva de uso de la guerra de la información y de tácticas de influencia sobre los canadienses. Entre esas tácticas se incluía el uso de analistas de defensa amistosos y generales retirados para impulsar mensajes de relaciones públicas militares y criticar en las redes sociales a quienes plantearan preguntas sobre el gasto y la responsabilidad militar.

Las Fuerzas Canadienses también gastaron más de un millón de dólares para formar a los oficiales de asuntos públicos en técnicas de modificación del comportamiento del mismo tipo que utilizó la empresa matriz de Cambridge Analytica, la compañía implicada en un escándalo de extracción de datos en 2016 para ayudar a la campaña electoral presidencial de Donald Trump en Estados Unidos.

La iniciativa de cambiar la estrategia de asuntos públicos militares se cerró abruptamente en noviembre después de que se revelara detalles sobre el plan. Una investigación militar determinó que lo que estaba haciendo la dirección de asuntos públicos de las Fuerzas Canadienses era “incompatible con la política de comunicaciones del Gobierno de Canadá (y con la) misión y los principios de Asuntos Públicos.” Ninguno de los responsables de los asuntos públicos fue sancionado por sus acciones.

Hace varios meses, el jefe interino del Estado Mayor de la Defensa, el general Wayne Eyre, y la viceministra del DND, Jody Thomas, reconocieron en un documento interno que las diversas iniciativas de propaganda se habían salido de control. “Los errores cometidos durante las operaciones y el entrenamiento internos, y la mentalidad a veces insular en varios escalones, han erosionado la confianza del público en la institución”, señalaba un mensaje del 9 de junio de 2021 firmado por Eyre y Thomas. “Esto incluyó la realización de OI (Operaciones de Información) en una operación doméstica sin la dirección explícita del CDS/DM o la autoridad para hacerlo, así como la producción no sancionada de informes que parecían estar dirigidos a vigilar las actividades de los canadienses”.

Fuente: Military leaders saw pandemic as unique opportunity to test propaganda on Canadians, report says

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SHOCKING: The Military Just Joined The TAKEOVER!

Respaldo: Odysee​

“La propaganda es un arma poderosa en la guerra; se utiliza para deshumanizar y crear odio hacia un supuesto enemigo, ya sea interno o externo, creando una imagen falsa en la mente de soldados y ciudadanos.”