¿Cuál era el aspecto de los ángeles en la Biblia?

Desde tiempos inmemoriales, los ángeles ocupan un lugar destacado en las creencias religiosas y culturales de la humanidad. Descritos como mensajeros celestiales y asistentes de Dios, estos seres misteriosos son objeto de fascinación y devoción en diversas religiones. Sin embargo, su verdadera naturaleza según la Biblia es mucho más compleja y extraordinaria de lo que comúnmente se representa en la iconografía moderna.


La Biblia, fuente primordial de información sobre los ángeles, ofrece una panorámica única y enigmática de estos seres celestiales. A pesar de que muchas representaciones contemporáneas los muestran como figuras humanas aladas con aureolas, las Escrituras pintan un cuadro mucho más diverso y cautivador. Las representaciones van desde humanoides con varias cabezas hasta enormes globos oculares rodeados por anillos o ruedas con ojos más pequeños.

En el Libro del Génesis, se nos presenta un intrigante ángel que custodia la entrada del Jardín del Edén con una espada ardiente en constante movimiento. Esta imagen ilustra la naturaleza poderosa y feroz de estos seres. Desmitificando la imagen angelical e idealizada que con frecuencia se les atribuye.

Otra fascinante revelación proviene del profeta Ezequiel, quien vislumbró cuatro «criaturas vivientes» que rodeaban el trono de Dios. Las describió con cuatro rostros y alas con características humanas, de buey, león y águila. Figuras que se alejan considerablemente del estereotipo convencional de ángeles hermosos con alas. En cambio, presentan una perspectiva asombrosamente única de la diversidad angelical.


La jerarquía de los ángeles según la Biblia.
Además, la Biblia enumera nueve variantes de ángeles organizados en una jerarquía específica. Entre ellos, los serafines, conocidos como los «ardientes», destacan por sus seis alas utilizadas para volar y mostrar modestia en su devoción a Dios. Asimismo, los querubines, lejos de su representación popular como bebés regordetes, son seres con cuatro rostros que ocupan un lugar elevado en la jerarquía angelical.

Curiosamente, Lúcifer, quien se convirtió en el famoso ángel caído conocido como el Diablo, alguna vez perteneció a este selecto grupo de querubines. La complejidad disminuye con la presencia de las dominaciones, virtudes y poderes. Estos ángeles exhiben una apariencia más humana, ya que se involucran activamente en los asuntos terrenales y en la protección de lugares y comunidades.


El tercer nivel de la jerarquía lo conforman los principados, arcángeles y ángeles generales. Mientras los principados asumen el rol de protectores y guías de comunidades específicas, los arcángeles lideran y ejecutan los planes divinos con propósito y determinación. Destacándose por su cercanía con la humanidad, los ángeles generales interactúan con frecuencia con los seres humanos.

Naturaleza angelical.
Sin embargo, según la Biblia, incluso aquellos que se asemejan a nosotros poseen un aura sobrenatural que, en muchos casos, evoca temor y reverencia. Las diversas representaciones de ángeles encontradas en la Biblia presentan una perspectiva asombrosa y cautivadora de estos seres celestiales. Lejos de la imagen homogénea y estandarizada que a menudo se les atribuye, los ángeles emergen como figuras multifacéticas y enigmáticas en el tejido de la espiritualidad humana.


En última instancia, el estudio de los ángeles según la Biblia nos invita a adentrarnos en un mundo enigmático y misterioso, donde la diversidad y lo extraordinario se entrelazan en una danza celestial de significado y revelación. Más allá de las representaciones convencionales, la Biblia nos brinda una visión fascinante de estos seres celestiales que continúan capturando nuestra imaginación y devoción a lo largo de los siglos.