Información J.A. Kast presenta su programa de gobierno, escrito por la UDI y RN.

Luego de haber recibido un transversal rechazo a su primer programa gubernamental, el candidato de la derecha, José Antonio Kast, presentó su nuevo plan de gobierno, en el que borró de cuajo sus principales planteamientos contenidos en el libro "Ideas republicanas". Así fue que decidió no cerrar el Ministerio de la Mujer y omitir su noción original del cambio climático en el que atribuía sentido ideológico a la evidencia científica, a través de una “postura climática dominante”. Pero no solo eso, también se retractó del cese de funciones de Flacso, la construcción de termoeléctricas, la clausura del INDH, la coordinación internacional antirradicales de izquierda, las facultades excepcionales del Presidente para arrestar personas en lugares que no sean cárceles ni estén destinadas a la detención, derogar la Ley de Aborto en tres causales, incentivos para parejas casadas, y el no tocar el sistemas de AFP, entre otros.



En el comando de José Antonio Kast prefieren hablar de estar abiertos a escuchar las buenas propuestas, a diferencia de lo que le espetan a su contrincante, Gabriel Boric, al que recurrentemente fustigan por darse “volteretas”. En el discurso de presentación del nuevo plan de gobierno, el candidato de la derecha señaló, respecto del cambio climático –luego de haber puesto en duda los fundamentos científicos del mismo–, que “corregimos todo lo que se mal interpretó, o que redactamos mal en nuestro programa”. En el programa se cuestionaba “la postura climática dominante”.

De esta manera se pasó de un documento de cerca de 300 páginas a uno de 55, donde los pilares fundamentales apuntan, según el texto, a “paz y orden”, recuperación de la economía” “vida digna”, cambio climático” y las mujeres.

Quizás el flanco electoral más complejo que dejó su primera propuesta fue el de la idea de eliminar el Ministerio de la Mujer. Tras haberse viralizado el asunto, rápidamente cambió de posición, y fue la primera medida que anunció de cambio, es más, para su denominado “mujerazo”, donde se advertía un gran anuncio, este fue la no eliminación del mismo.

La primera consecuencia se dio luego del desglose de diferentes encuestas, que demostró que la votación femenina era uno de sus déficits. Ahora, en el nuevo plan, las mujeres aparecen dentro de los cinco pilares y, entre otras medidas, se anunció la creación de la Fiscalía de la Mujer. En el papel, este pilar cuenta con ocho subtítulos que apelan a mejorar las condiciones de vida en el ámbito tanto laboral, así como de salud, de participación y beneficios sociales, entre otros.

Y si el 14 de octubre, en el foro “Elección presidencial: Definiciones de política exterior” del Centro de Estudios Internacionales UC (CEIUC), junto con Athena Lab, su asesor internacional, Cristián Bisquertt, se mostró a favor de la revisión de tratados internacionales, al señalar que “revisarse en funciones reales y objetivas, no ideológicas (…), hay que respetar la soberanía nacional, hay que tener capacidad para flexibilizar la mirada de cada tratado y en función de eso tener claro que lo que está en juego es un modelo”, ahora en el nuevo plan se indica que “profundizaremos y ampliaremos los tratados de libre comercio para fomentar la participación chilena en los principales mercados globales”.

Otras de las materias que incomodaban a gran parte del sector oficialista simplemente fueron sacadas de cuajo y sin mayor explicación. Entre ellas se puede encontrar el cese de funciones de Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales). El argumento que se entregaba para tal medida lo expuso el propio José Antonio Kast en sus redes sociales el 8 de agosto del presente año. En la oportunidad se pudo leer que “bajo la apariencia de un organismo internacional, durante décadas la Flacso ha sido un reducto de activismo político y refugio laboral de políticos de izquierda. El 11 de marzo del 2022 serán notificados del cese de sus operaciones en Chile”.

Tampoco se encuentra la idea de la creación de una “coordinación internacional antirradicales de izquierda”. Así como tampoco aparece la idea de “en estado de emergencia, el presidente debe tener la facultad de, abrir o registrar documentos arrestar a personas (…) en lugares que no sean cárceles ni estén destinadas a la detención”.

Otro de los ítems que se eliminaron tiene que ver con “clausura del INDH”. Ahora se apunta a “reformar profundamente”. Tampoco se insistirá con “derogar la ley que posibilita el aborto” ni “ofrecer incentivos económicos a parejas casadas”.

En el caso de la inmigración, otro de sus fuertes en campaña, si bien insiste con la construcción de zanjas en los pasos fronterizos, desapareció la idea de “sancionar a ONG que estén prestando ayuda y orientación a los inmigrantes ilegales”. En este caso, de todas maneras, se anuncia la creación de un “estatuto de expulsión de inmigrantes” y una “unidad especializada de la PDI para buscar inmigrantes ilegales desde Arica a Punta Arenas”.
Respecto del sistema de AFP, que no se tocaba en su primera propuesta, en esta ocasión se abriría el mercado, ya que se señala la posibilidad de los cotizantes de “elegir ente que administre sus ahorros”.

Uno de los episodios más complejos que el candidato del Frente Social Cristiano tuvo en su último debate previo a las elecciones, fue respecto de la construcción de termoeléctricas, anteriormente se podía leer que “toda nueva termoeléctrica que cumpla regulaciones exigentes deberá usar carbón de alta calidad”. Ahora se lee “eliminaremos las termoeléctricas a carbón a medida que se logre un sistema de generación eléctrica seguro”.

De los pocos grandes fundamentos de su primer programa que se mantienen a nivel de convicciones, pero con marcados matices, es el referente a la economía. En esta nueva propuesta se insiste en que la convicción es la de rebajar impuestos para acrecentar la inversión, pero ya no se habla de rebajar del 27 al 17 por ciento a las empresas, ni restarle dos puntos al IVA. También se ajustó el crecimiento, que apuntaba a cerca de un 7 por ciento. En este sentido, se puede leer que los cambios se harán según el contexto y la realidad del país, con el agregado de la “responsabilidad fiscal”, la que se compromete a mantener en menos de un 50 por ciento.

El nuevo plan de gobierno comienza con una carta del propio candidato, que en uno de sus párrafos señala: “Muchos criticaron el programa de gobierno que presentamos en primera vuelta, pero no cabe duda de que él representó en lo esencial los anhelos e inquietudes de los chilenos, lo que explica el apoyo que le dieron en las urnas”.

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