Una lección comiendo calzón...

Hola a todos, este es mi primer relato, y quería comentarles una pequeña lección que aprendí digamos que a la fuerza y de impaciente, yo soy del norte de chile y esta experiencia pasó hace unos años atrás cuándo tenía unos 27 años hoy tengo 37, y en ese tiempo estaba comiéndome con una minita, una cabra de 19 años, bien coqueta ella y con un culo ancho de grandes caderas, tenía tetas tipo duraznito muy ricas y juveniles. Me referiré a ella como Tamara y yo seré Ignacio, bueno con Tamara nos conocimos en una actividad media hobbie de ese tiempo y para no ser muy obvios será sólo un "hobbie" en esta historia, ella era muy coqueta, primero andaba muy pegada con otro chico y después de algunas juntas en común que tuvimos nos fuimos cayendo bien y tirando la talla hasta que entre broma y broma algo se asoma. Yo en ese tiempo trabajaba cerca de su casa, ella aún vivía con sus padres que eran muy estrictos y de hecho casi no la dejaban salir. Entre los chats ya un poco calientes que teníamos me comentaba que sus padres a veces salían por unas horas.


Apenas se dio la oportunidad nos juntamos en su casa, aprovechando mi horario de colación, ella era buena para calentar la sopa y no tomársela que era lo peor, ya me tenía bien caliente entre los chat y las visitas, porque llegaba a su casa y nos agarrábamos a besos nos corríamos mano bien calientes y cuándo quería avanzar un poco más, ella frenaba la situación y decía que todavía no, que todavía no estaba muy segura, ya que también tenía cierta atracción hacía las mujeres, y que sus experiencias eran más con ellas que con hombres, pero que también se calentaba con lo que estábamos haciendo. Las visitas iban siendo más seguidas y solo lograba sacar unos besos y manoseos a su gran culo, aunque ella también me agarraba el pene por encima para darse el placer de tenerme a merced y bien caliente, en esas juntas terminaba cagao de hambre y con el pene durísimo de la calentura y debía volver a trabajar, pero luego entre la escena mental en la casa me servía para las pajas como dice el tío Vladimir, una paja antes de dormir.


Ya después de la cuarta fue aflojando un poco más, hasta tenerla ya casi desnuda sólo con su calzoncito, que en esa primera vez que la tenía acostada con los pechos al aire y solo en calzón me llamó la atención lo infantil que era, ya que tenía animalitos y era de un tono medio pastel, más como si fuera de una niña chica y ella con su figura de caderas anchas, culo grande y una personalidad dominante, coqueta y hasta manipuladora contravenía mucho esa primera impresión de verla tendida en la cama con cara de caliente y una mirada que decía dale sigue, cuando quise bajárselo me hizo un pare, y no dejó, no quería perder control, tenía una cara de diabla caliente, pero aun así quería tener total control sobre mí y la situación


- Tamara: Hoy hasta aquí nomás, podemos seguir con esta prenda puesta, no puedes correrla ni sacarla.


A pesar de esa frase un poco desalentadora, me dejó re caliente, esa hambre y sensación de no poder hacer nada, pero con mucha posibilidad de hacer más


- Ignacio: Bueno se queda, pero está bien mojada y parece que dice lo contrario, no te la voy a quitar, pero me la voy a comer igual nomás


Ella con una mirada desafiante me dice: a ver cómetela, comete el calzón.

No faltó nada más para hundir mi cara y pasar la lengua por encima, me importó re poco sentir la sequedad de la prenda, con lo húmeda que estaba en un momento esa tela no era impedimento de nada. Sus ricos jugos me tenían extasiado y mientras con mis manos agarraba fuerte sus muslos y los masajeaba e iba pasando por sus caderas y culo de arriba hacia abajo tocando culo, tetas, todo deseándo tenerlo todo.

Fue una chupada de concha deliciosa ella gemía y se arqueaba y a ratos me agarraba de la cabeza y me hundía aún más queriendo ahogarme en su vulva con sus jugos. Llegó un punto estaba por tener su orgasmo y dice...


- Tamara: Ya ¡PARA!


Y me corre de su vagina como quitándole un dulce a un niño, se recuesta aun temblando a gusto y me dice ya está bien para, ¿se te hace tarde o no?, tienes que volver a la pega casi se cumple la hora.



Las juntas que teníamos no eran seguidas, de hecho podía tener una el lunes y la siguiente quizás viernes o sábado por lo que el momento quedaba en la menoría unos días o una semana o dos.

Ese tiempo después de comerme su calzón hablamos ya de puro morbo y sexo fue calentísimo solo hablar de eso hasta tener tiempo para la otra junta, me comentaba que quería tener un esclavo come conchas y me estaba ganando el puesto, hasta que si se ganara el kino me daría el trabajo comiéndole su vagina mientras viajaba por el mundo, la verdad es que lo hubiera hecho gratis…


Llegado un día me indica que fue dónde una tía a cuidar a su perrito, que pasaría a su casa que la tía había viajado a uno de estos pueblos cercanos, y que estaría sola. y... aburrida y que si quería que nos juntáramos a "hablar" un rato. En 10 minutos ya estaba afuera de la casa de su tía durísimo con alta expectativa, ya que antes siempre hubo ese riesgo de que llegaran los padres y ahora podríamos estar tranquilos.

Nos abalanzamos como de costumbre y esta vez ya desnudos los 2 me mira de pies a cabezas y luego se mira la concha como indicando que tenía que hacer lo que hicimos la última vez... Le dije si ya lo vamos a hacer, pero primero recuéstate boca abajo quiero darte un masaje. Fui recorriendo su piel cada centímetro masajeando lamiendo amasando su culo y le deje entre abiertas las piernas para masajear el interior de sus muslos, ella gimiendo entregada al placer levantando ese culo pidiendo sin decirlo que siga. Esa vista espectacular la veía chorreando y aproveche de clavarme desde atrás a comerme esa concha lamer el ano saborearla completa su cuerpo se estremecía y se arqueaba, está vez yo quería tenerla en mis manos... o en mi lengua.


La doy vuelta y ahora si entro de lleno en su vagina, abro sus piernas y clavo mi cara queriendo tener todo mi ser allí, estuve lamiendo de un lado a otro, haciendo circulo pasando la yema de mis dedos por el clítoris mientras me tomaba esa humedad que desprendía de ella, estuve quizás unos 40 minutos de lleno sólo chupando y ya la lengua se acalambraba, pero quería hacerle el sexo oral más rico que otra mina u hombre le haya hecho. Se movía de arriba abajo, izquierda a derecha, saltaba y gemía poseída con sus manos y muslos atrapando mi cara, yo agarraba fuerte sus caderas y culo y cuándo intentaba salir la sujetaba firme y me mantenía en posición siempre firme chupando, hasta que llegó un momento que vuelve a decir:


-Tamara: YA, YA PARA!, PARA!

Yo sin respuesta siempre firme, chupaba lamia succionaba clítoris labios internos, externos, quería hacerla sufrir, de placer...


-Tamara: PARA WEON YA PARA!

Se escuchaba e incluso intentaba zafarse, igual como si hubiera sido yo quién montara un toro en este caso su vagina, me negaba a salirme, me aferraba con mi idea de “matarla de placer” así que seguí firme haciendo oídos sordos y pensando que este No puede ser un Sí, que este PARA, es sólo un sigue camuflando un orgasmo de proporciones bíblicas, así que me mantuve firme y seguí dándolo todo con la lengua entumecida esperando el gran momento cuándo grite patalee llore del placer un orgasmo del juicio final.


-Tamara: YAAAAA PARAAAAA.

Y en ese momento… se fue todo a negro....


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Sentí un fuerte crujido, abro los ojos y estoy como a 1 metro de la cama en el piso.... sucede que fue tanta la desesperación de Tamara que en un impulso involuntario y un orgasmo cerró sus piernas como candado en mi cabeza y se giró bruscamente, mandándome a volar como si me hubiera hecho una maniobra Hurracarrana de la lucha libre, sólo faltó el ATANGANA y chuchi llamando a los bomberos, referencia que la gente que vió la WWF en la red entenderá


-Ignacio: ¡Qué chucha!... oye qué onda, me mandaste a la mierda casi me matai....


Obviamente me dice entre unas palabrotas que era mi culpa por no parar cuándo me lo pidió...
Ese día llegó hasta ahí el sexo, no se pasó a más, aunque Tamara ya había dicho que no iba a haber penetración, y a pesar de todo fue una buena comida de concha, si bien mi titan de 3cm no tuvo acción, y mi cuello sonó más que en un quiropráctico le di un orgasmo tan rico que casi vi a San Pedro.

La lección de todo esto caballeros, es que escuchen… el no es no, el parar no es sigue y comer concha puede ser un trabajo realmente mortal.

Eso es todo por este relato, en otra ocasión les cuento como siguió la historia con Tamara y otras historias que han pasado también.

 

Gracias por pasar a comentar, bueno la verdad que viendo en retrospectiva fue un webeo, pero ese juego nos mantenía calientes y como no era fácil entrar con ella mantenía el interés, en otras ocasiones con otras personas fue todo más rápido, pero quizás menos memorable de ser contado. Al final era una especie de juego de dominación que surgía de un lado hacía el otro mientras duró lo q tuvimos

 

Gracias, espero te haya gustado esta historia apenas pueda seguiré escribiendo más

 

Muchas gracias por el apoyo, sí, por supuesto seguiré escribiendo, aún quedan cosas por contar, saludos

 

Gracias por comentar amigo, si gustas puedes seguir leyendo la continuación en: De comer calzón a la relatividad