La experiencia religiosa (Parte 3)

Hola, soy Javi. En esta historia soy una mujer de 23 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que entreno a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.

Después de haberme largado de la casa de Andrés, no fui a la iglesia en la tarde. Roberto me llamó para preguntarme qué me había pasado y le puse la excusa de que tenía mucho trabajo por hacer. Él entendió y me dejó tranquila, pero no sin antes invitarme a un café durante la semana jaja. Como el me caía muy bien, acepté sin problemas.
Durante esa semana estuve muy enojada con Andrés y no le pescaba los whatsapps, porque no quería saber nada de él después de lo que había pasado en su casa. Habíamos tenido un encontrón bien calentón y él no fue capaz de hacer algo al respecto, me sentí re mal con él. Además de que sentí como que me había usado el muy chanta. En fin.
Un miércoles me pasó a buscar Roberto al trabajo, me subí a su auto, nos saludamos con un abrazo y un beso de mejilla y me regaló un capri de frutilla jajaja yo quedé re contenta porque venía muy cansada del trabajo y un chocolate es el mejor obsequio. Fuimos a tomarnos el café y conversando, Roberto saltó el tema de que por qué no había ido a la iglesia en la tarde, porque notó que me había ido en la mañana con Andrés. Entonces me comentó que supuso que algo había pasado, al principio me hice la loca y él insistía, pero yo callada no más. Me dijo de una: ¿Se dieron un beso? y yo quedé en blanco. Demás que me quedé pálida jajjaa porque igual todos en la iglesia saben que Andrés está pololeando con Claudia. Le contesté que si, ni loca le iba a decir que había tenido medio sexo con Andrés jajjjaa quedaba la pura escoba.
Vi en su rostro un poco de lástima, tal vez pensaba que yo era una mala chica y entonces le pedí disculpas jajaja disculpas a él po jajaja como si fuera el papá. Roberto me dijo que nada que ver, que no tenía que sentirme mal porque me habían usado.
Más tarde me fue a dejar a la pensión, así que al despedirnos lo abracé bien fuerte y me entré a la pieza. Ahí me puse a conversar con la gente del lugar, que ya habíamos tenido encuentros y nos quedamos charlando hasta tarde.
El otro fin de semana fui a la iglesia bien guapa como siempre, me encontré con Roberto y lo abracé con tantas ganas que le sonó un huesito jajajaja nos dio mucha risa, me dijo que me veía realmente bonita, y yo ahí diciéndole que era obvio porque ya era bonita jajaja, así que me fui a sentir con los demás jóvenes, ya no con Andrés y Claudia. Ni loca me sentaba con ese otra vez, por lo que Claudia sospechó algo y me miró con confusión.
Al terminar el culto me preguntó qué onda, por qué no me había sentado con ellos y por poco no sabía qué responderle. Le dije que quería sentarme en un lugar distinto esa vez jajaja ni se si habré zafado con eso.
A la tarde nos reunimos con los jóvenes y en un momento en que yo estaba sentada, Andrés se me acercó para conversarme. Lo miré con enojo y él no parecía entender, me habló con toda la buena onda, como si nada pasara. Le dije que no quería hablar con él, pero insistía como si no entendiera. Le volví a decir que no quería hablar con él y seguía el muy burro. Hasta que en un momento le grité en frente de todos que me dejara tranquila, que no quería hablar con él.
Me levanté y me fui. Todos se quedaron mirándolo. Ya me había cabreado mucho y me dirigí a la salida, seguida por Roberto, quien me tomó del brazo para preguntarme qué había pasado. Le dije que quería irme a mi casa no más, así que se ofreció en llevarme.
Ambos nos subimos y emprendimos el viaje.
Al llegar a la pensión, me bajé muy rápido y aun enojada, Roberto me siguió sin decir nada, así que no me quedó de otra que dejarlo pasar, porque no paraba de preguntarme qué me pasaba. Entramos a mi pieza, me senté en mi escritorio y él de pie al lado. Le conté que me había sentido re penca cuando Andrés se acercó a mi, que me sentía mal.
Se sentó en mi cama y me dijo que me sentara junto a él para abrazarme. Lo hice y apoyé la cabeza en su hombro. Fue casi como una reacción loca en que giré la cabeza y él estaba tan cerca de mi, que no se qué onda fue lo que pasó, que como si fuera un imán, Roberto se acercó a mi muy lento y yo sin poder reaccionar, nos dimos un beso super tierno, fue muy lindo.
Lo tomé de la nuca y nos fuimos acostando para estar más cómodos. Fue un beso muy tierno, nada calentón. Él me acariciaba las mejillas y yo lo seguía besando lentito hasta que luego de un rato, Roberto me acaba el beso y se me queda mirando. Me pidió disculpas por tener que irse, porque no quería que pensara mal de él y además tenía que volver a la iglesia, sino los demás pensarían mal.
Ahí me quedé sentada en mi cama, viendo cómo se iba, después de ese beso todo tiernito, lo único que yo quería era seguir sintiéndome querida de esa manera.
Más tarde, recibí un mensaje de Claudia: ¿Qué te pasó con Andrés?
No le quise responder, al menos no en ese momento, así que me fui a tomar una ducha y me acosté porque quería que acabara luego el día.
Al otro día, le escribí a Roberto para pedirle disculpas por lo que había pasado, a lo que él responde que no había problema, fue algo que pasó y que ya no se podía hacer nada al respecto. Sin embargo, me dijo que le había gustado jaajaja.
Le escribí que sería buena onda juntarse a conversar y él me dijo que nos juntáramos durante la semana, en el café. Esa tarde de mitad de semana me pasó a buscar como de costumbre, nos tomamos el café y llegamos a la conclusión de que nadie debía enterarse de lo que había pasado. Él era casado y no quería tener atados jajja yo le pregunté que para qué me había besado entonces y se quedó calladito.
Para el otro fin de semana, después del culto me preguntó si me gustaría ir a almorzar a su casa. Acepté encantada porque hacía rato quedamos de comer jajjaa
Llegando allá, descubrí que su esposa no estaba :O él me dijo que había viajado a ver a su madre y entonces le tiré la broma de que me trajo con la casa sola jaajaja
Él se acercó y me confesó que cuando nos dimos ese beso, se sintió como un niñato de 15 jajaja cuando pololeaba con otras niñas. Me dijo que tenía mucho rato de que quería tener esa oportunidad de probar mis labios. Le dije que podía probarlos otra vez jaaja yo toda jugada jajajaja.
Me abrazó con suavidad y nos besamos otra vez, claro que en ese momento fue más apasionado el beso. Él me acariciaba las mejillas y yo lo abrazaba. Nos echamos en un sillón y me sentía tan completamente cómoda, porque como no había nadie más que nosotros dos, me gustaban sus besos tiernos.
De pronto sentí que me estaba acariciando las piernas, me intentaba subir el vestido y yo simplemente me dejaba llevar. Me abrió las piernas para acomodarse y empezamos a frotarnos con hartas ganas. Sentía cómo él intentaba moverse con fuerza y yo le gemía al oído.
Luego de un rato, me dijo que fuéramos a la pieza. Lo seguí y estando en el dormitorio, seguimos besándonos mientras él me quitaba el vestido. Yo estaba rojísima de los nervios y él se estaba sacando la ropa. Cuando se quitó los calzoncillos, me mostró un pene tremendo yo quedé loca ajjaj porque al menos en comparación con el de Andrés, este le daba 3 patadas jajajaj, nunca entendí el por qué los hombres mayores tienden a tenerlo más grande y grueso, es de locos jajaja.
El tema es que yo me agaché para chupárselo un rato, pero él me dijo que no, que quería hacerme el amor como nunca nadie me lo había hecho. Eso me gustó jajaja así que lo seguí besando mientras me iba dejando caer lento en la cama. Se acomodó encima de mi, sentí cómo iba metiendo su pene y cerrando los ojos, yo sentí como si me estuviera cayendo al vacío.
Estaba tan extasiada que no sabía nada más de fuera del dormitorio. Roberto me lo estaba haciendo tan suave, tan sencillo y tan rico, que yo sólo me dedicada a gemir del gusto. Me penetró un buen rato, nos frotábamos tan rico que en un momento decidí que ya era mi momento, así que lo intenté mover para quedar yo encima.
Ahora me tocaba a mi, comencé a cabalgar en él cada vez más rápido mientras veía su cara de excitado, que no se la podía más jajaja. Me moví con hartas ganas, apoyándome en sus rodillas con las manos y ahí el sexo tierno se fue a las pailas, yo ya estaba muy caliente y quería hacerlo duro. Ambos nos abrazamos mientras nos frotábamos hasta que me dijo que se estaba por venir. Me quité rápido y le dije que se fuera en mi boca.
Le masturbé el pene un par de segundos y se lo estuve chupando un poquito hasta que eyaculó por fin. Lo escuché gemir mientras me tragaba el semen y le dejaba el pene limpiecito hasta que luego lo miré, echado en la cama con las manos en la cara jajja.
Me comentó que lo había hecho excelente y que no se esperaba tremenda experiencia. Me acosté junto a él y nos quedamos abrazados un buen rato, tapados en las frazadas. Y no se crean, luego de eso lo hicimos otra vez jajajaja nos fuimos a duchar y después a la tarde de jóvenes en la iglesia :O​

 

Aunque él no era el pastor jajjaa